Sed

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Lan Jingyi estaba devastado, miraba ausente la marca en su muñeca, se sentía sucio, impuro. Ni siquiera podía salir de su habitación por miedo a toparse con Wen Ning y que este le rechazara al tener el aroma de otro alfa, su destinado, ese maldito que lo había obligado a todo aquello.

El miedo lo invadía, muchas cosas pasaban por su cabeza, sobre todo la sensación de ser llamado a gritos por Lan Sizhui, resistiéndose como podía ante ello. Nunca, nunca cedería ante él, no cuando sabía que su corazón latía como loco por aquel joven tímido que lo protege con tanto cariño.

Comenzó a sollozar encima de su cama, cubriéndose con las mantas, en su mente llamaba desesperado a su alfa, ese que eligió por amor y no porque el destino se lo impusiera. 

Wei  Ying estaba distraído, mirando el asiento vacío de su hijo omega, notando a un joven alfa emocionado, preguntando por el menor, queriendo hallar su ubicación, sin embargo, nadie le daba una respuesta clara por el problema sucedido con Jin Ling y el único omega del clan. Era sospechoso, demasiado, por ello, se levanto con cuidado del lado de su alfa, quien lo miró preocupado, pero basto una sola sonrisa para que este mismo asintiera y supiera que iría a por el menor.

Ante la mirada sorprendida de los jovenes Lan, el hermoso omega fue a donde suponía que se encontraba Jingyi.

Wen Ning estaba igual de preocupado, así que al toparse con su maestro, hizo una reverencia, temblando ligeramente, pues en su pecho había una sensación extraña que no lo dejaba tranquilo. 

¿Acaso le había sucedido algo a su amado?

Intento ser positivo, de verdad que lo hizo, sin embargo, esa sensación no desaparecía, al contrario, aumentaba con cada segundo que pasaba, era como si se ahogara lentamente por no saber del pequeño. Estuvo tentado en ir a la habitación del omega, pero no podía, no cuando el menor confiaba demasiado con que no invadiría su nido. Aún no era el momento, primero debían casarse. Jamas deshonraría de algún modo a su querido omega.

Sonrió como tonto por un momento, pero sacudió su cabeza, no era momento para ello.

- Maestro, ¿Sabe que ocurre con Jingyi? - preguntó preocupado, sobando sus manos de forma nerviosa, por algún motivo se sentía con angustia, con un pesado dolor en el pecho, y su cabeza tenia leves mareos.

- No, iré a su habitación a supervisar que todo este en orden, pero deseo ir solo, se cuanto lo amas, sin embargo, tal vez se trate de un celo adelantado, ya que al despertar como omega tan tardíamente, es muy probable que su sistema recién este en plan de adaptación. Sumando el problema que tiene al llamar no solo alfas, si no también algunos omegas como Jin Ling, puedo decir que es demasiado riesgoso - suspiró, mientras sobaba su sien, intentando de algún modo convencerse que el problema se desarrollaba por que todo inicio muy tarde.

 Wen Ning asintió no muy convencido, pero debía admitir que era lo mejor para su amado niño. 

Lan Sizhui estaba emocionado, esperando con paciencia la presencia de su destinado. Recordaba con felicidad como había logrado tocar entre sueños su cuerpo, el sabor de sus labios, aquella dulce voz, y aunque no fuera 100% real, aquello no le impedía sentir emoción por haber logrado su cometido. Era solo cuestión de tiempo, solo unas cuantas noches mas y el menor sería suyo para siempre, de él y de Jin Ling. 

Lástima que el omega no se hubiera dejado morder en el cuello como lo había previsto, aún así eso lo hacía mucho mas interesante, mas excitante, puesto que podría saborear aquel exquisito platillo muchas mas veces, mejor dicho, cuando el quisiera.

Sus labios formaron una sonrisa, una tal vez demente, puesto que aquel alfa que lo había educado pudo ver algo que le hizo sentir temor, miedo pero no por el, si no por el pequeño revoltoso que se ausento en el desayuno.

Wei Ying llegó a la habitación del menor, notando un aroma a tristeza, entonces supo que algo grave había sucedido con su retoño.

Tocó la puerta con cuidado, llamando por su nombre entre cada toque, escuchando un suave pase. Entró con precaución, notando una bolita en la cama, era su niño, el pequeño Jingyi, quien al parecer no quería saber nada del mundo.

- Pequeño - lo llamó con voz dulce y encantadora, llamando la atención de este.

- No digas nada, solo por favor, dejame solo -su voz se oia rota, tan frágil... Parecía que si hablaba un poco más, los pequeños cristales se romperían aún más.

Se acercó hasta el, abrazándolo con todo el amor del mundo, dejando fluir su aroma por toda la habitación, dejando que el menor llorara en su pecho, notando en su muñeca el aroma de Sizhui, inmediatamente supo que sucedió, o al menos del porque el menor lloraba. Besó su frente y me sonrió con dulzura, dándole a entender que todo estaría bien, que había una solución,  así, y solo de ese modo, Lan Jingyi se tranquilizó.

El menor le contó todo lo sucedido cuando había dormido, siendo escuchado atentamente por el de apellido Wei, quien apretó los puños ante la insolencia cometida por Lan Sizhui. ¡¿Que le pasaba?!

Recostó al Omega en la cama, explicando que la marca era temporal, y que a lo máximo estaría en su muñeca por 3 días. Dejó un hechizo del sueño, uno en donde nadie iba a poder ingresar, mismo que su esposo le enseño para evitar que las voces de los difuntos le molestaran. Cuando salió de allí, lo único que tenía en mente era ir a enfrentar a su hijo alfa.

- ¡¿Qué demonios te sucede?! - le gritó sin importarle como siempre las reglas.

- ¿A qué se refiere maestro Wei? - le miró inocente, pero el Omega mayor sabía que está era una fachada, por favor, lo conocía o eso pensaba.

-¿Por qué hacerle eso a tu hermano? - achicó los ojos, la decepción se podía leer con facilidad en su mirada, pero eso no le importó al alfa.

- Me pertenece, es mío, somos destinados y lo sabes - respondió con molestia.

- ¡TIENES PAREJA Y EL TAMBIEN! - su paciencia se había agotado, nadie era de nadie, no podía obligar al otro a que lo quisiera a la fuerza.

- ¡ES MÍO! - gritó con fuerzas, mientras se daba la vuelta para alejarse del mayor, dejando caer un un instrumento oscuro, específicamente una flauta idéntica la suya.

Wei Ying estaba furioso, encima aquel alfa uso energía resentida y un artículo del clan Jin. ¡¿Estaba loco o que?!, ¿Cuantas veces le habló sobre el uso de estos?!, ¡¿Acaso no aprendió nada?!

Su mirada en algún momento se tornó rojiza, cómo cuando manejaba a los muertos no vivientes, su sed de sangre se había desatado. ¿Acaso le estaba retando? ¿A él? ¿El patriarca?, Nadie le hacía daño a un inocente.

Oh Sizhui... Hoy aprenderás que con el patriarca y sus retoños, nadie, nadie, se mete...

Ni siquiera tu pequeño...

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Holiiii 🌸🌸🌸, sigo sin mi laptop *lloranding* así que escribo desde mi celular(?) <---- siente que no es lo mismo pero ñeh

Los quiero~
Nos vemos en el próximo capítulo~ 🌸🌸

OMEGA CODICIADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora