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●Keiji

—Akaashi-kun ¿Cómo te sientes? —Me habló una voz femenina en cuanto comencé a abrir los ojos, parpadeando torpemente para acostumbrarme a la claridad del lugar

—¿Puedes escucharme?— Volvió a preguntar y yo asentí reconociendo a la mujer que tenía en frente, también el lugar donde me encontraba.

ー¿Y papá?ー pregunté como ya era habitual siempre que terminaba en un hospital.

ーLe diré que pase en unos instantes, quiero terminar de revisarteー Enseguida me senté con un poco de esfuerzo bajo la mirada molesta de la mujer.

ーAlisa-san, ya me siento mejor. Estoy bien ーLa mujer de cabellos plateados frunció el ceño y luego me dio un golpe en la frente.

ーSiempre me dices eso y terminas volviendo al hospital en un par de díasーRefunfuñó como una niña mientras salía de la habitación, mencionando que daría aviso de mi alta médica.

Suspiré y me quité la incontables mantas y frazadas que me habían puesto encima para ganar calor. También aproveché en quitarme el suero que me habían puesto para sustituir los nutrientes que no había estado consumiendo estas últimas semanas.

Era molesto.

ーKeijiーMi padre entró apresurado, observándome de pies a cabeza antes de abrazarme fuertemente.

ーTranquilo, papá...ーle susurré correspondiendo el abrazo, era la única persona que me dolía verla quebrarse por mi culpa.

Ya habíamos pasado por esto muchas veces, mi salud había caído en picada desde ese pequeño evento desafortunado, pero cada vez que me encontraba mal, el lloraba como una magdalena.

Luego de reconfortarlo, se limpió las lágrimas y limpió sus mocos en un pañuelo ーQuiero irme a casaーMi padre asintió y me entregó un cambió de ropa que había traído, me lo entregó y comencé a quitarme la bata de hospital para cambiarme peroーPa', aquí hay dos cambios de ropa

ーOhーMi padre rápidamente tomó una remera y un buzo que también eran míos, pero estaban de más ーhabía olvidado que los traje para tu amigo, Alisa-chan me dijo que te trajeron ーYo hice una mueca 

ー¿De qué amigo hablas?

Mi papá hizo una seña en dirección a la puerta, a donde se dirigió mi atención, viendo a Kuroo Tetsurou indeciso en entrar completamente a la habitación. ¿Qué mierda le había dicho a mi padre para que crea que somos amigos?

ーEspero que esto te quede, Keiji es más bajito y delgado que tú ーPapá le entregaba la ropa a la escoria frente a mí, mientras sonreía agradecidamente. Sonrisa que era falsa, papá podía ser muy crédulo, pero yo no.

ーNo es mi amigoーSeguí cambiándome sin importarme de que él estuviera presente.

ー¿Ah no? ーyo negué ーpero él te trajo hasta aquí

ーFue casualidad que me encontrara muriéndome en una acera. ーFue entonces que miré directamente a Kuroo, y me percaté que él hacía lo mismoー ojalá no lo hubiese hecho—Gruñí molesto.

No quería deberle nada. Ahora tenía una anécdota divertida que contar el lunes: El marica muriéndose.

ー¡Keiji!ー Yo entorné los ojos y me dirigí a la salida en cuánto terminé de calzarme.

En el camino al estacionamiento me encontré con algunas enfermeras y doctores que me conocían, les saludé a todos poniendo buena cara. Quería llegar al auto de inmediato, sabía que en esta lluvia y con lo que me había pasado, lo mejor que papá haría era llevarme en auto, así que me dirigía a la zona de parking. A grandes zancadas, salí del hospital por la puerta trasera, antes de exponerme nuevamente a la lluvia, divisé el carro de mi padre y fui corriendo a él. Abrí la puerta del copiloto y entré.

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora