🥀 [Tu Me Perteneces] (Omegaverse)

Capitulo 2

Al día siguiente ya era sábado.

Aquel castaño se encontraba “cocinando” en la cocina como podía hacerlo, mientras que Meliodas era el cantinero y las jovenes chicas, Diane y Elizabeth, estaban atendiendo a todos los clientes.

¿Donde estaba Ban?

Esa era la dichosa pregunta que a cada rato se preguntaban todos. ¿Por que no maldita sea bajaba? Le preguntaron al hada si lo a visto, ya que aquellos son compañeros de habitación. Pero el respondía que Ban lo había botado a patadas de su habitación y se encerró en ella.

Los clientes fueron pocos debido a que no se encontraba él gran chef principal de la taberna “Boar Hat”. Cuando cerraron, King cansado se dirige volando hacia su habitación compartida dejando a Chastiefol en la cocina. Toco la puerta dos veces sin respuesta alguna haciendo enfurecer al castaño y volvio a tocar mas fuerte.

- ..Vete.. - se escuchó la voz de Ban algo entrecortada - Si no ...quie-eres que te pase algo.

- Ugh...¡Eres un estúpido zorro! ¡Voy a entrar por que este también es mi cuarto! - Sabia que estaba corriendo peligro de su vida si entraba, pero igual lo iba a hacer. Abrio la puerta y lo primero que pudo sentir un aroma a canela fuerte..como si estuviera gritando su nombre, aquel chico se dio cuenta de algo, se puso nervioso y un ligero rubor apareció en sus mejillas, y volteo rápidamente hacia la salida, por que el ya sabia que le pasaría si no se apuraba a salir de la habitación.

Claro, ahora todo tenía sentido. El mal humor de Ban el día de ayer, estuvo gritando a cualquier persona que se encontraba en él camino o estaba muy sobre protector con...King... oh..no..el..el ya sabe que el es un omega, cosa que el castaño estaba evitando. Pero lo peor que podría ser, es que Ban crea qué King le pertenece, o bueno, eso sería lo peor que le podría pasar a King.

Su sorpresa fue que la puerta ya estaba cerrada y con llave.

-  Te dije que no entraras - escuchó por último para después sentir su espalda contra la pared, y sus dos manos estaban ahora amarradas y arriba de su cabeza al igual, apegadas a la pared siendo sujetadas por Ban - Ahora sufre las consecuencias - Aquel empezo a besarlo en el cuello.

-Ngh....ah~ no Ban.. - soltó unos pequeños gemidos - Idiota para.. ~

El albino no le dio importancia alguna a las palabras que salían de la boca del Rey hada y seguia besando el cuello del mencionado, unos segundos después cambiaria aquellos besos por lamidas.

Si hubiera un concurso de el tomate mas rojo, seguro confundirían a King con uno de ellos, y para ser mas específicos hasta ganaría el dicho concurso. Su cuerpo se tenso al sentir el contacto de la lengua de ban en su cuello. Aquel oji-Rojo estaba segado completamente por el aroma de flores. Por otro lado King empezaba a asustarse un poco al ver que el aroma de Ban se hacia cada vez mas notorio y si no paraba esto de una buena vez, esto llegaría a mayores.

- ¡N-o! - intento gritar pero seria callado por unos labios posando sobre los suyos.

Fue un beso muy apasionado, sin ninguna pizca de ternura alguna; para el “menor” le resultaba casi imposible seguir la velocidad del beso.

Un ruido de un plato rompiéndose desde la cocina alarmó a Ban volteando hacia un lado, momento perfecto para poder huir. King se libro de su agarre y voló lo mas apegado al techo y se deshizo de los amarres que tenía en sus muñecas.

- Ugh enano...-

El Rey de las hadas fue directamente a la puerta y empezo a golpear con todas sus fuerzas mientras gritaba a cada rato “Por favor abran la puerta”. El “mayor" solo sonreía para luego dirigirse a el y tomarlo de las mejillas y robarle otro beso de la misma intensidad del otro. Pero fue interrumpido por el empujón que Ban recibió de King, volando otra vez hacia la salida, por buena suerte de el, la puerta fue abierta por un chico rubio. Cuando salio cerro la puerta y se recargo en ella.

- Wow wow ¿Por que estas tan rojo? ¿Que a pasado allí dentro - pregunto Meliodas al verlo con la cara toda roja.

- No quisiera saberlo...- suspiro - Solamente le dire que NO pienso dormir este día en ese cuarto

-🌙 -

Sinceramente no tenía ganas - tampoco quería - de responder todas las preguntas que me realizaban el capitán, Elizabeth o Diane y como siempre evitando que Gowther buscara entre mis pasados la respuesta. Solo me ponían super incómodo ¡Y como no ponerme así! ¡¿Como podía explicarles el porque tenía unas marcas en mi cuello?! Eso si es muy vergonzoso. Me asegure que nadie pudiera entrar a mi habitación - que claro, la compartía con Ban - inventando alguna excusa alguna.

Después de ese suceso no eh dejado de pensar en ello, y como seria si nunca hubiera reaccionado o hubiera echo algo; tan solo de imaginarme me sonrojaba al instante.

- Señor King.. - al instante que escuche mi nombre solamente me di la vuelta para encontrarme con Elizabeth.

- ¿Si? Dígame - respondí lo mas amable posible.

- Ya es de noche ¿Usted no va a dormir? - pregunto con curiosidad.

- No pienso subir a mi habitación - tuve que admitir mientras cruzaba de brazos.

- ¡Elizabeth! - grito una voz - ¡Ya sube! quiero dormir

- Ah, no cerdo degenerado, primero hay que ponerte las cuerdas - se escucho a Hawk decir. -

- Bueno, como usted quiera Señor King - sonrie - ¡Muy buenas noches! - se despidió con la mano mientras subía hacia su habitación.

Me encontraba sentado en una se las sillas con mi mentón apoyado sobre la mesa y las luces ya estaban apagadas por completo  suspire, creo que ya tenía que dormir. Iba a levantarme pero unas manos rodearon mi cintura atrayéndome hacia alguien que no podía ver. Aquel olor a canela volvía a inundar el lugar. Ya sabia quien era - suspiro - y lo peor de todo es que de esto, puede que no salga ileso.