Capítulo 4

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Al día siguiente la señora Marian me avisa que ha dejado listo el desayuno y se fue, cuando desperté ya habían pasado varias horas, así que me bañe, me puse una ropa y salí de la habitación para desayunar.

Luego fui a la biblioteca de la señora y me encerre a leer varios de su estante, hasta que encontré uno muy extraño.

Era de un romance en una chica de pueblo y un hombre de negocios, supongo que era bonita pero las cosas se empezaban a poner muy intensas, llegaba a una parte donde estaban por desnudarse y cerré el libro, ¡¿qué estaba por leer?!

Lo cierto es que da un poco de curiosidad pero no la suficiente para seguir leyendo, mis mejillas arden demasiado, me siento como una pervertida.

- Parece que te está costando leerlo -doy un brinco de la sorpresa levantándome de la silla.

- Se...señora Marian -digo nerviosa.

- ¿No te gusta como va la historia? -pregunta quitándome el libro despacio, para empezar a leer la página donde quedé.

- No... No es eso, es que ellos van a, a... -cubro mi rostro, no puedo decirlo.

- No pensé que eso te pusiera tan nerviosa -escucho su risa leve-. ¿Porqué te preocupa? Sólo es papel.

Siento su mano en mi cabello.

- E...es que no puedo evitar pensarme en una situación así, es mucho -confieso apartando las manos de mi rostro.

- Comprendo, bueno el miedo se te irá con el tiempo, vamos a cenar -me pide y yo la sigo.

- ¿De verdad crees que pase con el tiempo mis nervios?

- Si, aunque también depende de cómo te hagan sentir en el momento -llegamos a la cocina, nisiquiera había notado que ya era de noche-. ¿Almorzaste?

- No, es que no note la hora leyendo.

- Esta bien -dice en un tono serio-. Se nota que no comes seguido si tu cuerpo no te avisa.

- Bueno, tengo la costumbre de saltarme algunas comidas, nada importante -respondo viendo hacia mis manos, espero no me regañe.

- Tienes que comes mejor, Ilien, ¿si?

- Podría intentarlo -parece que mi respuesta la deja tranquila y empezamos a cocinar.

Cuando terminamos y ya estamos por comer me habla sobre su trabajo, es un lugar grandioso que ella creo hace diez años, cuando se casó.

En un momento he perdido el hilo de sus palabras y ahora solo veo el movimiento de sus labios, hoy también anda ese labial rojo que me queda tan bien.

¿Cómo se sentirán sus labios? ¿Cómo besa?

- Ilien -escucho mi nombre y veo como agita su mano frente a mi-. Come.

- Ah, oh... si -vuelvo la vista a mi plato para seguir comiendo

- ¿Porqué te besaste con tu jefa? Diría que es un poco mayor para ti -demonios, no tenía otra pregunta, siento que la comida se atora en mi garganta pero la bajo con un poco de agua-. Uh, parece una pregunta interesante, nada más quise saber, estando en un colegio de mujeres, podrías haber tenido al menos una novia.

- N...no es eso, no, digo... No me gustan las niñas -digo en un tono bajo mientras trato de seguir comiendo.

- Pero crei que si te gustaban las muje... -escucho el sonido de su cuchara contra el plato y la miro, tiene un gesto pensativo-. Ya entendí.

- Si -como más tranquila al verla relajada, solo espero no piense que me gusta, porque si me gusta y si se da cuenta todo se irá a la basura.

- Ilien, ¿qué quieres hacer? Podemos ver unas películas.

- ¿De verdad? -pregunto felíz mientras ella se levanta a lavar su plato,  yo estoy terminando de comer.

- Veremos la que quieras -dice a mi lado apoyando su mano en la mesa, cuando volteó a verla me encuentro con sus pechos frente a mi cara.

Anda una blusa blanca, que cae sobre ellos con suavidad, se ven tan bien, en realidad, incluso me ha dado el deseo de saber cómo se sienten en mis manos, agarró la cuchara con fuerza y devuelvo mi vista al frente.

- Me, me gustan las de romance -agarró la última cucharada y me levanto para lavar el plato.

- Entonces veremos una de romance -me asegura-. Puedes ir a ponerte tu pijama, estaré en mi cuarto, por cierto, ¿tienes ropa suficiente?

- Si, tengo ropa para una semana, la lavare los días que ni venga mi madre -guardo los platos.

- Entiendo, qué pasará si tu madre aun reacciona mal cuando entres a clases -me giro para responderle pero no consigo hablar al tenerla tan cerca.

En realidad está a unos pasos de mi pero quiero besarla, veo sus pechos durante unos segundos y luego hacia el suelo.

- No he pensado en la posibilidad de que logre escapar de mi madre de nuevo... -admito-. Iré a cambiarme.

Corro hacia la habitación y me pongo mi bata de tela con mangas largas y un short blanco, con mis medias, me gusta mucho como se ve, suelto la cola de mi cabello y voy a cuatro de la señora Marian después de lavar mis dientes.

Sólo tengo que evitar verla.

Mommy (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora