Epílogo

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– Peloturo– Dijo Jackson.

– Pelotudo– Jae le enseñaba palabras nuevas al chino, quien las pronunciaba mal.

– Peloturo.– Repitió el chino.

– Pelotudddddddddddddo.

– Pelotuuuuuuurooooooooo.

– Qué caso perdido, salí boludo– Se levantó de la silla y se fue a tomar un vaso de jugo a la cocina.

Estaban todos sus amigos en la casa de Jeongin, celebrando el hecho de que él y Hyunjin son novios por fin.

– Bien, Hyunjin y Jeongin– Habló Yunhyeong, mientras sostenía la mano de Hanbin.– ¿Cómo pasaron estos últimos dos días desde que salen?

Los nombrados se miraron y rieron, no hicieron mucho ya que tan solo fueron 48 horas en las que no había mucho por hacer.

– ¿No hicieron nada indebido?– Preguntó Jisung, recibiendo un golpe de parte de Chan.

– Son pequeños, Jeongin es chiquito, no es apto para esas cosas– Todos los presentes rieron y así estuvieron toda la tarde. Riendo, tomando gaseosas, comiendo chatarras, viendo televisión, jugando o incluso golpeándose. O, en caso de Jackson, tratando de aprender nuevos insultos. Algunos estaban en el suelo, otros en el sofá, era todo un desastre.

-

La noche se aproximaba, todos la pasaron realmente bien y se hubiesen quedado a dormir si cierta persona no hubiese atravesado la puerta de entrada.

– ¿Mamá?– Habló Jeongin, sorprendido por la repentina visita de quién lo abandonó. Entró al living donde estaban todos y se arrodilló al piso para abrazar al hijo.

– Lo siento, lo siento, lo siento– Repitió una y otra vez.– Prometo no volver a dejarte, vamos a irnos a China.

Todos los presentes, excluyendo a su madre, se tensaron al escuchar eso. ¿Cómo Jeongin iba a irse? Desde que su madre se fue, vivió la vida mil veces mejor, y con peligro también.

– ¿Señora Yang?– Hyunjin se levantó, estaba atrás de Jeongin ya que lo abrazaba.– Usted no puede venir y llevarse a su hijo así porque sí.

– Es cierto– Esta vez se levantó Jae– Tía, con todo respeto, no puede hacerlo.

– Hola, Jae– Soltó a su hijo y miró a su sobrino para sonreírle.– ¿Y tú quién eres para darme órdenes de qué hacer y qué no con mi hijo?– Se dió vuelta para ver a quién habló primero.

– Es mi novio– Contestó Jeongin.

La madre abrió los ojos rápidamente, al igual que su boca, quedó pálida al escuchar eso salir de la boca de su hijo.

– Sí, señora, soy su novio– Tomó al pequeño de la mano y lo levantó, para enfrentarse a su madre.– Soy yo quién lo salvé miles de veces, quién lo cuidó, quién le trajo problemas y se los quitó de encima, quién hasta tuvo que cocinarle, porque no sé qué clase de madre es usted, pero Jeongin no sabe cocinar– El nombrado se sonrojó por eso, se sentía un niño de dos años– Quién encontró a su padre.– Hyunjin sintió su mejilla ardiendo, ya que la madre de su novio lo golpeó.

– ¡¿Estás loca?!– Gritó el menor.

Los amigos del menor se fueron de la casa, ellos tres merecían privacidad, Jae susurró un "nos vemos mañana" y se retiró. Dejando al trío en una tensa situación.

– ¿Cómo vas a decirme eso, Jeongin?– Separó las manos de la pareja y apretó la muñeca de su hijo– Ya mismo nos vamos a mudar a China, ni tú ni tu estúpido novio van a impedirlo.

– ¿Para qué quieres vivir en China, mamá?– Paró en seco y le sonrió sarcásticamente– ¿Por tu hijo, por tu nuevo esposo?

– Zhengting no es mi hijo.

– ¿Y aquí qué hay?– Le señaló la panza, la cuál no se notaba que estaba embarazada, pero su hijo podía predecirlo.

La señora Yang tragó en seco, soltó la muñeca de Jeongin y miró a Hyunjin, ambos estaban serios y sin un rastro de enojo o felicidad.

– ¡Bien, sí!– Gritó harta, pisando el suelo con fuerza– ¡Tengo otro hijo!

Las lágrimas no tardaban en llegar a los ojos del menor, por eso, Hyunjin lo abrazó por detrás y Jeongin apoyó su cabeza en su hombro.

– ¿Prefieres quedarte con tu madre, o con este chico?– Vio de pies a cabeza a Hwang con asco y desperdicio.

– Con este chico, adiós, Yang Jiwon.– Se separó de su novio y comenzó a darle leves empujones a quién se decía llamar madre.

– Vas a quedarte solo, Jeongin, si este chico llega a dejarte.

– Señora, no pienso dejarlo porque estoy enamorado. Y además, aparte de mí, tiene muchas personas que lo rodean.

– No te necesito.– Una vez que Jiwon estuvo fuera de la casa, le cerró la puerta en la cara.

– Ya nada nos va a molestar, pequeño.

Jeongin abrazó a Hyunjin, comenzó a soltar leves sollozos y, una vez que el menor se calmó, se sentaron en el sofá. Pero no por mucho tiempo, ya que el timbre de la casa sonó una y otra vez. Ambos se levantaron para abrir la puerta, pero quedaron como estatua al ver la escena frente a ellos.

– Hola, hijos.– Saludó Taeyong, sosteniendo a Jiwon mientras tenía un arma en su cabeza.

I Want You [Hyunin] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora