Capítulo Cuarto.

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—Wow, este día fue muy agotador, y apenas llevamos cuatro semanas, no creo poder soportar hasta cuatro años.

—Vamos, tú siempre te quejas de todo, tampoco es para tanto, más adelante las cosas se pondrán difíciles.

—Supongo que tienes razón.

—Oye, ¿No quisieras ir a mi departamento? Acabo de comprar el nuevo videojuego que está siendo muy popular.

—¿Ese que se parece a BattleGrounds?

—Ese mismo.

—Claro.

Fuimos por un café y después nos dirigimos a su departamento. Habíamos salido de la universidad a las seis y media de la noche, así que mientras tanto, platicábamos durante el camino.

—Por cierto, ¿Qué te sucedió? Has estado cojeando durante todo el recorrido.

—Oh eso. Al salir unos chicos me empujaron accidentalmente de las escaleras y terminé con el tobillo lastimado, pero no es nada grave.

—¿Estás seguro de que fue un accidente?- Park hizo un gesto de preocupación.

—Pues, estuvieron riéndose por unos segundos, pero da igual, al final Nam Hyung me ayudó, ya que te habías marchado antes.

— P-perdón, pero al menos te esperé en la entrada...

—No te preocupes, ¿Y por qué lo hiciste?

—Le había dicho al profesor que estaba recibiendo una llamada importante, y como faltaban 10 minutos para terminar la clase, me dejó ir.

—Oh, ¿Y esa llamada era...?

—Mi jefe, conseguí un trabajo de medio tiempo en un supermercado, tengo que pagar la renta.

—¡Agh!, cierto, yo igual necesito conseguir un trabajo, es decir, sí tengo el dinero para mi renta, pero no lo suficiente.

Park me sonrió burlescamente, y sin darnos cuenta ya habíamos llegado antes de lo previsto.
Entramos, quitamos nuestros zapatos en la entrada, dejamos nuestras mochilas en un pequeño sofá y me dirigí a encender la televisión para conectar el videojuego, al terminar, me senté en el suelo. Mientras tanto, Park se encontraba en la cocina para sacar del refrigerador unas rebanadas de pizza y unos jugos de arándano para luego sentarse a mi lado.

El videojuego era increíble, era muy colorido y animado, pero sobretodo con varios personajes que al ganar una batalla terminaban bailando de manera graciosa. Estuvimos tan sorprendidos por la gran calidad que tenía, además de que al morir te daban ganas de volver a intentarlo una y otra vez hasta conseguir el puesto número uno. En fin, nos viciamos tanto que jugamos por tres horas, esas tres horas fueron puras risas y diversión, que te hacían olvidar por completo la frustración del mundo exterior.

—¡Baaam! ¡Já! ¡Por fin gané!- Dije con un tono de victoria mientras me acostaba en el suelo.

—¡Felicidades! Primera victoria después de que te gané en cinco rondas.- Comentó mientras se reía a carcajadas.

—Tsk, la próxima te venceré.

—No niñito, nunca me vencerás, admite que soy el mejor en esto.

—Sí si, poderoso Dios Jiminnie.- comenté en un tono bajo y burlesco.

—¡Escuché eso!- Empezó a hacerme tantas cosquillas que no paraba de reír al punto de sacar unas cuantas lágrimas de felicidad.

—Ya, ya, ¿Qué hora es?

—Uhm, ya es media noche.

—Cielos, es demasiado tarde.

—¿Quieres que te acompañe a tu departamento?

—Nah, puedo ir solo, de todos modos, ¿Cómo regresarías tú?

—Pero Tae...

—Tranquilo, estaré bien, confía en mí.

—Ok, pero si te llega a ocurrir algo, no dudes ni un segundo y llámame, ¿Sí?

—Oki.

Me levanté, ayudé a Park con el basurero que hicimos, agarré mi mochila, me puse mis zapatos y sin más, me marché.
Estuve caminando mientras escuchaba música, el camino a mi departamento era algo largo, por lo que la única opción era ir por una ruta en la que no había tanta luz.

—¿Pasar o no pasar por aquí...?

—No quisiera preocupar a Jiminnie, pero tampoco quiero caminar durante una hora, supongo que no tengo otra elección.

Bajé un poco el volumen de mi música para escuchar bien si alguien se acercaba detrás de mí.

Al caminar unos cuantos metros más, desde lejos ví la silueta de una persona, la de un hombre, para ser específico. Se encontraba a lado de un poste de luz que parecía no funcionar muy bien.

—Mierda, lo único que me faltaba.—Me susurré a mí mismo.

Antes de llegar a aquél lugar, decidí darme la vuelta e irme a otra calle.

Pero no resultó.

Aquella persona me estaba siguiendo. Le subí todo el volumen a mi música para ignorar su presencia mientras me alejaba a pasos agigantados, pero mientras más lo hacía, aquella persona también aceleraba sus pasos.

Estaba entrando en una enorme tensión que no pude resistir más y salí corriendo, obviamente este igual lo hacía. Mi corazón estaba al borde de un ataque cardíaco, estaba lleno de incomodidad y terror, pero no podía llamar a Park, sabía muy bien que se lo había prometido, pero simplemente no quería hacerlo entrar en pánico.

No sabía que hacer.

Mientras seguía huyendo, aquella persona empezaba a reír tétricamente.

—¡Oye V! ¡¿Por qué mierda huyes?! ¡¿Acaso ya no quieres jugar conmigo?! ¡¿Cómo en los viejos tiempos?!

¿V? ¿Quién mierda es V?

Gracias a Dios, había llegado a los departamentos, pero justo cuando iba a subir las escaleras, me tomó del brazo.

—¿Qué? ¿Ya no me recuerdas?

—L-lo siento señor, pero no sé quién es usted, t-tal vez se está equivocando de persona.—Estaba muy asustado que ni siquiera volteé para ver quien era. Me safé de su agarre y rápidamente entré a mi departamento para poner todos los seguros que tenía la puerta.

Me deslicé por esta y caí al suelo, después de unos segundos aceché por la ventana, seguía ahí, riendo.

—Oh, ya veo, así que te escondiste, ¿eh?

—Bien, entonces esperaré a que despiertes, ya sea en una semana, un mes, o inclusive un año, pero esperaré.


Porque tarde o temprano lo harás.










Luego de decir esas palabras, se marchó.




































NK⭐.








. . .

Stigma.  ||KTH|| EN PAUSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora