Muda el lobo los dientes y no las mientes - proverbio ruso
Lara.
Mi hermana es aterradora, con los lentes de sol es difícil ver su mirada, pero cuando se los quitaba, tenía esa mirada penetrante que te hacia querer esconderte, Igor, que ha sido una especie de guardaespaldas de mamá durante unos años, nos sigue de cerca, hablando con ella en ruso.
Ana y Claudia se mueren por entender la conversación, pero las mantengo en cintura en cuanto empezamos las compras, mamá me pidió que le comprara ropa a Alenna, ella trajo una pequeña maleta, pero todo consta de pantalones elásticos, cinturones de cuero y blusas negras.
Cuando le tiendo una blusa de un lindo color crema, luce levemente interesada, pero de nuevo, se va por la ropa negra y de cuero.
Sabe más de moda de lo que pensaba, al menos tiene estilo, es decir, consigue dar aún más miedo con ropas que la hacen parecer algún tipo de espía Super cool de las películas
— Cariño, lo siento, pero tu hermana me da escalofríos — dice finalmente Ana mientras estamos en los vestidores de un local, Alenna está viendo unas botas y hablando en ruso con Igor, casi parecen una pareja de motociclistas
Miro a mi amiga con reproche
— No es muy sociable, pero no digas eso — me quejo, a pesar de que estoy de acuerdo con ella — solo... No está acostumbrada
Claudia sale del vestier con un lindo vestido de verano y me dedica una mirada asustada
— Tiene todos esos tatuajes y vi las cicatrices cuando se quitó la chaqueta — ambas sacuden la cabeza — tienen el mismo rostro pero es lo único parecido, ni siquiera habla inglés bien
Oh si, ella se había asegurado de dejar en claro que no quería hablar con mis amigas, lo que en mi opinión es algo rudo, aunque ellas no le entienden muy bien por su acento.
— Pero es mi hermana, apenas nos estamos conociendo — les recuerdo — traten la bien, es... Tímida — miento. Recuerdo la forma en que me atacó cuando la asusté en su habitación, tiene muchas armas, y esas cicatrices no son por algún deporte extremo.
Siempre he sabido de los negócios turbios de mamá, no soy tan tonta, solo... Soy ajena a todo, los hombres así muchas veces entran y salen, obedeciendo a mi madre sin quejarse, y todos ellos lucen con Alenna... Peligrosos y distantes.
Tengo la sensación de que ella tal vez sea como esos hombres, uno de ellos.
Una mujer grita fuera del local y todos se ponen alerta, hay gritos y de inmediato Igor está a mi lado, el miedo me invade cuando veo su mano dirigirse a la enorme pistola que esconde en su pantalón, me pongo de pie de un salto, preocupada.
— Atrapenlo — grita alguien, Alenna está cerca del pasillo mirando la escena casi con aburrimiento, un hombre sale corriendo no sé de dónde y casi en cámara lenta, veo a mi hermana dar un paso al frente, interponiendose en su camino, el hombre, que lleva una cartera el el brazo, hace ademán de empujarla, pero con un solo movimiento de su brazo y posicionando sus piernas, Alenna consigue golpearlo en la tráquea y derribarlo.
Y es ahí cuando mi estúpido cerebro finalmente lo entiende, no había forma posible de que ella fuera o hiciera algo normal...
Un escalofrío me recorre, ella se aleja del hombre cuando el guardia de seguridad llega, todos la miran pero a ella parece no importarle, Igor se relaja y me da una palmada en la espalda
— Hay que regresar a casa — dice alejándose un poco, las chicas y yo estamos perplejas, mi hermana se acerca a Igor e intercambian palabras antes de dedicarme una mirada.
El viaje a casa lo siento como un sueño, las preguntas arremolinandose en mi cabeza, necesito hablar con mamá, y ella tenía que darme explicaciones.
Alenna va con Igor en su moto y yo en mi coche, así que ellos llegan primero, pero cuando entro a casa con Igor, entran juntos a su habitación
Me pregunto vagamente si hay algo entre ellos, pero mientras están ocupados, busco a mamá por la casa, está en la biblioteca, como siempre, tiene el cabello suelto y un suéter de cuello de tortuga, verla siempre ha sido agradable, todos dicen que nos parecemos, ella es pelirroja, pero suele teñirse de rubio desde que tengo memoria.
— ¿compraste algo lindo? — pregunta dejando su libro a un lado, asiento, dejando las bolsas a un lado y sentándome junto a ella, intuitiva como siempre, sabe que algo sucede, me recuesto sobre ella, y me abraza con fuerza, besando mi frente —¿Qué está mal, cariño?
— ¿Por qué nunca me dijiste sobre Alenna? — preguntó, mamá acaricia mi brazo con cariño
— Lo hice para protegerlas, ambas son mi mayor tesoro — asegura
— ¿Por qué nos separate entonces? — insisto — ¿viste todos esos tatuajes y cicatrices? Es horrible mamá
Me dedica una mirada, es la misma que usa Alenna siempre, no dejan ver lo que piensan
— Dame tu mano — pide, le entrego mi mano y ella la acaricia, sus dedos son largos y elegantes, ligeramente callosos peor fuertes, las uñas pintadas de rojo, contrastando con las mías que están pintadas de un lindo color rosa.
— La de ella tiene tatuajes — digo con pesar, no es que tenga algo en contra de los tatuajes, pero siempre parece intentar esconderlos, como si se avergonzara.
— Tu hermana es... Como tu padre — dice lentamente — sé que no eres tonta, has vivido rodeada de mis hombres, tu hermana... Es como ellos
— ¿La enviarás hacer trabajos peligrosos? — pregunto — ¿Es como Ixander?
— Algo parecido — dice lentamente, sonando cansada — Es lo mejor que puedo ofrecerle, me gustaría decir lo contrario, pero no la conozco, no la había visto el quince años, es una chica fuerte ¿no crees?
Sacudo la cabeza sin entender, al recordar las palabras de la misma Alenna, pregunto
— ¿Qué habría pasado de ser al contrario? — mamá aprieta los labios con culpabilidad — Si fuera yo quien hubiera estado con papá... ¿Habrías ido por mi?
— Hay muchas cosas que no entiendes, hija... Lo de tu hermana es diferente — intenta ahora, besa mi frente de nuevo y acaricia mi mejilla — No pude salvarlas a ambas hace quince años, pero te salvé a ti, y es lo importante, que tu estás bien.
— Pero Alenna...
— Alenna es diferente a ti Lara, ya basta con eso, tal vez cuando ella regrese de Siberia todo mejore, pero por el momento... No quiero que te encariñes demasiado, los Petrov suelen rompernos el corazón.
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Alenna - El Origen
Roman pour AdolescentsAlenna Alexeievitch Petrova. Asesina. Hija de Alexander Ilich Petrov, jefe de la Bratva y antiguo spetsnaz. Entrenada en el arte de matar desde los seis años, Alenna es letal, calculadora, y a demás, a sus diecinueve años, se convierte en una de las...