🥀 [Tu Me Perteneces] (Omegaverse)

[ST]Capítulo 5: - Visita inoportuna -

- Por todos los cielos, ayuda en algo Harlequin - lo mire con un semblante algo decaído, mientras solamente tomaba un poco mas de agua sin dejar de verlo. - ¡King!

En realidad no quería ver a nadie, me sentía tan mal que quisiera encerrarme en mi habitación para ya no volver a salir en un buen tiempo, como lo hacía a principios de hace dos años, pero claro, no podría ser posible gracias a la ayuda de Helbram, quien a cada rato me pedía que haga alguna actividad para distraerme de todos estos problemas que tenía en esta última semana. Ya había pasado mas de 8 días desde la última vez que había visto a Ban, en aquella fiesta que se me hace algo imposible de recordar. Después de todo es algo increíble, he escuchado que los omegas que pierden a sus alphas sufren de depresión y mueren a los pocos días. Aquello no me ocurría, bueno, casi, si no hubiera sido por ese tonto que aún me sigue gritando aunque yo no le hago caso. No se como lo hizo pero me sentía tan bien...bueno, éstos días estoy por los suelos.

- ¡Vamos! ¡Tienes que salir! - lo mire con un rostro algo desinteresado de lo que me decía al respecto. - ¿Ya no te comunicas con tus compañeros? - hace tiempo que no oigo hablar de ellos.

- No, creo que se disolvieron o algo así - puse mi cabeza encima de mi Almohada para suspirar pesadamente - Se suponen que ellos saben que estoy cuidando el bosque.

Aunque claramente era mentira, una que no solo yo había participado. Aunque aún no entendía por que me había ayudado sin dudar y no me pidió que me quedará, bueno ella tendrá sus motivos ¿No? Creo que unos muy buenos motivos, por que la escuche susurrar algo que no sabía si tomarlo a bien o a mal.

- Aunque... ¿Te acuerdas que te hable de Gerheade? La hada que me ayudo a hacerles creer a todos que yo estoy en el bosque del rey hada - pregunté para levantar mi mirada y verlo a el.

El solo asintió, como si fuera cualquier cosa lo que le estuviera diciéndole en este momento.

- Bueno, no se pero ahora estoy pensando en lo que me dijo, lo se, algo muy extraño o bueno, creo que son cosas mías. No, no es nada - no sabía como explicarle las cosas que se me venían a la mente y me torturaran para saber la respuesta de los hechos. Solo una y otra vez me repetía la misma oración dichas por aquella hada que era un poco neutral.

- Con gusto lo ayudaré mi Rey. No voy a permitir que aquel siga causando mas problemas de lo que ya a echo - No lo entiendo, solamente no entiendo.

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- Wow me encantan, hacen muy linda pareja ustedes dos - sonrie una chica de cabellos castaños mientras recargaba su cabeza en el hombro de su amada albina quien se encontraba sentada alado de la mencionada antes. Mirando con mucha atención a las dos del frente.

Recibió un suspiro como respuesta para recargar su cabeza había atrás que la sostenía una de las partes de aquel sillón tan cómodo.

Suspiro alarmante para las otras quien rápidamente se sintieron algo curiosas para saber que estaba mal, o por lo menos ayudarla a matar a Ban.. ¡Cierto! Inmortal bah..

- ¿Pasa algo rubia? Ese suspiro no me gusta para nada - la voz algo burlona y a la vez preocupada de una peli-lila se escucho. Solo la miró algo melancólica en su mirada sin quitar la sonrisa que llevaba pegada en el rostro. - Puedes contar lo que sea, aquí estamos tus amigas. - Última palabra fue dicha con algo de sigilo. -

- Ban se esta comportando algo extraño en estas semanas, después de encontrarnos con mi hermano - comento algo distraída,

- Mmm espera ¿Eres una beta verdad? - empezo hablar la albina para sonreir alegremente

- Si, aunque quisiera ser omega - suspiro otra vez, algo de cansancio se le notaba ahora mismo por las cosas ocurrentes que decía. Eso era biológicamente imposible.

- No quiero alarmarte ni nada por el estilo, pero los alphas necesitan urgente de un omega para poder formar una familia - sus ojos reflejaban la angustia. - Pero hay veces que si podrían unos alphas estar con betas, pero eso sinceramente es demasiado escaso ese tipo de parejas - Sonrie la castaña

- ¡Yo podría también! Ban y yo somos muy felices -

- ¿Tu hermano es un omega verdad?

- Si -

- Allí tienes la respuesta -

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Aquel recuerdo vagaba por la mente de la rubia mientras su mano estaba entrelazada con la de su amado, al igual que caminaban lentamente viendo como las personas estaban sorprendidas al verlos a los dos juntos. Iban de camino hacía la casa de su hermano, que estaba alegre por verlo, pero a la vez temerosa de lo que pudiera suceder.

Nada, absolutamente nada, aquellos eran dos varones, totalmente distintos, se podría decir que si odiaban mutuamente.

Uno totalmente pacífico, llorón, tranquilo, adorable, tierno y sobre todo un perezoso total. Digno era de ser el de poseer el pecado de la pereza.

Otro totalmente.....todo lo contrario de lo mencionado.

¿Como decirlo con mas facilidad?

Polos opuestos.

- 🥀 -

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¿Usarás esto? - la voz lo hizo sobresaltar un poco. Solo estaba sumergido en sus pensamientos, otra ves.

Volteó a verlo mientras le mostraba el vestido común que usaba siempre, bueno, ahora mismo no quería saber nada de eso en ese momento que le causaba terror y tristeza a la vez.

- S-Si, pero serán solo pocas veces - respondió algo dudoso de sus palabras.

Un timbre se hizo encuchar en toda la casa, sinceramente era raras veces que aquellos recibían visitas, las únicas veces era para que la madre de Helbram se llevará de pitidos a la casa, que Harlequin disfrutaba mientras no paraba de reír.

- Yo abro, seguramente es mi mamá - suspiro resignado para ir donde a la puerta y abrirla - ¿Uh? ¡Usted!

La puerta se abrió por un empujón de furia del albino, allí estaba aquel, barriendo con su típico traje de varón mientras el agua transcurría por su rostro y su cabello húmedo ¿Por que? Por el simple hecho que su mejor amigo le abría tirado encima un balde de agua minutos atrás.

- Mierda ¿Tu otra vez? - fue suficiente para que el otro volteara a verlos.

Una hada de cabellos dorados y un inmortal humano viéndolo algo sorprendidos por la manera en la que estaba y por tener a un chico en su casa.

Al oji-rojo le daba unas ganas tremendas se matar a ese marcianito, es como el lo llamaba.