Capítulo 6

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—Angelus, concéntrate — pido —, por favor. Sé que me entiendes. ¿Dónde están los demás?

Angelus no me contesta, al parecer no tiene ni la menor idea de lo que hablo.

—Tal vez... — comienza Luzbel.

—¿Tal vez qué?

—No lo sé, Lía, tal vez no sea la obligación de Angelus encontrar al resto.

—¿Entonces de quién?

—De nosotros.

—¿Y cómo supones que vamos a encontrarlos?

—Bueno, mira. Posiblemente debamos de buscarlos por nuestra propia cuenta, y Angelus simplemente cumpla su función cuando les encontremos.

—¿Entonces donde comenzamos a buscarlos?

—Eso es lo interesante... tú entraste al abrigadero más veces que yo, ¿no recuerdas nada que pueda ayudarnos con ello?

—No — niego pensándolo un momento —, los únicos niños que vi eran de la edad de mi hermana. Ellos y los Tiyanak, no más. Nunca vi personas de otra edad.

—¿Segura?

—Espera...

—¿Recuerdas algo?

—Sí. Aunque creo que no tiene nada que ver con ellos. El mismo día que rescaté a Lily, Jason estaba ahí, fuimos por ambos... ¿recuerdas?

—Claro, dijiste que irías por Jason, y buscaste a Lily cuando te dije que existían las posibilidades de que siguiese viva.

—Sé que no tiene nada que ver, Jason jamás podría tener un hijo propio... bueno, me refiero a que no podría parir uno, pero, ¿por qué querían a un chico?

—No puedo ni siquiera imaginarlo... no se me ocurre nada que pudieran hacerle a un hombre, eso no es ni siquiera imaginable...

—Porque vamos, querían hacer algo con él, estoy más que segura. De lo contrario simplemente le hubieran herido como al resto que iba con ellos, o lo habrían asesinado antes de llegar al abrigadero.

—O máximo lo hubieran encontrado muerto ahí adentro.

—Iban a hacer algo con él. Estoy segura, uno de los doctores le preguntó a Kristen si veía bien a Jason. No dijo para qué, pero es más que obvio que iban a hacerle algo.

Luzbel se queda pensando un largo momento en lo que digo, y hago lo mismo. Pero por lo menos yo no logro ni siquiera inventar una idea del propósito que tenían para mi amigo.

—Sólo nos veo una opción — dice al fin.

—¿Cuál?

—Iremos al tártaro.

—¿Al tártaro? ¿Para qué quieres ir ahí?

—Bueno, básicamente, Uriel sigue ahí, por más fuerte que sea, no podría ir a otro lugar. En algún momento no muy lejano se dejará ir al abismo, y volverá por fin a sus tierras, pero eso no ha sucedido, estoy seguro.

—¿Y para qué quieres ir con Uriel?

—Lo convenceré de decirme sus planes con Jason.

—¿Tiene importancia ahora?

—Claro que la tiene, Jason se libró, pero tal vez otro no lo haya hecho y pudieron llevar sus planes a cabo. De ser así, tendríamos un problema extra que resolver.

—De ser así, Uriel no te diría nada.

—Él no sabe que nosotros sabemos que pudieron hacerlo con otro tipo. Haremos que nos diga sus planes.

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