17.- Conejos ensombrerados

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Harry

—¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí! ¡Harry!—, una voz ya reconocible andaba gritando en el pequeño andén donde estábamos como todos los años, al voltear, me encontré con el rostro alegre del medio gigante Hagrid quién me dió un gran abrazo de bienvenida digno de Hagrid.

—Hola Hagrid—. Saludé sin mucho aire en mis pulmones.

—Oh, lo siento—. Respondió soltándome y aún con una sonrisa en su rostro.

—Hagrid, aparecieron unos...—, continué.

—¿Amigos?—, preguntó Harry con sus mejillas rojas como tomates y su sonrisa.

—Exactamente —. Afirmé —El hecho es que son nuevos en Hogwarts y no sé si...—.

—¿Podrían ir en los botes? ¡Claro Harry!—.

—¡Yay! Les avisaré que vayan contigo. Gracias Hagrid—. Definitivamente no era lo que esperaba, pero estoy satisfecho.

Alcancé a ver como todos los estudiantes iban saliendo con sus túnicas de diferentes casas por el tren. Era increíble saber que tanta gente podría caber en el tren. Del mismo modo vi como rostros nerviosos de niños de primer año se entusiasmaban por llegar.

Ahí estaba Luna, junto a Neville que sostenía una planta extraña en brazos. Vi a Ginny hablando amistosamente con Hermione y las nuevas chicas Annabeth, Piper, Hazel y Calipso. Leo hacía payasadas con el resto de sus amigos junto a los mellizos. Y bajando de un vagón vi a Malfoy. Fue una sensación inexplicable, era en resumen mi enemigo en todo Hogwarts; estaba solo, ninguno de sus anteriores compinches lo seguían.

—¿Quién lo diría?—, dijo Ron apareciendo a lado mío mirando a Malfoy de igual manera, —Aún recuerdo cuando se burlaba de toda mi familia. Ahora su padre está en Azkaban y su madre probablemente llorando por él—.

—Siento lástima—. Dije finalmente, después de todo y a pesar que su padre haya sido un seguidor de Voldemort, tiene sentimientos, creo. De pronto la mirada de Malfoy pasó del suelo a nosotros, frunció el ceño y se acercó a nosotros.

—No necesito tu mirada de pena, Potter. Y mucho menos la tuya Weasley—. Se volteó y se detuvo, se iba a voltear para dar una última palabra, reprimió ese acto y siguió caminando. Volteé a ver a Ron quien se encogió de hombros.

—Vamos a llevar a los demás—, dije empezando a caminar junto a Ron.

Percy

Vi como Harry y Ron se acercaban hacia nosotros. Mientras tanto Leo apostaba a que podía quemar todo el bosque en menos de cinco minutos. Definitivamente todo un pirómano. Jason limpiaba sus lentes y daba pequeños empujones a Nico para que se acerque a Will sin "ser obvio". Frank conversaba con los Stoll, probablemente convenciéndolos de no aceptar la apuesta de Leo.

—Okay chicos—, dijo Harry apareciendo y llamando la atención de los demás —Ustedes deberán seguir a Hagrid con los de primer año—.

—¿Somos de primer año?—. Preguntó Annabeth levantando una ceja. Me imaginé el panorama: niños de once años sentados y unos semidioses salvajes desde dieciséis hasta ochenta y cuatro.

—La verdad no sé ni siquiera cómo es que llegaron acá por lo que ya veremos—. Replicó Harry inmediatamente y luego notó que ninguno de nosotros — Shu Shu, vayan—. Nos ahuyentó como perritos y todos empezamos a seguir al señor gordo, gigante y barbón que gritaba "los de primer año por acá, síganme y cuidado con caerse".

Semidioses en Hogwarts Donde viven las historias. Descúbrelo ahora