just a blast from the past | romanogers.¹

Capítulo dos

A la mañana siguiente, Natasha se despertó con un humor más ligero que el que ella había estado cargando durante las últimas dos semanas. Ella sonrió ante la perspectiva de este día de esperanza.

Pasó la mañana leyendo viejos informes y memorizando todos los datos que podría ser útil conocer en 1942. Su cerebro devoró toda la información que se le había enseñado.

Aprendió cada detalle sobre dónde, cuándo y cómo Steve derribó a Hydra. Ella asimiló todo lo que se necesitaba saber sobre la vida de Barnes y las circunstancias de su muerte. Ella ahora lo conocía más que Steve; mucho más cuando se considera que ella era consciente de su futuro.

Después de varias horas, se dirigió al baño y se tiñó el pelo rubio. Thor, Tony y Bruce habían sido muy claros: no debía dejar ninguna evidencia física de su existencia en la década de 1940.

«Tu no existes. Eres solo un fantasma.» Había dicho Stark.

Eso era fácil. Ella había pasado la mayor parte de su vida siendo un fantasma.

Natasha no era particularmente aficionada a este color de cabello, pero tenía que maximizar sus posibilidades para mezclarse y luego escaparse de la vida de Steve sin que él guardara un recuerdo vívido de esta mujer rubia que conoció brevemente en 1942. Además, sabía por un hecho que le gustaban más las morenas.

Cambiar de apariencia fue la clave para tener éxito en su misión secreta y mantener un perfil bajo. Steve pronto se habría olvidado de ella después de haberse ido.

Se lavó el pelo en el lavabo y se miró en el espejo. Ella había usado pelucas rubias antes durante numerosas misiones, pero estaba sorprendida de cómo este tono de rubio le daba a su cutis una leve pero notable variación. Su piel más brillante realzó el verde de sus ojos y los hizo más prominentes de lo que usualmente eran con su pelo rojo.

Llevaba un vestido de cóctel vintage que Tony le había entregado durante la noche. Una prenda de vestir que no llamaría la atención sobre ella cuando llegara en el pasado, bueno, si llegaba. Este fue un asunto que ella se negó a examinar.

Natasha respiro profundo y salió de la habitación. Camino hasta la sala donde todos esperaban.

Todos se congelaron al ver su cambio de imagen desconcertante cuando entró en la habitación. No se podía negar que la situación se estaba volviendo real y que no había vuelta atrás.

—¿Estás segura de esto, Romanoff? —Fury preguntó mientras se acercaba a ella.

—Estoy segura de que quiero traer de vuelta al Capitán Rogers, señor. —Ella se mantuvo firme.

Él la miró con una mirada asertiva.

—¿Capitán Rogers o Steve? —Le dijo en voz baja.

Ella no dijo ni una palabra.

Ese fue otro asunto que ella rechazó abordar. Steve, Capitán América; cada persona de él era necesaria para volver a este mundo.

Después de configurar los últimos arreglos y repasar los detalles de la misión por última vez, llegó el momento esperado para poner el plan en marcha.

Los Vengadores se dirigieron a una zona tranquila de Central Park. Thor había dejado claro que tenía que partir de un lugar que ya existía en el pasado. Ella no podía hacerlo en la torre Stark y arriesgarse a aterrizar bajo un concreto de asfalto, o a través de una pared. Ella viajaría a través del tiempo pero no a través del espacio, por lo que era vital asegurarse de que aterrizaría sana y salva en un lugar que no hubiera sido alterado en absoluto. Central Park apareció como la opción más evidente.