Capítulo 7

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Narra Savannah

Iba caminando de atracción en atracción, pero como siempre me entró un hambre que hizo que mi estómago rugiera bastante.

Aprovechando que estába cerca de los puestos de comida, me dirigí al de palomitas de maíz y con mi dinero, lo compré. Al girarme me encuentro con el hermoso de Thomas, y me dan ganas de dejar las palomitas y comerlo a él.

- ¿Necesitas algo? - Le pregunté casual.

- Si, los chicos me pidieron que te dijera que van a ir a la montaña rusa - Dijo Tom.

- Oh, de acuerdo. Diles que en la vida me subiré ahí, gracias - Me giré para agarrar mi comida.

- Uf, un poco intensa ¿No? - Pregunta haciéndome voltear de nuevo.

- Así soy yo, y si no te gusta te puedes ir, corazón - Se que fui un poquito ruda pero así son las cosas, lo esquivé y me dirigí a uno de los bancos que hay dispersos por ahí para así finalmente comer.

Veo como Tom se me acerca y se sienta a mi lado, yo sigo comiendo aún así.

- A mi me gustan las intensas - Su comentario hace que me quedé en shock, quien diría que el niño bonita tuviera gustos así.

- ¿Ya te dijeron que eres algo... Cuál es la palabra, molesto? -

- Sabes, me gusta pensar que soy oportunista, y cuando conozco a alguien como tú, no pienso dos veces - Ahora yo veo mi oportunidad.

- Creo que ahí está tu defecto, no piensas - Sus ojos me fulminan.

Una carcajada escapa de mis labios antes de meter otra palomita en mi boca, y ahí es cuando me ahogó con esta la misma.

Empiezo a torcer muy fuerte tratando de sacarla.

- Oye ¿Estás bien? -

No te puedo responder ahora, idiota ¿No ves que me ahogo?

- Te traigo agua - Yo sigo tosiendo fuertemente mientras veo como se aleja para comprar la bebida. A pasó rápido me entrega la botella abierta y lo tomo rápidamente.

- Gracias - Murmuré.

- Perdón, no te escuché, ¿Puedes repetirlo? - Idiota.

- Gracias - Le digo alzando la voz y entre dientes.

- De nada, malhumorada - Lo último lo dijo en voz baja para que no pueda escuchar pero gracias a mi super oído súper sonico logré escucharlo.

- Idiota - Le devuelvo el insulto.

- Ruda -

- Estúpido -

- Bruja -

- Niño de mamá -

- Ey, eso no es cierto, yo rompo las reglas -

- Dime algo malo que hayas hecho en toda tu vida hasta ahora -

- ... -

- ¿Te comió la lengua el gato? - Pregunté burlona.

- Cuando estaba en primer grado, robaba los lápices de mis compañeros - Dice apenado, pero aunque me de pena no puedo evitar que carcajadas se me escapen.

- Oh por Dios, deberían meterte en la cárcel - Digo sarcasticamente, veo como baja la cabeza con vergüenza - Hey, no te pongas así -

- Es que siempre he sido bueno, mis padres me enseñaron a ser así - Dijo y yo no sabía que decirle, solo suspiré.

- Yo en cambio siempre fui así porque no tenía a nadie que me enseñara a ser alguien buena, mis padres nunca estaban, siempre era el trabajo antes que yo. Soy ruda e intensa para no mostrar mis emociones - Dije con la cabeza gacha - Hasta que conocí a las chicas, ahí pude cambiar pero con ellas, ya que tengo más confianza para mostrar mis emociones - Dije.

- Puedes confiar e mi Savannah. Si quieres, yo puedo enseñarte - Me sorprendí.

- ¿En serio? - Él asiente - Si, es así, yo puedo enseñarte también a no ser tan bueno, hay veces en las que ser rudo te salva la vida - Respondí. Él asiente de nuevo.

Nosotros nos quedamos hablando, por suerte hice que se olvide de la montaña rusa, ni loca me subo, apuesto a que ni estando borracha.

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