SANTANA
Cierro la puerta con un pie y entro a lahabitación, cargando a Brittany en mis brazos.
—Si quieres que tu vestido permanezca intacto,sugiero que te lo quites. No seré tan delicada.
La dejo de pie y doy un paso atrás mientrasarranco mis ropas con fuerza.
—Ahora, mi reina. He sido gentil contigo toda lanoche, y no puedo contenerme más. O lo haces tú, o lo haré por ti.
La orden le llama la atención, y me quito laropa mientras ella baja la cremallera del vestido y se lo quita. Lo lleva a unasilla lateral y lo pone sobre esta, amorosamente protegiéndolo del daño.
Regresa a mí usando una camisola de seda quecubre la mayor parte de su desnudez de mí. Puedo ver sus pezones a través de ladelgada tela, y es un destello de lo que quiero.
—¿Y eso? —digo, apuntando a la camisola.
—No es preciada para mí —dice, mordiendo sulabio.
Es un poco provocadora, y lo sabe. Doy un pasoal frente, agarrando el frente en mis puños, y lo rompo por el medio. Ella noestá usando nada debajo, su exuberante cuerpo desnudo está presentado antemí.
Gruño audiblemente y me sorprendo incluso a míante el sonido.
—A la cama. Y coloca una almohada debajo deti.
Se da vuelta mostrando su redondeado trasero, ydebo apretar mis puños a mis lados. Sigo recordándome que debo ir lentamente,pero debo tenerla. No hay tiempo para juegos previos.
Cuando estoy desnuda, me paro al final de lacama, mirándola. Tomo mi polla con ambas manos y empiezo a masajearla. Lalongitud dura como una roca necesita liberarse un poco antes de tomarla, asíque la dejo mirar mientras me complazco a mí misma.
Ella está en medio de la cama, con su cabellodorado alrededor suyo. La almohada bajo su exuberante trasero alza sus caderasy me ofrece una perfecta visión de lo que quiero. También inclina sus caderashacia atrás para que mi semen no se salga cuando la fecunde. Ella se quedará enesa posición por los próximos días. Le haré el amor solo en esta posición y laabrazaré así mientras duerme. La alimentaré de mi mano para que no pase hambremientras tiene a mi bebé en su vientre.
—Abre las piernas —ordeno.
Debería ser más suave con ella ahora, pero laquiero demasiado. La necesidad por ella está calándome, y no puedo contener másesto.
Hace lo que le digo, y veo los suaves pétalosrosas de su coño. Gruño de nuevo mientras froto mi polla, sintiendo la semillasubir a mis testículos y rogarme por salir de mi miembro. Ella me observa, ysus ojos se abren con emoción.
—Tócate, mi reina. Quiero ver tu dulzuraderramarse antes de entrar en ti.
Ella lleva sus manos temblorosas entre suspiernas y duda mucho para tocar su lugar íntimo. Después de un segundo toca suclítoris tentativamente, pero solo por un momento antes de rendirse.
—¿No te gusta tu propio toque?
Brittany niega y se lame los labios.
—Me gusta cuando tú lo haces.
Mi polla palpita con mi corazón ante suspalabras. Está palpitando con necesidad.
—Claro que sí. Porque mi toque es posesivo, y esel único que conoces. Te posee. —Acaricio mi polla un par de veces más, ysiento que me desmayaré del dolor—. Pero eres quien me permite tocarte de esaforma. ¿Ves lo dura que estoy por ti? ¿Ves el control que tienes sobre mí? Tucoño podría ordenarme derrocar un imperio. O gobernar uno.
Miro mientras su mano regresa a su centro y lointenta de nuevo, frotando pequeños círculos alrededor de su clítoris hasta queel placer empieza a filtrarse.
—Eso es, mi reina. Muéstrame el poder que tienesentre tus piernas.
Doy un paso hacia ella y veo el néctar brillantede su coño. Está lista para mí.
Me subo a la cama y tomo la mano que tiene en sucoño. Llevo sus dedos a mi boca y los succiono. Me muevo entre sus piernas yfroto la cabeza de mi polla por toda su humedad para mojarla. Una vez estáresbalosa con sus jugos, presiono en la entrada virgen e inclino mi gran cuerpocontra el de ella.
Tomo su boca en un beso que traiciona la tensiónen mi cuerpo. La deseo ferozmente, pero estoy esforzándome para no lastimarla.Mientras su lengua sale a probar la mía, empujo por completo en su interior, ymi polla la estira a toda su capacidad.
Ella deja salir un lloriqueo contra mi boca, yla beso más profundo para distraerla del dolor. Nos besamos por tanto tiempo,que ambas nos olvidamos de movernos. Pero cuando se mueve debajo de mí, sé queestá intentando ver si todavía duele.
—Perfecto, mi reina. Perfecto —susurro en suoído mientras entierro mi rostro en su cabello—. Te amo, Brittany.
Ella envuelve sus brazos alrededor de su cuelloy ella me sostiene.
—También te amo, Santana. Hazme el amor.
Lentamente hago lo que ella pide y salgo deella. Vuelvo a empujar, más firmemente esta vez, y aprieto mis dientes paraevitar correrme muy pronto.
Empiezo un lento ritmo saliendo y volviendo aentrar en su estrechez. Toma un rato, pero después de un tiempo es capaz de tomartoda mi polla.
No hay espacio dentro de ella que no hayatocado, y eso ahora me pertenece. Envuelvo mis brazos alrededor de su espalda yla abrazo contra mí mientras arremeto dentro de ella y escucho sus gritos deplacer. Agarro una de sus nalgas y agarro sus caderas más fuerte. Quierodejarla embarazada la primera vez que hacemos el amor.
—Santana. Reina, por favor. Estoy muycerca.
Quito la mano de su trasero y la muevo entreambas para tocar su suave capullo. Lo froto firmemente y empujo dentro de ella,y siento sus piernas aferrarse a mí con fuerza.
—Eso es. Justo...
Sus palabras son interrumpidas mientras gritosde placer salen de su garganta y hasta mis oídos. Los sonidos solos sonsuficientes para hacerme llegar al límite. Me quedo inmóvil, muy sensible a suspalpitaciones mientras me corro dentro de ella. Es la sensación más genial demi vida y no quiero que se detenga jamás.
—¿Qué fue eso? —dice Brittany, resoplandoincrédula.
¿No es adorable cuando hace eso?
—¿Qué fue qué, mi reina?
—Eso fue como nada que hubiera imaginado.¿Podemos hacerlo otra vez?
Me rio con ella y siento su cuerpo menearsedebajo del mío. Salgo solo unos centímetros y luego empujo mi larga longituddentro. El orgasmo no tuvo efecto en mi polla.
—Tantas veces como desee, mi reina.
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Su Princesa
РазноеBrittany es una princesa, y con eso vienen las responsabilidades. Como casarse con la rara espécimen intersexual y cavernícola Reina Santana, quien parece más una guerrera que una Reina. Todo sobre Santana es intenso. En especial la forma en que la...