7FATES ~YoonMin~

CAPÍTULO 8

(Nota: Ya que  la línea temporal comenzará a intercalarse, es decir, iremos pasando de pasado a futuro y viceversa, pondré las fechas como guía. Esto va a ser importante ;) Ah, ;D No todos los personajes tendrán sus edades correspondientes a la realidad. Por ejemplo; Jimin y Yoongi en la realidad se llevan dos años, pero aquí en la historia se llevarán cuatro ;) Espero que no sea lioso. Saludos ;))

Viernes 29 Septiembre

El despacho del director y dueño de la academia de baile era lo suficientemente espacioso como para dormir en el. No es que el sofá que había fuera de los más cómodos, era solo de dos plazas y el respaldo no era movible, pero si las piernas quedaban por fuera y uno no se movía mucho podía ser perfectamente soportable. Tampoco entraba mucha luz si no se corrían las cortinas de detrás del escritorio, lo que hacía que Jung Hoseok no se despertara hasta que le sonara la alarma, eso, claro, cuando no tenía preocupaciones rondando por su cabeza.

Era la tercera noche que se quedaba allí. No salía ni para comer ni para beber, aunque por suerte tenía una máquina expendedora con la que aguantaba a base de galletas y snacks. La razón era muy sencilla. 

No quería enfrentarse a Kim Namjoon.

Ese policía le había estado llamando constantemente y había estado tratando de contactar con él desde que supo que uno de sus empleados había resultado ser a quien estuvieron buscando por tanto tiempo, o algo así le comentó por teléfono. Lo cierto era que ni se acordaba de aquello, habían pasado años y no encontraba razón para que eso le incumbiera de nuevo.

Menudo afán. 

Con lo fácil que era dejar las cosas como estaban y no mover más el asunto. Él ya tenía demasiadas responsabilidades, demasiado de lo que ocuparse, y ese empleado suyo era de los mejores profesores que había tenido trabajando para él, no iba a dejar que Namjoon se metiera donde no debía, no pensaba perderlo.

Comenzó a moverse, incómodo ante los recuerdos que vagamente le venían, frunciendo el ceño con los ojos cerrados. Necesitaba levantarse y comer comida de verdad, no iba a aguantar mucho más sin la buena cocina tradicional. Además tenía sed, pero de agua, estaba cansado de tomar refrescos que solo le daban gases, por suerte tenía baño privado.

- Señor Jung- dos golpecitos en la puerta- Le traigo algo de comer, sé que no ha salido y debe alimentarse.- La voz de su asistente y una de las mejores profesoras del centro, al igual que Jimin, irrumpió amortiguada a través de la madera de la puerta.

- Hmm ¿Qué traes? -Tuvo que hacer un esfuerzo, pues, medio adormilado que estaba aún, sentía la garganta seca y su voz sonó ronca y algo más grave.

- Es japchae, señor.

Hoseok abrió rápido los ojos y se levantó de golpe. Abrió la puerta del despacho y tiró del brazo de la muchacha, que sostenía un plato entre sus manos, hacia adentro. La joven hizo malabarismos para no derramar nada.

- Me has leído la mente, gracias Jisoo.

Arrebató la comida y se dirigió al escritorio a sentarse, o esa era su intención. Tenía tantos papeles esparcidos por la superficie que se decantó finalmente por comer de pie, paseándose de un lado a otro. La joven estaba quieta sin decir nada, le había sorprendido que su jefe la adentrara al despacho de repente. Solo lo observaba. Es cierto que era la única que lo veía con su fachada algo más natural, se tenían cierto cariño mutuo, aunque era mayor el respeto profesional.

- ¿Has traído agua?- preguntó con la boca llena. La joven se apresuró en sacar una botellita pequeña de su bolso.- Oh, eres mi salvación- contestó mientras la abría.- ¿Qué celebramos?- Parecía que lo tuvieran muerto de hambre, en nada se había acabado el plato, poco le importaba que estuviera ardiendo, y terminaba de beberse el agua.