Pero no pude calmarme lo suficiente para dormir.
Me salgo de la cama luego de unas horas y me voy al patio para ver la noche un poco tranquila, no quiero que la señora Marian crea que soy una tonta, pero seguro pensará que soy una irrespetuosa, aprovechada y mal agradecida.
- ¡Qué fracaso! -me doy varias palmadas en la frente, me siento demasiado mal, nunca me había preocupado tanto besar a alguien, no quiero que me odie, limpio mis mejillas que se han cubrido de lágrimas de culpa, me disculpare.
Siento que quitan las manos de mis mejillas y veo a Marian frente a mi, se forma un nudo en la garganta.
- Se...señora Marian, lo... -trato de disculparme pero sus labios me ínterrumpen.
Una de sus manos se pone en mi cabello y la otra en mi espalda, sus labios se sienten de maravilla.
- Nunca beses a alguien y huyas después -aconseja contra mis labios-. ¿Qué te preocupa tanto?
- No quiero que me odie, señora Marian.
- No lo haré -acaricia mi cabello y me abraza-. Hace mucho frío aquí, Ilien, vamos, hablemos adentro.
Sé levanta y me da la mano, tardó unos segundos pero al final decidí aceptar, caminamos hacia adentro.
- Yo, no quise hacer eso por maldad, yo...
- Lo sé -me ve y me sonríe-. ¿Crees que no note como me veías?
- Perdone, lo de hoy yo...
- Habló de siempre, Ilien -mis oídos arden derrepente y siento cosquillas en mis mejillas, debo estar como un tomate-. Siempre, desde que tu madre empezó a trabajar para mi, cuando te hablaba volteabas a ver mis labios.
- ¿Desde...? -cubro mi boca-. No puede ser.
- Tambien me dí cuenta que te gusta mucho cuando uso el labial rojo.
- ¿Cómo...? -me siento en su cama cuando llegamos a su cuarto, estoy sorprendida y apenada, soy tan obvia.
- Te distraias más cuando lo llevaba puesto, recuerdo en realidad... -su cercanía me deja helada y respiro entrecortada-, un día que botaste una ensalada que te dio tu madre por estar viéndome.
- Oh por un... -sus labios vuelven a interrumpirme.
- No digas malas palabras, no se ven bien en tus labios, ¿si? -pide y yo afirmó con la cabeza, sus labios se sienten mejor de lo que creí, solo quiero besarla de nuevo.
Estoy helada pero ella está cálida, siempre lo está.
- ¿Entonces puedo besarla? -la señora Marian empezó a usar el labial rojo todos los días que iba a mi casa, sabía que me gustaba... ¡alimentaba mi deseo de besarla con obviedad!
- Ilien -su tono es serio-. No soy de besar por besar a cualquiera -me aclara-. Y puede que para ti un beso signifique solo algo que quieres y te dan, pero si vas a besarme solo quiero que me beses a mi, solo quiero que tus labios sean míos.
- En...entiendo.
- Y hablo de ambos -su comentario me deja un poco pérdida pero antes de que pueda preguntar me besa de nuevo y yo correspondo encantada.
Siento su mano en mi cintura de nuevo y cuando yo apoyo una de mis manos en su cabello, la otra en su hombro el beso se vuelve más rápido.
Y mis ansias por su cercanía crecen, cierro mis ojos. ¿Porqué se siente tan bien? Cuando nos separamos un segundo por aire la señora Marian se sienta a mi lado y me besa de nuevo, uniendo su lengua a la mía, suspiro al sentirla, besa muy bien.
- Es hora de dormir -susurra y besa mi frente como último gesto de cariño.
Apaga la luz y me pide quedarme con ella, su cama es igual de suave que la de su hija, nos cobijamos un poco separadas hasta que ella se acerca a mi y me abraza.
No sabía que podía hacer eso, nisiquiera a mis amigas les gustan los abrazos, sonrió en la oscuridad y respito la acción apegandome a ella, hasta quedar dormida.
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Mommy (+18)
RomanceIlien tiene muchos problemas en casa y decide huir, está dispuesta a lo que sea con tal de estar fuera de casa, hasta que piensa bien las cosas pero ya es muy tarde y tendrá que pagar lo que ha causado.