DORMIR

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No había si no un profundo deseo de controlar y poseer en Craig Tucker.
Era pan de cada día saberse en control de todo, todo normal, todo en su lugar. Como el quería.
Pero había cosas que escapaban de su entendimiento.
De lo que podía hacer que pasara o no.
Tweek era su más preciada posesión por lo cual lo guardaba con recelo de los curiosos y simpáticos que querían caer en gracia de su novio.
No importaba que el rubio a veces se pusiera difícil...
Un par de empujones y lloriqueos y Tweek estaba de nuevo a sus pies.
Pero Craig no podía controlar cuando Tweek sufría un ataque de pánico, alucinaciones o algún padecimiento similar.
No podía frenar los actos del rubio ni mantenerlo siempre prisionero.
Esa tarde Tweek se salió de su control.
Se había tomado tantas pastillas para dormir que estaba mareado apenas unos momentos después.
Su preocupación nació cuando se desmayo en medio de la cocina.
Lo tomó rápido y lo llevó al hospital... Le vaciaron el estómago estropeado que tenía, hicieron de todo para reanimarlo hasta que se estabilizó.
No supo en qué momento ni cómo sucedió, pero tenía las mejillas húmedas.
Acaricio la melena rubia después de aquel tremendo susto.
Y sintió por primera vez un temor poco natural.
Uno que antes le habría dado completamente igual...
Se agacho y miró de cerca el rostro de Tweek durmiendo plácidamente casi como si no hubiera estado cerca de morir unas horas antes.
Le llevó violetas hasta que se mejoro.
Se planteo vigilar lo aún más. Administrarle el mismo cada medicamento.
Vigilar sus comidas y salidas de manera meticulosa.
Comenzó a controlar cada aspecto de su vida.
Tweek acato cada orden, cada decreto, cada deseo de Craig.
Sintió que se le llenaba el pecho de alegría cuando el pelinegro llegaba y le hacía compañía.
Su excusa pretendía ser la de visitar a su novio.
Pero ciertamente se trataba de monitorear.
No era para menos.
Tweek era de su propiedad.
Y él... Él era cuidadoso con sus cosas.
Debía haber más que aquello, debía mantenerlo vivo y atormentarlo él y solamente él.
No sus demonios ni su desafortunada genética.
Solo el podía oírlo lamentarse y saberse responsable.
Kenny fue a verlo muchas veces, Craig le negó cualquier contacto...
Advirtió con palabras venenosas que si seguía cerca...
Quien sufriría las consecuencias sería Tweek, no él...
Pareció ser suficiente para esa noche.

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