5.

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—¿Señor? —Preguntó el joven, puesto que creyó haber escuchado mal.

—Te pagaré por cuidar de mi hijo, empezando por lo de hoy —Sin mirar, sacó unos billetes de su billetera, tomó la mano de Kuroo y se los dejó sobre su palma.

—No no no, no puedo aceptar esto— Rechazó de inmediato y trato de devolvérselo, pero el padre de Akaashi tomó su mano y la sujetó fuerte con ambas de las suyas.

—No sé qué hubiera pasado si tú no hubieras estado ahí — La voz del mayor comenzó a temblar, Kuroo dejó de forcejear y guardó silencio —Keiji es la única familia que tengo— Sus lágrimas silenciosas cayeron con abundancia sobre sus mejillas— Sé que lo está pasando mal en la preparatoria por lo que pasó el año pasado —"También sabe que su hijo es un marica... pobre" pensó— Él prefiere estar solo desde ese entonces, lo que pasó fue...

—Estoy al tanto de lo que sucedió —El hombre frente a él se mostró sorprendido.

—Lo sabía, eres tan cercano a Keiji como pensaba, para confiarte aquel problema debe de confiar mucho en ti— los ánimos del mayor parecieron aumentar, pero claramente no en su totalidad al hablar de temas tan complicados como este.

Por otro lado, Kuroo trató de aclararle que no era así —se equivoca— el menor no sabía cómo explicarle lo siguiente, pero intentó— Todo el mundo lo sabe— el padre de Keiji se mostró desconsolado en una fracción de segundo

—¿Cómo..? ¿Cómo es posible? Me aseguré de dejarlo todo atrás para que pudiera volver a como era antes— Dijo el hombre visiblemente preocupado.

Kuroo no sabía qué hacer, el problema era totalmente ajeno a él, sólo quería irse a casa en cuánto sus prendas se secaran. Al estar tiritando, el padre de Keiji buscó algo en la pequeña maleta que trajo consigo, pero la enfermera Alisa lo llamó enseguida, olvidando todo, la preocupación por su hijo era más grande.

— ¿Kuroo, verdad?—Preguntó el mayor, limpiando su rostro.

—Kuroo Tetsurou—Intentó devolverle el dinero pero el padre de Akaashi negó. Sin más guardó los billetes en su bolsillo delantero, se mojarían de todas formas dónde quiera que los pusiera, su ropa seguía húmeda.

Si lo pensaba bien... dinero gratis por ayudar a un marica, no estaba nada mal.

—Ven con nosotros te dejaré en tu casa, Tetsurou— el susodicho iba a negar completamente, sabía que aunque le convenía, a Akaashi no le agradaría. Bueno, tampoco le gustaría estar en su presencia—no puedo dejar que te vayas en ese estado, que clase de padre de familia sería—pero con eso último, se dejó convencer.

🐱

Luego de un par de semanas ocurrido aquel incidente, el padre de Akaashi había ido los viernes a la casa de Kuroo para dejarle el dinero con intención de que siga cuidando de su hijo.

Tetsurou trataba de negarse pero, era imposible decirle a un padre desesperado que no podía aceptar el dinero simplemente porque su hijo era un asqueroso homo y no tenía ni la más mínima intención de ayudarle. Ni aunque hubiera dinero de por medio.

Quiso intentar ayudar en algo a Akaashi con sus apuntes y la maleta, pero incluso así lo echó de su casa cual perro sin aceptar su ayuda, incluso cuando había pagado a la policía para que le diesen sus pertenencias, aunque fue con el dinero de su padre después de todo, pero estaba seguro que no quería volver a intentar ayudarle, Akaashi tenía una personalidad imposible, cero compatible con él.

Estaba Kuroo sin saber qué rayos hacer, y no tuvo más opción que consultar con Kenma, su amigo de la infancia el cuál fue su vecino hasta que se mudó a este horrible lugar donde conoció a personas desagradables y un padre que pone sobre él una carga que no quiere llevar.

— Ken — por más de 15 minutos estuvo explicándole la situación desde el comienzo, pero se acababa de dar cuenta que su pequeño amigo probablemente no había estado prestándole atención. Tenue, pero escuchaba el sonido de una partida que supuestamente debería estar en pausa, ahora se daba cuenta que sólo le había bajado el volumen— ¡Ken, es demasiado importante! —Gritó antes de soltar un fuerte suspiro y pasar una mano por su cabello, muestra de su exasperación.

—Te estaba escuchando—Contestó poco después el pelinegro.

—Esa es una mentira— Sin ánimos, dijo el mayor.

—Te escuché—Repitió — pero no hubieras querido hablar si escuchabas que jugaba y yo tengo que completar un pase de batalla, necesito las Skins legendarias—Kuroo blanqueó los ojos.

—¿Algún consejo?— Pidió.

—¿No es algo bastante obvio?— Preguntó en un tono sugerente en el cuál no hubo respuesta, podía imaginarse a Kuroo respondiendo a su pregunta encogiéndose de hombros aún sabiendo que no lo veía. Y así fue — Haz lo que el padre quiere, cuida a su hijo

Bufó con molestia—¿Porqué debería?— No quería hacerlo, Akaashi era cien por ciento el tipo de persona que evitaría fuera a donde fuera. A parte de homo, habían otros factores que le hacían poco agradables a su persona.

—Simple, te pagan por hacerlo; de otra manera estarías estafando-robando a un padre de familia desesperado y preocupado que sólo busca de cualquier manera proteger a su único hijo y, ve en ti una pequeña posibilidad de que su querido hijo viva sus días pacíficos hasta su graduación—Touché, pensó Kuroo. El largo silencio a través de la llamada telefónica que continuó después, comprobó a Kenma que no era suficiente motivo para que Kuroo lo hiciera, así que prosiguió —Además, hay una posibilidad de que las chicas te consideren un héroe por salvar a un marginado social y puedas, por fin, tener tu primera novia

—Puede que no sea tan malo como creía — reconsideró enseguida.

Kenma suspiró de su lado de la línea —Kuroo, entiendo que tengas una mala experiencia con ese tipo de personas, pero ese chico es completamente ajeno a lo que te sucedió, es injusto de tu parte juzgarlo sin conocerlo, es una persona diferente ¿Porqué no lo tratas igual que los demás? —El susodicho hizo una mueca al recordar tal experiencia, prefería enterrar esos hechos en un lugar muy enterrado en su memoria.

Porque de haberlos podido borrar, ya lo hubiera hecho.

—Ken... sabes que no me gusta hablar de eso—En su voz se notaba la incomodidad que le generaba el asunto, pero aún así su amigo prosiguió.

—Lo sé y lo siento pero, si fuera una persona hetero que sufriera de todo lo que dices, lo ayudarías sin dudarlo—Y es que Kuroo era una persona gentil, le gustaba ayudar a todo el mundo y no dudaba en ir a defender a alguien que lo necesitara. Lo sabe porque así fue como conoció a Tetsurou—Ese chico no es muy diferente a mí cuando era acosado constantemente por mis compañeros

—No es igual, Ken...—Respondió no gustándole el rumbo de la conversación. Comenzaba a presentar ansiedad, la cual trataba de controlar a través de la respiración, justo como propusieron sus psicólogos hacia ya varios años.

—¿No te das cuenta? No lo consideras una persona por lo que te pasó — No quería esta conversación, su cuerpo se tornó helado al llegar a su mente dolorosos recuerdos que ocasionaron que su método para controlar su respiración se fuera a la basura. Sudoración excesiva y ligeros temblores en el cuerpo que ahora, no podía controlar—el hecho que sea gay no lo convierte en alguien como tu p-

Enseguida cortó la llamada.

Rápidamente se metió a tomar una ducha, se sentía sucio y no podía controlarse una vez empezaba una crisis nerviosa, no le gustaba, el no era verdaderamente así. Odiaba sentirse controlado por recuerdos trágicos que no superaba, sentirse indefenso y completamente fuera de sí, era demasiado doloroso en estos instantes.

Sólo quería dejar todo atrás.

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¡Esperemos el regreso de Haikyuu juntos!
🥰

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