SANTANA
-Estás segura de esto?
Alzo la cabeza ante la pregunta para ver a miguardia real y mejor amigo, Artie, acercándose hacia mí.
—¿Tienes una mejor sugerencia? —digo entredientes.
He pasado por esto con él unas mil veces, y nopuedo ser más clara.
—No. Pero te conozco mejor que nadie. Y sé queestás preocupada.
—Veamos cómo te va cuando elijas unanovia.
Lo miro con el ceño fruncido y luego voy a miescritorio, agarrando un par de gemelos para la camisa.
—Oh, vamos, Santana, ambos sabemos que eso nuncasucederá.
—Se acerca a uno de los asientos en mi oficina yse sienta
—. Nunca me liberarás de mi deber real.
Pongo mis ojos en blanco y le enseño el dedomedio.
—Eres libre. Lárgate.
—Ambos sabemos que no quieres eso.
Se ríe, pero se inclina hacia adelante,poniéndose serio
—. Eres mi hermana. Tal vez no de nacimiento, nisangre. Pero fuimos educados juntos desde que éramos niños. Si tomo una esposa,será porque me ordenes hacerlo. Mi deber es para mí reina.
—Y por eso tu reina te pide que seas útil —ledigo, tomando uno de los gemelos para que me lo pusiera.
—¿No tienes sirvientes para esto? —bromea,sabiendo lo mucho que odio al personal real.
Cuando era más joven nunca me molestó. Siemprehabía personas alrededor para ayudar. Pero cuando crecí, vi que era el trabajode nuestra familia cuidar de ellos tanto como ellos cuidaban de nosotros.Cuando mi padre falleció y el reinado cayó sobre mis hombros, se convirtió en unaresponsabilidad. Ahora prefiero mi privacidad, incluso aunque haya alguien encada esquina.
—Solo hazlo, y cállate.
—Sí, mi reina. —Se ríe, y arregla el gemelo—.Ella es muy bonita.
—¿Eh—Cuida tu boca —gruño mientras pone elsegundo, y doy un paso lejos.
—Solo intento aligerar el ambiente.
—¿Cuándo fue mi ánimo ligero? —pregunto mientrasme pongo la chaqueta de mi traje y voy al espejo.
—Buen punto.
Por un momento me permito pensar sobre mi novia;la ola de su largo cabello rubio, y sus delgados labios rosas. Su delicada pielcremosa con un toque de rosa cuando se sonroja. Esos suaves ojos azules que sondel color de las mantas para bebés hechas para nuestros hijos.
—¿Pensando en mis nietos? —dice una suave voz amis espaldas para ver a mi madre.
Cómo puede leerme la mente tan claramente, esaterrador y asombroso.
—¿No lo hago siempre? —bromeo.
Me acerco y le doy un beso en la mejilla yespero mientras saluda a Artie
—. ¿Estás lista para la cena?
Mi madre vive lejos del palacio ahora que soyreina y estoy por casarme. Viene de visita, pero en su mayor parte se mantieneocupada con sus jardines y perros. Cuando mi padre falleció hace unos años,dijo que finalmente iba a poder disfrutar de una vida lejos de lasresponsabilidades sociales, y que iba a hacer buen uso de esta. Cuando le dijeque estaba lista para tomar una esposa, me sonrío comprendiendo. No puedoevitar pensar que ella y Artie hablan más de lo que me hacen pensar. Ellaarregló todos los procedimientos para pedir la mano de una novia en matrimonio,y se encargó del acuerdo. Sabía qué quería, y tenía miedo de estar en unahabitación y que alguien me dijera que el resultado no podría ser lo quealguien quería. Parte de ese acuerdo sería el primer encuentro con mi futura esposa.La boda está programada para dentro de una semana, pero está será la únicareunión hasta ese momento. De todos los planes de la boda se han encargadootras personas. No me importa, sin embargo. Mi resultado final es conseguir aBrittany. Eso es lo único que importa. Esta noche será la última vez que la veahasta que camine por el altar hacia mí. Será suficiente. Tiene que serlo. Lacena será muy pequeña; solo familia cercana en la privacidad de la casa de lanovia. Es tradición, y una que pensé en romper miles de veces. Ya que la tintaestaba seca en el papel, quería ir con Brittany. Pero la tradición; y unaridícula cantidad de autocontrol, me han mantenido lejos de ella. No puedoevitar que una pequeña parte de mí se pregunte si está feliz con el acuerdo.¿Le gustaré cuando me vea? ¿Aprenderá a amarme?
—Estoy lista cuando ustedes lo estén —dice mimadre mientras desliza su mano en el hueco de mi brazo, y salimos de mioficina.
Artie nos sigue de cerca mientras subimos a lalimo y vamos en silencio a la casa de Brittany. Todo el tiempo puedo sentir mipulso latiendo en mi pecho mientras intento permanecer tranquila. Puedohacerlo. Puedo estar en la misma habitación que ella, y todo estará bien. Merecuerdo ser respetuosa y amable. Mostrarle que soy la decisión correcta,incluso si ella no la tomó. Que seré su reina, su esposa, y la madre- padre denuestros hijos. Cuando hice el acuerdo de matrimonio solo había visto una fotode ella. Una foto y mi vida fue puesta de cabezas. Seguramente estar frente a ellano será tan difícil.
Miro hacia Artie cuando la limosina se detiene.Él me sonríe malvadamente y niega. No puedo engáñalo. O a mí misma.

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Su Princesa
RandomBrittany es una princesa, y con eso vienen las responsabilidades. Como casarse con la rara espécimen intersexual y cavernícola Reina Santana, quien parece más una guerrera que una Reina. Todo sobre Santana es intenso. En especial la forma en que la...