Дорогч /Caminos

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Es más fácil para la yegua cuando la mujer se baja del carro.

El beso me toma por sorpresa, pero es agradable, sus labios son cálidos y sus brazos fuertes me rodean, me da ligero mordisco que envía una sensación extraña entre mis piernas

— Deberías ir a ver a Lara — dice colocando mi cabello detrás de mi oreja y sonríe — enserio creí que me patearias las pelotas

— Tal vez debería — murmuró sintiéndome mareada y confundida, pero una vez que me suelta, el peso de lo que acabo de hacer cae fuerte, yo... No sabía como sentirme al respecto, pero el horror de la realidad era el hecho de que había dejado suegir algún tipo de... sentimiento en mi y eso no era bueno.

Me alejo, en busca de mi hermana, que lleva cerca de media hora en el baño, por lo que debía estar la pasando muy mal.

La puerta está sin seguro así que entro con cuidado, ella está sentada en el piso de la ducha, con el agua cayendo sobre su cuerpo desnudo, está limpiando con saña sus manos, había matado a un hombre frente a ella y su sangre prácticamente la había bañado, conocía esa sensación, y aún no consigo acostumbrarme, pero tal vez podría enseñarle a bloquearla

— Déjame ayudarte — ella salta, aun asustada. Me mira con los ojos llenos de terror, casi como esa primera noche en la que había irrumpido en mi habitación, pero esta vez, ella sabía y había visto lo que soy en verdad.

Me doy cuenta de que el nudo que se forma en mi garganta lo causa el miedo a que quebrara algo dentro de ella.

— ¿Entonces este es tu mundo? — pregunta en un susurro. Cierro el agua y me arrodillo junto a ella

— Sí — admito, tomando el jabón y limpiando también su rostro, donde una delgadisima línea blanca era el recuerdo de nuestro primer encuentro — Tu naciste en él, también, pero Ekatherina se asegurará de que no vuelvas a ver este lado de la vida , es mi culpa que estés en peligro

— ¿Como puedes soportarlo? Yo... Cada vez que cierro los ojos veo... Toda esa sangre, caliente y... — se estremece, y mi corazón duele por ella

— Conozco el sentimiento — murmuro lavando ahora su cabello — podrás con ello, estoy segura.

— Quiero saber la verdad — dice finalmente, mientras con la mano húmeda limpia mi mejilla

— No conozco la historia completa —aprieto los labios, dicen que se es más feliz siendo ignorante, pero el miedo a lo desconocido sería peor para ella, así que arriesgandome a cometer un error accedo — Solo sé que madre te llevó lejos cuando teníamos dos años, no sabía de tu existencia hasta que en uno de mis... Trabajos — ella se estremece y mira mis dedos, sabiendo lo que significa — Un hombre me llamó Lara. Y dijo que era igual a Ekatherina — ella escucha en silencio, sus ojos grises oscurecidos por el horror de la noche — su nombre era Ryan Constantine, le maté, a él y a su esposa — Miro a mi hermana esperando su reacción, pero solo ha cerrado los ojos y clava sus uñas en las piernas, cuando abre los ojos hay una sombra de oscuridad que es demasiado familiar para mí y demasiado extraña  en ella

— continúa — pide, su voz temblando a causa del dolor

— Me dieron tu nombre, el de madre y otras personas, cuando le pregunté a padre quien era Lara y por qué me llamaron así... No quería responder, intentó convencerme de matar a Ixander a cambio de respuestas, yo... Quería saber.... Por qué ella me abandonó con él

— Por eso lo mataste — susurra, mirándome dolida, sacudo la cabeza

— No, el se enojó con padre por su novia, un asunto con los yakuza y amenazó a padre con matar a su hija favorita... A mi. — me río con cinismo — me disparó pero reaccioné rápido y lo maté, ahora padre quiere matarme a mi, haber venido a verte  fue un error, de no ser por mi traición tu estarías a salvo

— ¿Ixander quería matarte? — pregunta luciendo horrorizada ante la idea

Sin embaego, se mantiene en silencio por lo que parece una eternidad

— Alenna — Dice después de un rato.

— ¿Sí? — me levanto, buscando una toalla para que se seque

— Enséñame a disparar — pide, su labio inferior temblando

— No — digo rotundamente — No pienso enseñarte nada, solo hará que pienses que puedes hacer algo y te pongas en riesgo

Ella me mira como si fuera tonta mientras se envuelve con la toalla

— No quiero ser una inútil mientras tu e Igor se arriesgan — se queja, sacudo la cabeza

—  Sería más peligrosa con un arma en las manos — insisto — No es solo apuntar y disparar, así que no.

— Déjame sola — pide luciendo molesta, poniendo los ojos en blanco salgo del baño, tenía que ducharme también, pero habíamos tomado una habitación con solo una cama y un baño, algo sencillo que no levantara sospechas.

Igor está sacando cosas de la bolsa con alimentos, no sabemos por cuánto tiempo vamos a movernos así que está asegurándose de dividir las provisiones, también ha apagado casi todas las luces y cerrado las cortinas, de forma que nadie pueda vernos desde afuera.

— Ahora quiere aprender a disparar y parece no querer hablar — me quejo, hay una lata de duraznos abierta, Igor me sonríe con petulancia y se lanza a besarme de nuevo, uno rapido pero con intensidad

— Nuestro trabajo no es mantenerla contenta, solo segura — replica, tomando con los dedos un trozo de durazno y ofreciendolo

Dudo un segundo antes de abrir la boca y el deposita el trozo en ella con cuidado, es dulce y mis pensamientos se dirigen a un lugar diferente mientras mastico con cuidado, pasa el dedo ligeramente por mi labio

— ¿Qué me hiciste? — pregunta frunciendo el ceño, trago con fuerza, sintiéndo mi pulso acelerarse ante la intensidad de su mirada, acaricia mi cabello — ¿Sabes que es lo que me gusta de ti?

— ¿Que casi te arranco las pelotas? — pregunto, haciéndolo reír.

—  Eso ayudó — dice tomando otro trozo de durazno, esta vez deja sus dedos un poco más, dudosa, lamo el almíbar que queda en ellos — hay algo en tus ojos, son...

— Por mucho que quiera verlos juntos ¿No deberían estar más preocupados porque quieren matarnos? — se queja Lara saliendo de la ducha, se había cambiado y ahora tenía ropa cómoda y no tan llamativa, Salto lejos de Igor, quien finge no escucharla pero se aleja

— Necesito el baño — murmura a nadie en particular antes de pasar junto a Lara en dirección al baño, intentando no sentirme avergonzada, señalo la cama

— ve a dormir, mañana por la mañana nos iremos — ordeno, ella mira al baño y luego a mi, sus ojos están hinchados y enrojecidos, el cabello húmedo ya está cepillado

— ¿es la cena? — pregunta señalando la lata de duraznos, asiento, entregándosela, me dedica una sonrisa dulce — Lamento comportarme como una idiota — hace una mueca antes de abrazarme — deberías entrar al baño, es obvio que esta esperando,  no soy tonta — Me sonrie de nuevo, una sonrisa dulce pero triste — estoy segura de que les va a ir bien.

Me guiña un ojo y se va hasta la cama, embutiendose los duraznos y metiéndose entre las sábanas, dándome un último pulgar arriba.

No entraré a ese baño, tengo una fuga para proteger a Lana y un asesinato que planear.











Alenna - El OrigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora