—Yo no te pedí esto — hablo en tono bastante serio.
—Sé que no lo hiciste — acepta —, pero no era una decisión que tú pudieras tomar... sabíamos que si te dábamos a elegir querrías quedarte abajo, y no podíamos dejarte ahí, no debías hacerlo.
—¿Por qué no? — reprocho molesta por haber sido obligada a dejar mi vida —. ¿Por qué no podía quedarme con mi familia y con todos?
—Porque ibas a morir. No entiendes las cosas, Lía, aún no entiendes todo. Te enteraste de lo que eras, el cambio había iniciado, si te dejábamos ahí... no podíamos. Por primera vez no me culpes de esto, por primera vez no te molestes conmigo por lo que pasó, yo tuve que hacerlo, pero eso no significa que quisiera hacerlo.
—Luzbel...
—Basta — me interrumpe —, quédate aquí, iré a ver algunas cosas mientras piensas si vale la pena enojarse o no.
—Iba a pedirte una disculpa.
Luzbel se detiene a poco de llegar a la puerta.
—Tienes razón... — continúo —, no es tu culpa.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión?
—No lo sé, Luzbel, ¿nos pondremos a hablar de eso?
—No...
—Necesito un favor...
—Dime.
—No puedo dejar a Angelus ahí... sé que esto va a ser un poco complicado, pero si él se queda ahí está en peligro y pone en riesgo a todos... si Uriel de verdad lo quiere...
—Escucha, ya veremos que hacer con eso — acepta regresando unos pasos —, por ahora las cosas están bastante complicadas, todo acabó hace muy poco, los castigos y condenas apenas se están imponiendo, tus peticiones están siendo puestas a votación de nuevo para ser cumplidas... necesito un poco de tiempo para poder arreglar todo lo demás. ¿Crees poder esperar?
—¿Podemos darnos prisa con algo?
Luzbel parece analizarlo un momento mientras asiente suavemente.
—Sí, podemos.
—Gracias.
—No tardo.
—Pensé que ya no te irías...
—Realmente tengo que hacer algo si quieres agilizar las cosas. Además con Uriel fuera de nuevo es mucho peor, no sé si se han dado cuenta de que el imbécil se escapó, pero si no, ya tengo una tarea extra. Así es. Ir por él.
—¿Por qué no va alguien más?
—Iremos varios, no pensarás que voy a meterme solo al infierno para traerlo aquí.
—De ti puedo pensarlo.
—Pues no. Alguien me enseñó a dejar de ser tan idiota.
—¿Vas a volver?
—¿De nuevo quieres promesas sobre eso? Cariño, no voy a escapar de edén solo para abandonarte, si alguna vez escapase de aquí te llevaría conmigo.
—¿Me dijiste cariño?
—Sí... puedo no hacerlo si no te gusta...
—Me gusta, es solo que no estoy acostumbrada a que me llames así.
—Estuve pensando que tal vez he sido algo frío... no lo sé.
—Así eres tú, no me acostumbraría a un Luzbel tierno y blando.
—No dije que fuera a ser tierno o blando, pero puedo comenzar a ser más cariñoso.
—¿Desde cuándo te nació?
—¿Te digo la verdad?
—Por favor.
—Desde que tu pasado comenzó a atormentarme en el presente. Por si no sabes a lo que me refiero, tu pasado tiene varios nombres. Belcebú, Rafael... no quiero nombrar más, pero me di cuenta que soy un idiota y aparte de eso soy un frío, ¿cómo quiero conservarte si llevo las de perder?
—Pero yo te quiero a ti.
—Pero no significa que deba tratarte de esa forma.
—¿No me lo gané?
—¿Por?
—Por lo que te hice.
—Soy lo suficientemente maduro como para superar el pasado. Después de todo si elegí seguir contigo es para estar bien, no de otra forma.
—Luz.
—¿Sí?
—Te amo.
—También te amo, Al... Lía — corrige —, tendremos que hablar sobre eso también.
—Lía — decido —, ese es mi nombre. Lía.
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Edén
Paranormal|Quinta parte de la obra "Luzbel"| La victoria del Apocalipsis fue justa, la guerra se ganó, pero, ¿cuánto se perdió a cambio? Un nueva era inicia, el mundo vuelve a levantarse, recuperando su inicial equilibrio. El cielo castiga a los culpables. T...