A veces todo se derrumba
y ya no sé muy bien qué hacer.
Lo blanco se vuelve negro
y la sonrisa, llanto;
lo claro se vuelve oscuro
y el brillo acaba en sombras.
¿A dónde se va
lo que tanto me gusta?
Sé que está ahí,
para mí...
Lo busco y no lo encuentro
pero dibujo mi sonrisa,
mis labios se distienden,
pero mi mirada
no sabe disimular.
Solo quien me conoce
es capaz de descubrirlo.
A veces se hace pesado
ser fuerte para los demás.
¿Será tan necesario?
Ese abrazo cálido,
en busca de nada más,
es lo que necesito
para volverme a elevar.