Capítulo 7.

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Hermione miro a Draco con sus hermosos ojos color chocolate y tomo el pañuelo

-Gracias, Malfoy. -dijo la joven entristecida y limpio su maquillaje.

-Escucha, leoncita, hay un estúpido baile de invierno está semana, así que te ayudare para darle celos a Weasley. -dijo el rubio sonriendole y apoyo sus codos en la mesa.

-¿que te hace suponer que quiero darle celos? -dijo Hermione.

-Intuición..-Malfoy la miro y sonrió mostrando sus bellos dientes perfectamente alineados y blancos.- No creo que el valga tanto para que te haga llorar, así que, ¿vienes conmigo al baile, Granger? -la joven lo miro y a los segundos, sonrió.

-De acuerdo, con una condición. -La joven lo retó.

-Te escucho. -el rubio se cruzó de brazos.

-Debes besarme en frente de Ron.- Draco la miro sorprendido. Iba a besar a la mujer a la que siempre amo. Iba a besar a Hermione Jean Granger.

-Eres desafiante leoncita. -le sonrió, Malfoy-  Pero acepto, lávate los dientes. -río el ojigris.

-Cállate y haz la jodida poción, hurón. -dijo secamente la bella chica tomando el libro de pociones. Draco recordó inmediatamente el pergamino viejo y arrugado que había puesto en la mitad del libro. Se sentó al lado de Hermione, y se hizo el distraído batiendo la poción con la varita.

Al rato llegaron los estudiantes de Gryffindor y Slytherin. Estaba el cicatrizado y el colorado, riéndose como de costumbre -idiotas-  pensó Malfoy.

El profesor pasó a probar las pociones metiendo una hoja en ellas, la de Seamus y Harry explotó, todos se sobresaltaron, exepto Hermione, ya había descubierto el pergamino que había en el libro. Sonrió al leerlo y se lo guardo en su túnica.

Severus le hecho una mirada asesina a Draco, este sólo pensaba en los bellos ojos de Hermione.

-¡Malfoy! -grito Snape, el rubio se sobresalto. Hermione hago una de sus bellas risitas. Severus añadió una hoja al caldero, a los segundos  la hoja comenzó a agrandarse unos 4 centímetros. Granger sonrió.

-5 puntos para Slytherin. y 5 puntos para Gryffindor. -dijo el profesor y se retiró a su escritorio. Hermione sonrío. La sonrisa más hermosa del mundo era la de ella.

-Exelente, Malfoy. -dijo la joven sonriendole-

Se fueron de las mazmorras y no se volvieron a hablar en todo el día.

Ya en su habitación, Draco pensó -¿y si arropó a Hermione?-

El rubio salió de su habitación, y se aseguró que no haya ningún prefecto en la sala común. Nadie. Se apresuró lo más que pudo y llegó a la puerta de la la sala común de Gryffindor.

-¿Contraseña? -dijo la dama gorda.

-Luces de hadas -dijo el rubio y la señora abrió la puerta. Draco sabía la contraseña de Gryffindor porque había escuchado al idiota de Longbottom decirla.

El joven entró sigilosamente a la sala común, subió al cuarto de las niñas, y abrió la puerta susurrando un hechizo -alohomora- Se acercó a la cama de Hermione y vio que la niña dormía plácidamente, es hermosa hasta durmiendo. La arropó con las sábanas y dejó otro pergamino, el cual decía:

Eres mía.

Sin más que hacer, se retiró a su sala común.

Enamorado de Granger {Dramione} {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora