ROSAS

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Era una noche importante.
Craig había conseguido un trabajo importante.
El rubio lo miraba con felicidad ante su importante puesto.
Craig se sentía de lo más extraño recibiendo esa aura positiva de Tweek.
Estaba más acostumbrado a verlo nervioso, ansioso o patético.
Pero ahora lucia radiante.
Recién se habían comprometido formalmente y el joven Tucker ya no sabía cómo lidiar con Tweek en su casa.
El rubio era acaramelado y cursi con él.
Cosa que no tenía ni idea de cómo procesar...
Tweek ya no decaia por desprecios o malos tratos.
Le dedicaba una sonrisa y se retiraba.
Era su nuevo mecanismo de defensa...
Eso y...
Cada vez que se enojaba, cada maldita vez que estaba a punto de estrangularlo por la rabia, el rubio lo acariciaba y besaba su boca con lentitud y de manera encantadora.
Su mente se nublaba a tal punto que de alguna manera cuando recuperaba un poco la razón, estaba con Tweek encima suyo en plena faena o ya definitivamente con el rubio dormido a su lado.
No podía negar que aquello le llenaba, le complacía que Tweek fuera tan activo pero sentía que estaba perdiendo el control de las cosas y eso era algo que en definitiva no le gustaba.
Decidió que haría su jugada esa noche.
Se sentaron a cenar juntos y Tweek miró a Craig levantándose rápidamente.
–Iré a un bar esta noche – exteriorizo Tucker aflojandose la corbata para quitársela.
–No–
Craig sintió que se le paraba el mundo.
¿Que había dicho?
–Tweek es un aviso, no estoy preguntándote–
–Hay un correo electrónico en tu bandeja de entrada, lo mande ayer y lo dejé en la bandeja de salida para muchos más contactos, sal por esa puerta y vas a averiguar que fotos y mensajes hay ahí y a quienes van a llegar–
Craig tomo su celular rápidamente y miro una cantidad preocupante de fotos comprometedoras.
Cada una diferente.
Palidecio y miro al rubio.
–¿E-E-Estas bien C-C-Craig? – dijo Tweek, exagerando el tartamudeo y mostrando una mirada de falsa ingenuidad.
-
Se preparo un baño mientras oía a su prometido en la habitación viendo la televisión.
Tweek estaba hundido en la bañera, sintiendo el aroma floral en el agua como algo bastante agradable.
Craig entró al baño y lo miró con frialdad.
Tenía un pequeño pero llamativo abre cartas en su mano.
–Oh vas a matarme, que creativo– dijo Tweek alzando sus piernas en el aire, haciendo que algunos pétalos se pegaran a su blanca piel.
–Encantador... ¿Sabias Craig?... Hay aplicaciones que cuentan con la función de programar envíos automáticos desde días antes, uno a veces puede desactivarlos si se equivoca pero... No creo poder salvarte el culo si estoy muerto... –
Tucker dejo caer su potencial arma y miro con desprecio a Tweek...
–Eres un... –
–Ven conmigo a la bañera... Anda... ¿O quieres molestarme? No... Eres un gran novio, seguro no quieres hacerme enojar... –

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