LA TORMENTA

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Presiento llegar la tormenta
en la calma de las miradas,
en los corazones reposados,
en nuestro respirar sereno.

Hasta que la brisa del alma
trae un suspiro liberado
un beso en alguna parte
una caricia buscando nido.

Labios se abaten contra labios
besos arrastrados por resaca
dejando huellas en el cuerpo
que desaparecen lentamente.

Amarrados en abrazos
nuestros cuerpos como cascos
chocan el uno con otro
entregados a la suerte.

Y en ti nace un río
y en mi salen olas
que llegan a tus orillas
para convertirse en espuma.

Náufragos desfallecidos
nos aferramos uno a otro
para quedar rendidos
en la isla de los sueños.

Y otra vez llega la calma
aunque sea por un momento.

Escondido en palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora