Las cosas continúan resultando bien, no han sucedido incidentes de ningún tipo y todos parecen estar muy alegres y tranquilos.
Kate y Rafael están cuidando de Angelus, pues aunque Luzbel insistió en hacerlo él mismo, su hermano ha dejado en claro que este día es especial y no le dará al pequeño.
Admito que se ven bien, aunque todos sabemos que realmente Angelus no es su hijo, podría creérselo cualquiera que no los conozca.
—¿Has visto a mi padre? — Luzbel está detrás de mí susurrando en oído, haciendo que me de un escalofrío.
—No, tiene bastante que no lo veo por aquí — respondo dando la vuelta para ponerme frente él.
—Hmm...
—¿Pasa algo?
—No, es solo que se me hace extraño que no esté aquí... dijo que se quedaría toda la fiesta.
—Tal vez está haciendo algo más — supongo encogiéndome de hombros —, después de todo es... Dios... — y río ligeramente por mí observación.
Luzbel sonríe y me rodea los hombros con un brazo.
—Puede ser — acepta besándome la frente.
Luzbel acerca la copa de vino que tiene en la mano libre, ofreciéndome para que beba de ella.
—Sabes que no me gusta el vino — le recuerdo.
—Este te gustará — asegura mirándome a los ojos —, hice que lo trajeran especialmente para ti. Sé que no se agrada, pero este lo hará.
Miro un momento la copa pensando si debo beber o no, pues aunque confío en las palabras de Luzbel, también sé que puede seguir sin parecerme agradable el sabor.
El arcángel acerca más la copa y termino recibiéndola.
Miro el líquido rojizo y muevo ligeramente la mano, haciendo que el cristal se quede teñido de rosa.
Sin muchas ganas doy un pequeño sorbo, pues si no me gusta no pienso escupirlo, pero tampoco deseo tomármelo completo a la fuerza.
El sabor es muy diferente a como lo imaginaba, nada parecido a lo que había probado antes. No es seco o amargo, es bastante dulce y suave, lo que le da completamente la razón a Luzbel.
—¿Te gustó? — pregunta.
—Sí — admito y doy un trago más.
—¿En verdad te atreviste a dudar de mí?
—Por favor, Luzbel, todos dudamos de ti siempre.
Luz comienza a reírse y me quita la copa de la mano, terminando de un trago el resto de vino.
—Y nunca les he fallado.
—Algunas veces.
—Si quieres más vino tendrás que acompañarme por él — me chantajea con voz pícara y casi me río por ello, sin embargo asiento y le sigo.
—¿Por qué creo que me llevarás a otro lugar?
—Porque eres muy desconfiada.
—Hablo en serio.
—Yo también.
—Luzbel.
—Tranquila. Digamos que nadie sabe de este vino, todos matan por el y no pienso dejar que mis hermanos arrasen con eso. Así que decidí esconderlo.
—Escondes vino de tus hermanos.
—No es cualquier vino.
—Escondes el vino de tus hermanos.

ESTÁS LEYENDO
Edén
Paranormal|Quinta parte de la obra "Luzbel"| La victoria del Apocalipsis fue justa, la guerra se ganó, pero, ¿cuánto se perdió a cambio? Un nueva era inicia, el mundo vuelve a levantarse, recuperando su inicial equilibrio. El cielo castiga a los culpables. T...