Castigo

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Nie Huaisang al ver a Wen Ning corriendo con el Omega entre sus brazos. Corrió como nunca en su vida para poder revisar lo que le ocurría al menor, dándose cuenta que su celo se había disparado.

Inmediatamente dejo que el alfa lo dejara en su habitación para después sacarlo. Si bien este le había ayudado, temia que su control se disparará y fuera muy al fondo del Río...

Pudo notar el cuerpo atado del menor, a lo que un sonido de exaltación salio de su garganta. Simplemente no dijo nada, pero en su mirada se notaba que le haría muchas preguntas al alfa que estaba afuera.
Desató con cuidado cada nudo, liberando al Omega de las ataduras, puso una pomada en su cuerpo, puesto que tenía marcas de mordidas, algunas incluso sangraban.
¡SALVAJE!  Se dijo al ver todo aquello, quien fuera la persona que había hecho eso al menor debía pagarlo con creces.
Una vez curado, simplemente lo  despertó, este mismo miro aterrado a todos lados, para darse cuenta que se encontraba en su cabaña con su maestro Nie.
"Fue solo un sueño" murmuro para si mismo y después de tomar la medicina se durmió profundamente.
Ni siquiera el Omega mayor tuvo el valor para contradecir a lo que había dicho su alumno, y es que... ¿Como decirle? , No podía.

Una vez se aseguró que el menor dormía, hablo con Wen Ning quien estaba afuera caminando como leon enjaulado, esperando saber sobre la salud del más joven. Aquello enternecio al Omega, quien solo le dijo que estaba descansando.

- Wen Ning, quiero saber qué pasó con Jingyi- hablo con una extraña seriedad.

Y por primera vez el alfa... No tartamudeo...

Para Lan Qiren las normas eran como un ser divino. Tan perfectas que no se atrevía a tocar, sin embargo, el día de hoy se enteró que no solo un discípulo había roto las normas, si no que se había atrevido a tocar al único Omega de la secta, ese mismo que habían esperado por mucho tiempo.

Y allí estaban los dos responsables, sentados sobre sus rodillas con la mirada baja, mientras eran recriminados con la mirada por los adultos, entre ellos uno los tenía amarrados con un látigo morado que emitía leves choques eléctricos, siendo el dueño controlado por el líder de la secta.

Se veía la decepción, el dolor, el enfado por parte de los adultos hacia los jóvenes.

-No comprendo... -murmuro Jin Ling - Soy Omega, pero reaccione a su celo, eso no tiene sentido -miro por primera vez al frente, mirando a Lan Qiren quien arrugo el entrecejo.

-Lo tiene... ¿Saben por qué el joven Jingyi fue resguardado en un ala completamente diferente a los demás? -les miro severamente - En nuestra secta, cuando nace un Omega, este debe ser protegido y resguardado para evitar que exista un desastre, y e que su aroma es tan puro que atrae a todos por igual. No importa si eres beta, alfa u Omega, su olor los atraerá como moscas, ya que al tener un olor puro, nadie se resistiría a quererlo marcar o poseer, a menos que sean personas con Omega  u alfa -achinoos - Tal como ustedes intentaron -se sintió prontamente la presión en el aire. El lobo de Lan Qiren quería salir y gruñirles por lo ocurrido, pero el ya no era un joven que se dejaba dominar por su lobo.

- Lo sentimos, realmente no queríamos llegar a ello - murmuro Sizhui, quien se sentía impotente ante lo ocurrido, el no pensó que las cosas se saldrían de control de ese modo, si bien sentía atracción por el Omega, jamás llegó a pensar que perdería la cabeza a tal punto de atar a este mismo con cintas.

-Sus disculpas no son necesarias, sabemos que Jingyi ni siquiera escucharía eso, es más, les diría que hicieran como si nada ocurrió, pero han de comprender que yo no soy él -sonrió suavemente, a lo que los dos jóvenes se tensaron.

Los demás solamente escuchaban, y aunque sus corazón se sentían rotos, no podían evitar sentir impotencia ante lo que observaban, después de todo, los habían criado como sus propios retoños.

- Ustedes irán a Reclusión, saldrán de esta misma solo cuando su espíritu este limpio, tal como debe estar. Luego de esto, simplemente no se podrán acercar al otro joven hasta que este mismo tenga la confianza de hacerlo -los jóvenes abrieron sus ojos de par en par, la reclusión era terrible, solo serian ellos mismos en soledad sin tener a quién poder conversar o si quiera mirar.

Pero no replicaron, aquello era nada a comparación de lo que le habían hecho a su joven amigo, y es que... ¿Que rayos paso por sus mentes?

Una vez su veredicto fue dado, ambos fueron escoltados a diferentes lugares, los más alejados de la secta ante las miradas de los adultos que apretaron los puños.
Los alfas tuvieron que consolar a sus omegas que se sentían como un fracaso ante lo ocurrido...

-Realmente lo siento Jingyi- murmuro Lan Sizhui, recordando la sonrisa de su amigo al decirles que se había enamorado de otro alfa, haciéndole sentir miserable, si tan solo no lo hubiera rechazado, esas sonrisas serían suyas, esos labios también lo serían, todo de el lo sería, pero ahora era muy tarde...

Pero el no era el único en pensar en ello, un joven de vestimentas amarillas también...

Sin embargo. Aquella reclusión les ayudaría a ver aquello que tanto se negaban...

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Holii lechuguitas

Escribí un nuevo capítulo y además... Escribí otro fanfic uwur se llama: Caprichoso Error... Espero les guste. Sin más besitos a todos uwu

OMEGA CODICIADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora