[8] Final

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Pasó una semana de lo ocurrido.

Jeongin no iba a declarar en un juicio para ayudar o perjudicar a su madre, por ser cómplice del mayor mafioso del país era suficiente, algo que no lo convenció mucho. Ni siquiera sabía cuántos años iba a estar en prisión, no le importaba tampoco.

Ahora era feliz, nadie podía arruinar eso, ¿verdad?

Hicieron un pequeño viaje con sus amigos a la isla de Jeju.

Cuando todo terminó, le contaron lo que pasó con Taeyong de pies a cabeza. Estaban bastantes sorprendidos, sabían un par de cosas pero no creyeron que haya sido tan malo, ahora tienen miedo de que Hyunjin y Jeongin tengan traumas.

Trataron de tranquilizar a los demás, nada malo iba a pasar y no se sentían tristes ni mucho menos iban a tener traumas. Van a ser recuerdos feos, nada más que eso.

(...)

Llegaron a su ciudad y lo primero que hizo Hyunjin es ir a la casa de su padre con Jeongin, no lo veía hace mucho tiempo, ni siquiera después de la muerte de Taeyong.

Ten se mudó con Johnny a una casa normal, un verdadero hogar. La mansión quedó para las personas pobres de la calle, fue su propia decisión, tenía un corazón muy amable.

Vivían cerca de la casa del menor. Ellos no pudieron mudarse, ya que su abuelo le heredó la casa a Jeongin, era el único recuerdo que tenía de él, y Hwang lo respetaba.

Tenían miedo de que alguien vaya a su casa, pero lo único que recibieron fueron agradecimientos a través de cartas. Las personas que trabajaban para Taeyong fueron quienes enviaron los papeles con muchas palabras, algunos eran obligados a servirle a Lee y otros ya no lo querían, le temían.

Cuando llegaron a la casa del padre de Hwang, tocaron el timbre y los recibió Johnny con una muy bonita sonrisa de bienvenida.

– Hola, ¡tanto tiempo!– Se acercó a los dos y les dio un leve abrazo– Pasen, por favor, Ten estará muy feliz de verlos– Se hizo a un lado para dejarlos pasar.

La casa era simple, muy linda. Había una escalera y barandas muy suaves de madera, una puerta que llevaba a la cocina y otra al living.

Pasaron por la segunda puerta y vieron a Ten, este se paró rápidamente y se acercó lentamente hacia Hyunjin, tomó sus mejillas y lo abrazó.

– No puedo creerlo– Las lágrimas de su padre caían hasta caer en el hombro de su hijo.

Aunque, ¿quién era su hijo ahora? Si los dos eran sus hijos, son novios, suena incesto.

– Hola, papá– Dijo Hyunjin– ¿Te enteraste de lo que pasó con Taeyong?

– Pensé que habían muerto– Se acercó a Jeongin y le acarició la mejilla, le dio un abrazo a él también.

Los invitó a sentarse en uno de los sillones y se pusieron al día, contándose todo lo que pasó hasta ahora.

Parecían una familia.

Era una familia.

(...)

– Papá, nos encantaría quedarnos a cenar pero debemos irnos– Hyunjin se paró y tomó la mano de su novio, quien hizo lo mismo.

– Está bien, pueden llamar si algo pasa, sea la hora que sea. Si no tienen qué comer pueden pedirnos algo, si no pueden dormir pueden venir, si están aburridos, si...– Hablaba tan rápido, cuando lo hace es porque está feliz.

– Señor Ten, lo entendimos– Se rió Jeongin.

– Por favor, no me digas así, puedes decirme papá– Le dedicó una sonrisa tranquila– Sé que son novios, pero no significa que no sean mis hijos.

Luego de que le hagan saber a Ten que estarán bien, saludaron a Johnny y se fueron tomados de la mano.

– ¿Jeongin?–

– ¿Mhm?

Pararon en medio de un parque lleno de luces, mirándose a los ojos.

– Ahora podremos ser felices, mi pequeño, nada va hacerte nada malo– Tomó la mejilla del menor y se acercó para darle un suave beso, pero lo paró.

– Hyung...

– ¿Sí?

– Te amo.

– Y yo a ti.

Luego de eso, se besaron.

Sabían que de ahora en adelante nada los molestaría ni habría más secuestros.

Podían ser felices de una vez por todas.

Fin.

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Gracias por el apoyo y perdón por este final tan feo.

I Want You [Hyunin] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora