CONTROL

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Tweek lo quería.
De verdad que lo hacía con todas sus fuerzas.
El pelinegro, en sus actitudes de desprecio, cuando Tweek hacia algo que el consideraba molesto o malo para ellos, le amenazaba con abandonarle.
El rubio lloraba y se aferraba a él prometiendo comportarse, prometiendo estar a su lado y hacer cuanta cosa el quisiera...
Las peticiones de Craig habían ido desde restringir sus amistades, con que frecuencia veía a su familia, hasta las clases que tomaba y sus actividades extra escolares.
Tweek tenía terminantemente prohibido tener amigos o contacto con cualquiera que considerará a Craig alguien negativo en su vida.
El chico Tucker sabía jugar bien sus cartas, con el tiempo había terminado viendo a Tweek como un entretenimiento bastante divertido.
Se le podía herir con una facilidad increíble, estallaba en llanto ante cualquier acción de su parte que no fuera un gesto de aprobación.
Estaba desesperado por alguien que lo validara como ser humano
Craig amaba eso de él.
La manera en la que le rendía tributo casi por el simple hecho de existir.
Tweek era su ancla al suelo, su manera de hacerlo sentir en control.
En control sobre él.
Cuando el rubio salía usualmente debía reportar su estado, donde estaba y con quien.
Craig se divertía fingiendo estar molesto y bloqueandole la vía de comunicación para que el rubio volviera rápidamente a sus brazos para "arreglar los problemas".
Por qué ellos eran una pareja y las parejas solucionan sus problemas, decía siempre el rubio con lágrimas en los ojos y jalonenandole del brazo para que lo escuchara.
Craig se lo zafaba con facilidad, haciéndolo chocar con algun mueble o algo parecido, haciéndolo lloriquear en el suelo y armar una escena que el pelinegro no estaría dispuesto a tolerar en público.
Pero en privado... Oh era tan gratificante.
Verle desesperado por su perdón y su amor.
Tucker no se sentía como un monstruo... De hecho, Craig podría describirse a sí mismo como una deidad piadosa.
Craig terminaba siendo un dios bondadoso y le besaba en los labios con mimo diciéndole que se arrepentía de aquello, que jamás había sido su intención lastimarlo.
Lo abrazaba y lo llevaba a la cama a dormir.
Le preparaba algún té con sedantes y lo miraba quedarse noqueado con aquel coctel.
Lo miraba dormir, era como un lindo animal en su jaula.
A Craig siempre le gustó tener mascotas...
Ahora sentía que solo necesitaba una.

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