Ajenos a los pensamientos peligrosos de quienes estaban en reclusión, se hallaba un par de personas tomadas de las manos, con sus mejillas sonrojadas y un pequeño pollito caminando feliz con otro, ajenos a la situación de sus dueños.
-Wen Ning....
- Señorito Jingyi...
-Yo... - hablaron al mismo tiempo de manera tímida, haciendo sonrojar sus rostros aún más...El alfa tomo la otra mano del menor, acariciando ambas manos con suavidad, admirando con dulzura lo pequeñas que eran, tan frágiles...
- Se que es apresurado lo que diré, pero... Quisiera que fuera realidad lo del compromiso, quisiera estar a su lado, pero no solo por la aprobación de sus padres y del resto del clan Lan, si no porque lo desees realmente. En realidad estoy tan enamorado que a tu lado las palabras solo fluyen sin miedo, sin trabas ni trampas. Siento que soy invencible a tu lado, que puedo hacer lo que sea solo con verte sonreír... Así que yo... - hablo el alfa, mientras sus manos seguían con las del menor...
- Acepto -sonrió Jingyi, mientras apretaba con suavidad las manos más grandes, aquellas que le daban seguridad. No solo a él, si no a su lobo, quien inesperadamente se sentía a gusto a su lado. - Quiero ser tu prometido señor Wen Ning - sonrió con timidez y coquetería.
- Me hace usted la persona más afortunada de todas - beso sus manos con dulzura, haciendo que el corazón del menor latiera con fuerza - Seguiré las normas de cortejo de su clan, puesto que se lo importante que es para usted - sonrió dulcemente -
- Y en ellos está el paso a paso para ganarse las ganas de tutearme - hizo un puchero, pero se sintió agradecido al saber que le importaba tanto... - Espero el tiempo pase rápido... - mencionó un poco ido...
- ¿Porque? - pregunto curioso el mayor.
- Porque quiero vestirme de rojo para ti - le guiño el ojo para salir corriendo, dejando sorprendido y sonrojado al alfa...
Cada día que pasaba iba aumentando el acercamiento de ambos, claro que también salían en presencia de ambos padres adoptivos del menor.
Lan Wangji estaba feliz porque el menor se veía más contento, su mirada era más brillante aún luego de ser opacada por las acciones de su hijo A-Yuan... Pero también sentía la necesidad de vigilar al otro alfa. Después de todo, Jingyi era como su pequeño hijo Omega al cual debía proteger hasta dar en sagrado matrimonio. Y aunque a veces deseaba no entregar a su niño, no podía evitar ver la alegría que le rodeaba al verlo tan feliz con Wen Ning...
Suspiro con fuerza. Él velaria porque sus hijos sean felices, porque los ama, los vio crecer desde pequeños. Aún recuerda aquella ocasión en donde conoció a A-Yuan, en donde casi se infarta al creer que era de su pareja. También recuerda cuando lo trajo a Gusulan y conoció por primera vez a Jingyi...
Recuerda cuando nació también el pequeño ahora Omega. Recuerda su llanto, su pequeño cuerpito envuelto en aquella manta blanca con el símbolo de la secta.
El había ido a entregar la noticia a la esposa del cultivador, primo lejano suyo, había fallecido en una cacería...Pero no espero llegar y encontrar al menor en brazos de su madre, llorando tiernamente, mientras está misma yacía muerta con un rastro de lágrimas en sus mejillas.
Su corazón se aceleró, tomo al menor entre sus brazos y se lo llevó lejos de allí... Jingyi estaba solo, igual que alguna vez estuvo Wei Ying...
Recuerda con dulzura como el pequeño alfa había conocido a Jingyi, lo vio con su mirada brillante. Y creyó que ambos se harían buena compañía...
Permitió muchas cosas, entre ellas que ambos convivieran como amigos, e incluso hermanos, permitió que la personalidad de Jingyi fuera libre, aún con las quejas de su tío rondandole.
Dejó que A-Yuan estuviera con Jin Ling. Porque pensó que era su felicidad... Dejó que ambos idearan un plan para quedarse con Jingyi, porque pensó que reaccionarian...
Lo que no espero fue lo que se desencadenó después...
Por eso... La felicidad de sus hijos lo era todo para él... Haría lo que fuera por verlos felices...
Estaba decidido, lograría hacer que los jóvenes reaccionaran y dejasen de lastimarse mutuamente...
Wei Ying era quien más alegre estaba por el reciente compromiso formal de ambos, aunque desde hace no mucho que tenía un mal presentimiento, como si ignorase algo importante y de verdad que rezaba a todos los dioses habidos por haber que no fueran su hijo y sobrino... Realmente desea pensar que aquella reclusión les hará pensar en todo aquello que hicieron mal.
El sabía que ambos se estaban dañando. Comprendía que eran jóvenes y no entendían las magnitudes de sus acciones. Estaban siendo inconscientes, actuando de una manera muy distinta a lo que realmente eran...
Los conocía perfectamente, ambos son niños dulces, de buenos sentimientos, crecieron en medio del dolor. Uno que el había provocado sin querer, pero aún así, vio como ambos eran buenos niños.
¿Acaso no era su verdadera careta?
Teme pensar que se equivocó, que nada fue real... Tiene miedo a estar equivocado y resulten ser personas con corazones oscuros, llenos de deseos egoístas...
Su cuerpo tiembla de solo pensarlo, y su alfa lo nota, toma su mano, para besarla con suavidad, dándole el confort que necesita en ese mismo instante.
El clan Lan había aceptado de buena manera el compromiso de ambos jóvenes, incluso se sorprendieron que el mayor seguiría las normas de Gusulan y no las propias, haciendo sumar muchos puntos con Lan Qiren y Lan Xichen.
Ahora mismo ambos se tomaban de las manos de manera más natural, sus sonrisas iban hasta sus miradas, los besos en las mejillas eran por fin permitidos.
Sin embargo, Jingyi hizo una petición especial a su tío y a su querido tío abuelo. Petición que casi les infarta a los alfas.
Sonrió con picardía, mientras tomaba fuertemente la mano de su alfa, mirándole con coquetería, haciendo que este se sonrojara por sus orejas, llevándose a este rápidamente hasta su habitación. Si bien su cadera dolería, su querido y adorable hijo tendría la privacidad que necesitaba para esta ocasión.
Wen Ning fue detenido por un suave jalón en su mano, en donde reposaba con suavidad la del menor. Le miró con curiosidad, para poder saber que ocurría. Sin embargo... No pensó que el pequeño Omega se pondría de puntitas, jalando su túnica para poder alcanzar sus labios y depositar un suave, delicado pero dulce beso...
- Pedí permiso para esto - mencionó Jingyi sonrojado, una vez se separaron.
Wen Ning lo abrazo y beso su frente, haciendo que el Omega pudiera escuchar por la altura el corazón del mayor, como latía acelerado...
Se sintió querido, protegido... Pero sobre todo... Amado....Mientras Lan Xichen y Lan Qiren miraban la escena mordiendo sus pañuelos porque el pequeño creció muy rápido...
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Holiiiiiii
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OMEGA CODICIADO
FanfictionLan Jingyi no comprendía porque su pecho dolía tanto cuando vio a sus dos amigos besarse aquella tarde, ni tampoco el porque el destino había sido tan caprichoso con el, con un simple beta que lo único que deseaba desde el fondo de su ser es la fel...