Al descubierto/ Короткие

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"Quién está sentado entre dos sillas, fácilmente puede caerse."

Igor.

Cuando veo el número de Alexey en mi teléfono, se me hiela la sangre, se supone que estoy en Siberia y que mi trabajo era ayudar a los Zdorogzarkovitchdorv con un intercambio de armamento.  Maldiciendo, respondo, la voz de Alexey me recibe incluso antes de que pueda decir algo

—  ¿Debo estar preocupado de que mi hija te asesine o de que tu la asesines a ella? — pregunta

— ¿Por qué habría que matarnos en lo absoluto? — preguntó, maldiciendo internamente a todo lo que conozco, el sabía que estaba con Alenna, así que alguien nos había visto y ahora él lo sabía.

— Mi hija es importante para mí, Igor —  empieza, aunque se me ocurren un par de cosas que decirle le dejo continuar — Alenna sigue siendo una niña ingenua, pero si le rompes el corazón...

Espera ¿Me está....? Quiero reír, esto debe ser una broma, Alexey Petrov, líder de la Bratva me está amenazando porque cree que estoy saliendo con su hija

Técnicamente no es mentira, pero Alenna  es demasiado para mi, y ambos lo sabemos.

— Si te hace sentir mejor, ya me amenazó con cortarme las bolas — le aseguro, dando un vistazo hacia el comedor, Lara parece al borde del llanto y Alenna, al igual que siempre la mira con ligera irritación

— Te estaré vigilando muchacho... Tienen una semana para ponerse en movimiento, o sabrás de mi — genial, sabe que no estamos en Japón y creo que me está empezando una migraña — Saluda a Ekatherina de mi parte.

Mierda.

Cuelga y me quedo petrificado, pensando en el siguiente movimiento, algo salió mal camino aquí y tenía que averiguar que.

No había manera de que él supiera que trabajaba para Ekatherina.

— Igor — me ladra Ekatherina sonando cabreada, Alenna está de pie y luce amenazadora, mientras que Lara tiene la mirada perdida — Lleva a Alenna a que conozca la ciudad, Lara y yo tenemos que hablar.

Miro a Alenna, que pone los ojos en blanco antes de venir hacia mi, golpeando mi hombro mientras sale de la habitación, miro a Ekatherina

— Tenemos problemas — le informo en ruso, pero ella me despide con un movimiento mientras mira a su hija con aprehensión, es irónico.

Había amenazado con matar a Alenna, pero toda la vida había tratado a Lara como si fuera de cristal

Alenna me espera afuera,  sus ojos grises parecen taladrarte con la mirada.

— Llévame con los otros, no sé que demonios hago en la casa principal — se queja, divertido por su actitud, la guió hacia el pasillo, no había comido nada así que tomaríamos el desayuno en un restaurante cercano

— ¿Te gustan los paninis? — pregunto quitándome la chaqueta y entregándosela, ella asiente mientras se la pone, noto que lo hace con cuidado, no hace más de tres días estaba en un bosque luego de la paliza que su padre y los demás le habían dado

— ¿A donde vamos? — pregunta cuando ve que tomo un par de cascos y le tiendo uno

— Donde no puedan oírnos — sé que probablemente me patee las pelotas luego, pero tiro de ella y susurro en su oído — Él lo sabe.

Se tensa de inmediato, pero me deja guiarla el exterior, tenía que llevarla lejos de los oídos de cualquiera.

Se monta con facilidad en la motocicleta así que la llevo al centro comercial, disfrutando de la velocidad en la autopista, pero en cuanto nos bajamos, las miradas no se hacen esperar, su rostro sigue amoratado así que le doy mis lentes de sol, que ella acepta con una ligera mueca.

Mientras estamos tomando nuestro desayuno, no puedo evitar comparar sus gestos con los de Lara, son tan opuestas y a la vez idénticas, ambas hacen un mueca extraña al terminar de masticar, Lara luce adorable, Alenna parece que está por arrancarte un dedo

— ¿Qué qusisite decir con "el lo sabe"? — pregunta finalmente, apartando su servilleta a un lado

— Alexey sabe que te traje con Ekatherina... Y creo que piensa que hay algo entre tu y yo — su expresión se mantiene neutra, lo que me indica que es una mentirosa de primera, si la noticia le afectó de alguna manera, no lo desmotraba

— ¿Qué hay de Japón? ¿Sigue queriendo muerta a la chica? — pregunta, sus ojos están ocultos tras los lentes de sol, pero con la manera en que su voz consigue permanecer neutra, está chica me pone las cosas difíciles

— Mientras el trabajo esté hecho, no debemos preocuparnos por eso — le aseguro, acercándome a ella — ¿Qué fue eso de esta mañana entre tu y Ekatherina?

Una ligera sonrisa burlona es lo único que me ofrece

— Le dije a la princesa que su adorado Ixander estaba muerto, pero a su alteza no le gustó — toma un último sorbo de su bebida — Lara y yo venimos de mundos diferentes, no entiendo por qué quieren juntarnos

— Parecías bastante interesada cuando estábamos en el avión — ella suspira y se quita los lentes y la chaqueta, dejando a la vista sus brazos tatuados y sus heridas

— Quería respuestas, pero ahora solo quiero irme a un puto lugar donde no tenga nada que ver con la mafia — se queja, es como la noche anterior, y es una sensación extraña, ver como la máscara inexpresiva se desliza de las delicadas facciones, tiene solo 17 años, pero en sus ojos se ve lo mucho que ha vivido

— Y lo tendrás, solo tienes que deshacerte de tu padre, es por él que sigues dentro ¿no? — ella mira sus manos

— Nunca fui a la escuela — dice finalmente, luciendo avergonzada — él me enseñó a leer, escribir, idiomas y como matar... La única razón por la que sé algo de historia es porque me gusta leer — una lagrima se desliza por su mejilla y la retira con frustración — No conozco nada más... ¿Qué si realmente no consigo hacer nada más que matar?

Es un momento increíblemente incómodo para mí, pero mierda, golpea fuerte

— Podrías quedarte con ellas — propongo, la idea no parecía haber pasado por su mente antes, es extraño ver la duda en su rostro

— No encajaría, Lara es increíblemente inocente, puedo verlo, y Ekatherina... — una sonrisa sinica pasa por su rostro — Prefiriria matarme antes de dejarme cerca de su pequeña.

— No estoy tan seguro de eso — digo con sinceridad — Lara es muy dulce, lo admito, pero es buena chica, dale tiempo, te agradará

— ¿y Ekatherina?

— Es tu madre, quiere tenerte de vuelta — le aseguro — escucha, no es de mi incumbencia, pero ella realmente estaba preocupada por ti

— ¿Entonces por qué enviarme a matarlo? — pregunta de nuevo, puedo ver que se siente frustrada, sus ojos grises analizando el entorno

— Tal vez cree que tu seas capaz de hacer lo que ella no pudo — me levanto y dejo un par de billetes en la mesa, incitando la seguirme

— ¿Es cierto? Dicen que fueron compañeros en el Spetznas — me enojo de hombros

— Solo soy seis años mayor que tu, deberías preguntarle a alguien que los conociera — ella asiente, y antes de que pueda decir algo, somos interceptados por un grupo de chicas

— Lara por Dios — chilla una de ellas, mirando con horror su rostro hinchado — ¿Qué demonios pasó?

Alenna luce momentáneamente horrorizada. Una expresión totalmente fuera de lugar en su rostro, la hace ver más humana.

— No soy Lara — dice en ruso, las amigas de Lara son como una pequeña parada de aves, todas chicas ricas, mimadas y tan inocentes que daba miedo.











Alenna - El OrigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora