—Tet-chan. —se escuchó la desgastada voz de su abuela cuando estaba terminando de ponerse los zapatos en la entrada.
—¿Si, Baba? —contestó volteándose ligeramente a ver a la mayor de mediana estatura mientras revisaba en sus bolsillos por quinta vez sus llaves y el dinero del almuerzo, a veces solía olvidar llevarlos.
La señora de mayor edad y corto cabello lacio, caminó hasta él y Kuroo termino por voltear completamente en su dirección, no dejo de mirarla expectante a lo que dijera. —Tu papá llevará al abuelo al hospital por la tarde, te dejaré la cena servida sobre la mesa. —el más alto hizo una mueca disgustado y su abuela suspiró, era un reclamo silencioso para que ella se quedara. —Sabes cómo se pone el abuelo si no me ve cerca mientras le hacen los exámenes.
—Berrinchudo y terco —contestó el menor con media sonrisa cansada en su rostro—. Estaré bien, Baba; tú ve con ese gruñón —la mujer rápidamente apretujó uno de sus cachetes— ¡Ouch!
—Que el abuelo no te escuche llamarle así jovencito —Kuroo hizo un mohín llevando una mano a su mejilla afectada— ya ve de una vez, estás quince minutos retrasado.
El joven revisó rápidamente sus pertenencias mientras repasaba mentalmente la lista de cosas que debía llevar, al verificar que no se olvidaba nada, despidió con un beso en la frente a su abuela y anunció su salida antes de dejar su hogar.
La ruta a la preparatoria que asistiría se la sabía de memoria, ya que llevaba varias semanas recorriendo esas calles para no extraviarse luego, hace poco se había mudado y prefería no tener que retrasarse por pedir indicaciones para llegar el primer día de clases.
Cuando se encontró al fin en la entrada del edificio, observó la hora en su móvil, verificando así que tenía algunos minutos de sobra -milagrosamente- los cuales aprovecharía. Fue directamente hasta el pizarrón que se encontraba a unos metros de la entrada, dónde anunciaban las clases respectivas, no se encontró con un montón de estudiantes tratando de localizar sus nombres en las fichas, probablemente ya lo habían hecho y ahora se encontraban dirigiéndose a la sala donde sería la ceremonia de apertura.
Rápidamente localizó su nombre entre muchos y se dirigió al salón siguiendo la ruta que había visto en un mapa del edificio que se encontraba en cada piso, Kuroo lo encontró verdaderamente útil, de no ser por aquello hubiera terminado vagando por los pasillos extraviado como si de un laberinto se tratase.
Divisó el nombre de su clase y se encaminó a esta con gran prisa, puesto que no quería ser el único raro que llegara tarde a la ceremonia. Buscó una carpeta vacía, la cual ubicó junto a la ventana, último en la fila; estaba bien para él, no le importaba mucho qué lugar ocuparía.
Salió del salón con dirección al gimnasio, mientras buscaba su nombre en la lista había leído otra nota, la cuál indicaba dónde se daría la apertura y la localización de esta. Realmente los profesores eran unos considerados, o eso parecía, normalmente tenías que encontrarlo por tu cuenta.
Pudo dejar de correr cuando divisó una masa de estudiantes dirigiéndose en la misma dirección, tomó su tiempo para regular su respiración, limpiarse unas gotas de sudor y pasar una mano por su cabello tratando de peinarlo, cosa que no funcionó, pero igual fue suficiente para unirse al 'ganado' frente a él.
Escuchaba a un par de chicas lloriqueando por volver a encontrarse, un grupo de chicos charlando animadamente sobre que era genial estar en la misma preparatoria; Kuroo desearía estar haciendo lo mismo con su hermano de toda la vida, pero lamentablemente se había mudado por el trabajo de su padre y se veía obligado a conocer personas nuevas.
Un suave golpe a su costado le hizo desviar su mirada fija en el frente, topándose con un par de ojos oscilantes entre el azul y el gris.
—Lo siento —la corta disculpa que escuchó de ese chico de rizos negros le dejó una extraña sensación en el pecho, era fácil notar el desgano y apatía que tenía en la voz. Le siguió con la mirada, pero el extraño no se esperó ni un segundo y siguió caminando.
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Sempiterno
Fanfiction[Anime: Haikyuu!!] La vida de Akaashi se vuelve un completo infierno cuando su sexualidad se ve expuesta. Abusos, golpes, maltratos . Sólo espera que todo se acabe pronto.