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Ya pasaron dos meses de que no ve a Hyunjin. Al pequeño Jeongin le preocupaba cómo estaba, aunque no mucho, ya que le rompió el corazón de una manera descarada.

Tonto, Hyunjin, tonto tonto.

Jeongin terminó la escuela, por fin tenía las vacaciones que se merecía, aunque estaba triste porque las pasaría sólo. Su madre dijo que el viaje se alargaría por mucho tiempo, mi primo Jae vive con mi mejor amigo, Seungmin, y están realmente enamorados, mis amigos de GOT7 se fueron por un Tour, Yunhyeong y Hanbin se fueron de viaje, Jaehyun está castigado por repetir de año, Jaemin se fue a China junto a Renjun, Felix no para de jugar al lol y ya no tiene más amigos.

Pasaría tres meses solo, solín, solito. Con la compañía de Jinjin, su precioso golden retriever.

-

El primer día de vacaciones no fue la gran cosa, se quedó en el sillón viendo una serie, la cual era aburrida, pero el timbre de la entrada sonó.

¿Quién vendría a mi casa a las 23:45?

Se quedó pensando en si es bueno abrirle a la persona que estaba atrás de esa puerta o no. A pasos sigilosos fue corriendo hasta la cocina y agarrar un cuchillo con mucho filo, por las dudas, uno nunca sabe.

Volviendo a la puerta, la abrió de un golpe, mostrando su cuchillo delante suyo para que quien esté en la entrada de asuste del pequeño Jeongin.

– ¿Hyunjin?– El menor quedó con la boca abierta y rápidamente tiró el cuchillo a un costado, poniendo sus manos atrás suyo.– ¿Qué haces en mi casa a esta hora de la noche?

– Me alegro que hayas tirado el cuchillo– Mostró su sonrisa– Vine a pedirte perdón y a...– Jeongin le cerró la puerta en la cara, y el mayor volvió a tocar el timbre, se abrió la puerta y Hyunjin decidió seguir– a traerte esta pizza.

– ¿Sabes que con comida no se gana un corazón?– Yang tomó la caja y se adentró a su casa, dejando la puerta abierta y que Hyunjin pasara.– No te dije que entres a mi casa, es propiedad privada y puedo denunciarte por eso.– No lo miró a los ojos porque estaba centrado en abrir la caja de pizza.

Y Hyunjin, harto de las actitudes infantiles del menor, cerró la puerta fuertemente, captando la atención de Yang. Se acercó rápidamente a él hasta dejarlo encerrado contra la pared, su cara a milímetros de la suya, con la respiración acelerada y con la cabeza gacha.

– ¿Quién es el que da las órdenes?– Preguntó el mayor, levantando la cabeza de Jeongin con su mano, acercando sus labios cada vez más hasta que el menor no aguante y lo bese.

– Si crees que voy a caer a tus pies, te equivocas, Hwang Hyunjin.

– No quiero que caigas a mis pies, quiero que me perdones.– Al menor se le iluminaron los ojos, dejó de mirar los carnosos labios de quien lo tenía encerrado contra la pared y lo vio a los ojos.– Yo no fui quien besó a Jinyoung, tampoco quise seguirlo, a quien quería besar era a un niño de casi 18 años con vías del tren en los dientes y un cabello demasiado suave.

Jeongin supo que hablaba de él, no había que ser un genio para saber que el cabello más suave del mundo era el suyo.

Sin pensarlo dos veces, cortó la distancia de dos centímetros y lo besó.

El beso fue profundizándose cada vez más, Hyunjin lo agarró para alzarlo y que rodee las piernas con su cintura hasta llevarlo a su habitación.

Una vez entraron a dicho lugar, acostó a Jeongin en la cama y se acostó arriba de él apoyando sus manos a los costados para no aplastarlo, en ningún momento dejaron de besarse, hasta que el menor habló.

– Hyung, no estoy preparado para esto– Dijo mientras se le notaba un leve sonrojo en sus delicadas mejillas.

– Tranquilo, pequeño, no haré algo que no quieras– Sonrió para brindarle confianza, no estaba mintiendo y tampoco quería tener relaciones con ese niño, tan solo hacer el trabajo que su jefe le dió y listo, no se enamoraría de Jeongin.

– No es que no quiero, sino que...– Se quedó mirando fijamente a los ojos de Hyunjin, notó que no brillaban tanto como los suyos, pero no le importó mucho. En vez de seguir hablando y arruinando el momento, siguió besándolo por largos minutos.

– Jeonginnie, ¿tienes sueño?– El menor asintió y se levantó para taparse con sus frazadas blancas.– Nos vemos otro día, mi niño.

Le acarició la mejilla y le dejó un beso en la frente. Listo para irse, se dió vuelta pero la mano del menor tiró suavemente de la suya.

– Quedate conmigo.

Luego de que el mayor se acostó, siguieron con los besos hasta que el menor quedó dormido. Aprovechando el momento, Hyunjin tomó su celular para hablar con su jefe.

Hwang:
Lo tengo bajo control

Jefe Lee:
Excelente, tráelo en cuanto antes

Hwang:
Está bien.

Apagó su celular y se dedicó a dormir, sintió el brazo del menor pasar por su cadera y acercarse más.

Sentía pena por él, no sabía lo que le esperaba, pero tampoco podía hacer algo para salvarlo.

I Want You [Hyunin] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora