Y fue entonces
que el cielo se desplomó
Fueron tantas sus lágrimas
que a cada paso
sentía que me hundía
Me costaba dar el primer paso,
y el segundo y los otros,
costaban más aún
Sola ante la inmensidad silenciosa
me sentí desfallecer...
Agobiada, cansada,
sin ganas de avanzar...
Me vi tirada sobre un mundo
inundado de aguas saladas
Mis manos indefensas,
sin sostén alguno
y sin ganas de luchar
Yo no soy ésta, me dije...
Saqué fuerzas no sé de dónde,
giré sobre mí misma
y así giró mi vida...
Y cuando decidí avanzar
comprendí que yo,
y sólo yo,
soy dueña de mi destino...
Y aquí voy, vestida de guerrera,
a enfrentar a los molinos
que me desafían...
No importa el viento que sople,
jamás daré un paso al costado...
Voy de frente con ganas y con las garras
que me fijan en mi camino
Y mi camino me lleva hacia esa esquina
en la que sé, me estás esperando...