Hafefobia || TordTom

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Intentaba escapar de aquel joven de sudadera verde, sabía que había aceptado pero realmente no tenía ganas de pasar con un montón que gente desconocida y sabía lo olvidadizo que podía ser el castaño, así que uno podría tocarlo y no iba a arriesgarse a eso.

Pensó un poco en algún lugar para esconderse, suspiro y sonrió mientras comenzaba a dirigirse a la biblioteca, con una pequeña sonrisa, ahí era seguro pues el castaño pensaba que odiaba leer, aun que en parte es cierto, le gusta leer sobre suspenso.

El joven de cuencas entro y al escuchar los gritos de su hermano adoptivo por lo lejos decidió esconderse entre las estanterías con la esperanza que nadie lo delatara.

Observo que un joven de cuernos y ojos grises se encontraba observando un libro, o eso hacía hasta que aparto su vista para ver al de cuencas.

ー¿Ocurre algo?ー Preguntó mientras se acercaba con curiosidad, pero el de cuencas no paraba de alejarse, se notaba los nervios por la expresión del más bajo.

ーNo es nadaー Murmuraba y casi no se le entendía, pero por suerte el noruego lo entendió.

ーBien, mi nombre es Tord, chico tímido~ー Le extendió la mano y al ver que el menor no se dignaba a dársela hizo que suspirara. Intento tomar la mano ajena pero con el mínimo roce termino por sentir un golpe en su mejilla.

ー¡No me toques!ー Exclamo entre pequeñas lagrimas, la bibliotecaria vino y se acerco al noruego para preguntar si estaba bien mientras el de cuencas solo retrocedía mientras se limpiaba las lagrimas, escucho como la señorita mandaba a ambos a la dirección. A regañadientes tuvo que aceptar ir con el noruego.

ー¿Por que no quieres que te toque, tienes miedo~?ー Mencionó con diversión, aquel noruego amaba molestar a la gente pero con ese chico era el único que usaba un tono más coqueto, y no mal piensen, el de cuernos solo quería divertirse un rato.

ーCállate estúpidoー Fue lo primero que salió de la boca del menor, aun que al darse cuenta que el director se le quedo viendo con desagrado solo suspiro ーLo siento, lo dije sin pensarー pidió perdón mientras desviaba la mirada.

Después de un buen rato de sermones para el menor por parte del viejo director, al salir ambos se fueron por distintos caminos, uno deseando no volverse a encontrar y otro pensando como sería meterse en la vida del otro.