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Ya había pasado tiempo desde que la madre de Jeongin se fue, no recibía muchas llamadas de parte de esta, pero no le interesó mucho ya que le estaba gustando demasiado al pequeño Jeongin estar solo.

Solo con Hyunjin.

Disfrutaba demasiado pasear con él, jugar, cantar, bailar, mirar la televisión, reír, abrazarse, besarse y demás. Para el menor, Hyunjin era un sueño cumplido. Nunca creyó en que alguien como él estuviera con Jeongin.

Pero cuando le gritó se alarmó un poco, ¿acaso le hizo algo para que se enfade así?

Jeongin se quedó en el sofá, esperando a que la respuesta toque su puerta.

Y, como si alguien le leyera la mente, alguien tocó su puerta.

Se levantó del sofá para ir hasta la entrada para ver quién era la persona que interrumpía sus pensamientos.

Y como si fuese obra del destino, otra vez, ahí estaba Hyunjin.

– Hola, pequeño...– Dijo mirando al piso.– Quería disculparme.

Jeongin se quedó quieto en su lugar, viendo al mayor con traje azul, un ramo de flores blancas y una caja llena de chocolates, caramelos y chicles.

– ¿Sabías que no puedo comer esas cosas, no?– Preguntó Jeongin, y como Hwang puso su cara de confusión, el menor le mostró su dentadura con brackets– Me hacen doler y se me pegan.

– Lo siento, no volverá a pasar– Dijo mientras volvía a su coche, realmente caro, algo que sorprendió a Jeongin porque nunca había visto un coche así y nunca se hubiese imaginado que sea de Hyunjin.– Listo, los dejé en mi auto para después dárselos a algún niño.

– ¿Ese es tu coche?–  Seguía con la boca un poco abierta por la sorpresa, Hyunjin asintió y sacudió su cabeza para volver a la realidad– Lo siento, ¿a qué viniste?

– A pedirte disculpas– Después de estar mucho tiempo en la entrada, Jeongin lo dejó pasar mientras cerraba la puerta.– No quise gritarte así, solo...–

– Te sentías cansado– Interrumpió el menor– Lo entiendo, no te preocupes– Bajo la cabeza de forma inmediata al sentir los ojos de Hyunjin en los suyos.

– Bueno– Sin darle tiempo para reaccionar a Jeongin, el pelinegro agarró el mentón del menor para darle un pequeño beso en los labios.– ¿Vemos videos de tu grupo favorito?

Jeongin, asintiendo con mucha rapidez, saltó hacia el sofá para prender la televisión mientras Hyunjin lo seguía por detrás.

Estuvieron un largo rato viendo videos, los cuales a Hwang le aburrían muchísimo, hasta que le llegó una llamada al mayor.

– Lo siento– Dijo, para agarrar su celular y levantarse.– ¿Hola?– Habló una vez que atendió la llamada.

– Hola, hijo– Era Ten– Mañana trae al pequeño, ni hoy ni pasado, mañana– Subió la voz en la última palabra, para dejarle en claro que mañana quería que lleve a Jeongin.

– Bien, adiós– Sin dar más vueltas, cortó la llamada.

Volviendo al salón donde estaba el menor, vio una escena muy tierna. Jeongin con los cabellos despeinados, el perro en su regazo, los ojos adormilados del menor y con su pijama de pequeños zorritos naranjas.

– Volviste, hyung.– Se despertó de golpe notando la presencia del mayor.– ¿Quién era?

– ¿Quieres ir a una fiesta mañana por la noche?– El menor asintió feliz, y Hyunjin preocupado.

No quería llevarlo a la mismísima boca del lobo, pero era su trabajo.

I Want You [Hyunin] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora