21.- El mago vs el semidiós

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Horas antes...

Harry

Admito que la idea de estar junto a Percy limpiando caca de hipogrifo no era una idea que me emocionaba, en sí después de haber convivido con él (durante un tiempo muy corto) y que este castigo fuese por el accidente con el agua que manipulaba me generaba algo de irritación.

Empecé a caminar en dirección del bosque antes de la hora pues, tenía muchas ansias de visitar a un viejo amigo antes de todo.

Llegué a la cabaña de Hagrid quince minutos antes de que nuestro castigo empezara y toqué la puerta tres veces. No pasaron muchos segundos antes de escuchar como ollas chocaban una con otra de manera algo ruidosa acompañados de ladridos y un "cállate perro". De pronto la puerta se abrió dejando que vea la cara de Hagrid alzándose en una sonrisa.

-¡Harry!-, saludó emocionado alzando sus grandes brazos para abrazarme. Nota mental: el abrazo de Hagrid podría hasta matar a alguien.

-¡Hagrid!-, repliqué de vuelta con una sonrisa.

-Pasa por acá, justo estaba haciendo una sopa de caracoles del lago negro-, hizo una señal para que entrara a su cabaña la cual estaba tal y como la recordaba sólo que ahora con un cuadro en la pared de Hagrid años más joven con Dumbledore a lado suyo. No pude dejar de ver la fotografía, había algo en ella que me traía muchos recuerdos y no exactamente muy lindos. El último año había pasado muy rápido, eran demasiadas cosas juntas. Me aclaré la garganta y aparté la mirada del cuadro para sentarme en la banca circular donde siempre me sentaba cuando venía.

-No gracias, aún tengo desechos de hipogrifo por recoger y la verdad no me gustaría ir vomitando caracoles por ahí, ya sabes-, completé con una sonrisa que parecía más mueca que sonrisa.

Hagrid me miró como si se apiadase de mí, porque si algo había aprendido en la vida era que los desechos de hipogrifo eran uno de los más desagradables del mundo mágico, no pregunten.

-Te recomiendo utilizar algún gancho para la nariz y no te olvides de recolectarlos en una bolsa para después traerlos, son un buen abono-, sonrió sirviendo en un pocillo sopa con algunos caracoles y llevando una cuchara para sentarse a mi lado y poder comer. -¿Y cómo es que te metiste en problemas tan rápido?- preguntó levantando una ceja y tomando una cucharada de sopa con bastante sonido.

-El nuevo profesor, Murphy-, repliqué anteponiendo un suspiro -y una combinación de los chicos nuevos-.

-¿Te refieres a los que llevé en bote?-.

-Esos mismos-.

Hagrid dió otro bocado de la sopa para luego voltear a la ventana donde numerosos cuervos salían volando de un árbol, me fijé en su rostro, no era exactamente de paz y tranquilidad como lo era cuando estaba en mi primer año (el más tranquilo considerando los demás). Sabía que había pasado por bastante como todos nosotros y que hoy en día era normal ver a Hogwarts más apagado: numerosas de las placas con nombres de los que cayeron en la batalla de Hogwarts que se encontraban alrededor del gran comedor eran llenadas con fotografías, flores y otras cosas por parte de los alumnos. En definitiva, sabía que Hogwarts no volvería a ser lo mismo en un tiempo.

No obstante, en el rostro de Hagrid había alguna otra cosa.

-Hagrid, ¿todo bien?-, pregunté despertándolo del trance en el cual se encontraba.

Semidioses en Hogwarts Donde viven las historias. Descúbrelo ahora