Tengo Qué

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-¿Estás bien, Michael? -. Vuelvo a preguntar por tercera vez.
Desde que nos habíamos levantado, Michael parecía un tanto cansado, y me preocupé, le pregunté que si estaba bien, y me dijo que sí. Cuando me despedí de los niños, que hasta Paris lloró porque no quería que me fuera, yo les prometí que los iba a ver pronto, no sabía cuando, ni sabía donde, pero de que yo quería verlos iba a hacerlo.

Al salir del hogar; miro a mi alrededor con cierta melancolía, me acaricio suavemente el brazo, con la esperanza de que volveré, o por lo menos de que sentiré ésta magia.

-¿Lo extrañarás, verdad?

Me doy la vuelta y miro a Michael.

-Por supuesto -, admito con tristeza -, extrañaré este lugar, extrañaré a tus hijos, yo te voy a extrañar, Michael.

Él me dedica una media sonrisa. Se acerca a mí y veo que su intención es darme un beso.

-Michael, a-aquí no - tartamudeo.

Él sólo me dedica un media sonrisa, y me da un beso en la frente. En eso aparece la camioneta, el chófer Jason baja, y nos saluda con la cabeza.

-Listo, señor Jackson.

Michael me coge la mano con ternura, ambos subimos en la parte trasera de la camioneta negra, y a los pocos segundos la camioneta anda para salir de su hogar.

...

El hecho de sentir este horrible dolor en mi estómago es algo tortuoso y horrible para mí, es como si mis entrañas disfrutaran del dolor que me dan, porque sé que, de ante mano, hoy será la última oportunidad en que debo mantenerlo con vida, no tengo idea de como, pero mientras esté bien, que nada lo angustie y que mi compañía le reconforte, con eso puede bastarme, porque él necesita vivir.

¿Y si no?

¿Michael de verdad tiene que vivir?

Pero sí no es así... ¿por qué fui elegida para cuidarlo? ¿para salvarlo de su fallecimiento? ¿para no dejar que sus niños sufran de su muerte? ¿para qué no dejar que todos los que habitamos en este mundo no suframos en el momento que parta de aquí?

No, él tiene que vivir, ¿verdad?

Lo primero que aparece en mi campo de visión es el mar azul, tan transparente, tan azul. Las olas hacen su trabajo, se convierten en espuma al chocar con las rocas con ellas mismas. El aroma de este lugar llena nuestra estancia, en esta casa blanca, donde sólo es madera y vidrios dejando ver el mar. Aquello me produce paz, me produce tanta tranquilidad, que automáticamente cierro los ojos para poder apreciar este bello momento. Entonces la sensación del sentirse bien se llena aún más cuando Michael toma mi mano con ternura, yo abro los ojos y me encuentro con los suyos, me dedica una mirada tan tierna, que me pregunto si esto es lo que merezco. Y... creo que sí, si no... no estaría aquí.

-¿Te gusta?

-Eso debería preguntártelo yo, Michael.

Suelta una risilla.

-¿Te gusta? -. Pregunto mediante una sonrisa.

-Claro, por supuesto que me gusta, Katy.

Dirijo la mirada en mis dos maletas medianas, donde se encuentran algunos nuevas pertenencias mías que he comprado allá. Me dirijo allá para cargar las dos.

-¿Qué es lo que quieres hacer? -. Pregunto mientras me dirijo a la escalera que se encuentra pegada en la pared.

-Quisiera nadar... pero no sé si el Sol estará mucho tiempo.

Al llegar a la habitación dirijo mi mirada a la suya.

-Ojalá y no. Si quieres meterte entonces hay que cambiarnos, ¿de acuerdo?

Me doy vuelta para abrir una de las maletas y saco un bikini color rosa claro, y unas sandalias blancas.
Michael hace lo mismo con la única maleta que trajo, saca una bermuda color negra y yo con rápidez me meto al baño. Lo cierro y le pongo seguro. Me desamarro el cabello negro y me lo dejo suelto. Comienzo a desvestirme para luego ponerme el bikini, cuando esto lo he hecho en casi dos segundos, decido esperar unos segundos, para no salir y encontrarme con una sorpresa en el que a ambos nos dejará ruborizados. Cuando siento que ha sido el tiempo suficiente, abro el picaporte de la puerta y lo veo sentado en la cama con una mirada muy al contrario de hace rato. Eso me hace alarmar.

-Michael.

Al oir mi voz, se pone de pie y sé que hace un esfuerzo en mantenerse sereno.

-Michael, sólo tienes que confiar en mí -. Susurro.

-Y lo hago, Katy. De verdad lo hago, es sólo que... Es difícil.

-Lo sé, lo sé, Michael -, trato de no angustiarme -, no quiero que te angusties, todo va a estar bien.

Me acerco a él con la intención de darle un abrazo donde le brinde confianza y seguridad, que los papeles cambien sólo ese día. Michael corresponde mi abrazo y me vuelve a dar un beso en la frente.

-¿Vamos?

Yo asiento con la cabeza.

Bajamos hacia la sala para luego salir al mar que nos llama. Poco a poco metemos nuestros pies en el mar, donde sube en la arena blanca. Por suerte, el sol sale muy poco, y a Michael no parece afectarle.

Katherine, todo estará bien, sé que hoy va estar bien, todo estará bien, tengo que tener más fe en mí, tengo qué.

Hi, girls! And boys, jeje.

Ya, jaja. Eeem, pues bueno, aquí está el siguiente capítulo, espero de verdad que lo hayan disfrutado, y que me comenten con sinceridad que tal les pareció.

P.D: ¡MICHAEL JACKSON ES INOCENTE!
Amor y paz. ❤

Soy Para Siempre  (Michael Jackson Y Katy Perry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora