-- ¡Soy joven! por favor Yoongi bebito si quiero conseguirme un hombre lo hago. Tendría sexo, mucho sexo pe-
-- ¡Mamá! n-no.. n-no digas eso. ¡asqueroso! esta Yoongi presente exclama ―sonrojado el primogénito de la familia Park―
-- ¿Eh? te molesta que tu novio sepa de mi triste vida sexual. Solo porqué tú tiene un chico fijo ya tienes su pene asegurado ―soltó sin más tomando un trago de su café― par de urgidos.
Yoongi no pudo hacer otra cosa que escupir su café y ver a Jimin tratando de esconder su sonrojado rostro entre sus deditos.
-- N-no somos... no es m-mi novio mami.
-- ¿Eh? ―deja se sorber― ¿entonces qué? son novios, n-o-v-i-o-s.
-- Solo amigos.
-- Jiminnie y Yoonie amigos. Es como decir que soy virgen. ¡Hace unos minutos se iban a besar!
-- ¡Mamá Park ShinHye! Min iba a besarme a mi yo no a él.
-- ¡Amigos con derecho!
-- No, no y no.
-- Pero entonces, sí o sí tienen que ser algo.
-- ¡Nada! no somos nada ni amigos, ni amigos con derecho y ni novios, menos esposo ¡nada de nada!
-- Él tiene razón señorita ShinHye-ssi no somos novios, no somos nada. Me retiró gracias por el café.
-- Hyung..
-- Adiós Jimin.
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-- Ah.. dime por favor Nam dónde esta mi hyung.
-- ¿A cambio..?
-- El número de teléfono de TaeTae.
-- ¡Sí! el número de mi alfa primero.
-- Ñoo~ el lugar dónde se escondió hyungie~
-- ¡Ah! ve al segundo edificio en la planta de arriba al tope a la izquierda esta la vieja aula de música, hyung siempre se esconde ahí ¡ahora número de mi niño!
-- ¡Gracias! se lo pides personalmente a Tae. Adiós monnie hyung.
Con su cuerpo expulsando gotas saladas hacían más pesado su caminata. Desde aquella vez que su hyung se sintió fuertemente rechazado en su hogar estuvo cortante, quiso entenderle por el asunto de mamá hye en el entierro se acerco para brindarle su calor pero le rechazo yéndose con Kihyun.
Han pasado cerca de tres semanas y como disculpas le lleva brochetas de cordero, hace una semana venia practicando y su undécimo intento resulto exitoso. Jimin gustaba hacer mas de cosas dulces y amargas, combinando esos dos sabores.
Asomo su rostro por un ventana poniéndose en puntillas observando como Yoongi se encontraba tirado en la banqueta que hacia juego con el piano descansando su espalda sobre éste mismo.
-- Hyung no cambia uh ―susurre entrando cuidadosamente colocando las brochetas ―que por cierto iba en una lonchera de gatitos― en el escritorio que se situaba cerca del piano.
Observe tranquilamente el rostro de hyung se miraba tan pacífico y cansado. Extraño los juegos con Yoongi, el de seguro los extraña también.
Sonreí travieso sentándome en sus piernas colocando las mías a sus costados. Bese en piquitos sus mejillas, mandíbula, pestañas y nariz sintiendo como despertaba.
-- Yoonie~ abre los ojos.
-- Mhg.. ¿qué haces aquí? ―dice sujetando mis caderas―
-- Estoy cansado de ser ignorado por mi torpeza, lo siento, traje brochetas de cordero y mis besitos ¿me perdonas hyungie?
-- Uhm bien, pero, ¿me dejas tocar tu trasero? solo encimita.
-- No veo porqué esto es una excepción, si.
-- Sí, sí, sí ―lamió sus labios colocando una mano en mi espalda haciéndome inclinar, sintiendo su mano contraria encima de mi trasero. Solo lo acariciaba― desearía apretarlo, dejar chupetes y lamidas; pero me contengo cachetes.
―reí suave― Yoongi fetichista, qué mas harías con mi cuerpo.
-- Adorarlo y hacerte saber con cada marca que eres hermoso.
-- ¡Hyung..! aws lo quiero, lo quiero, lo quiero muchoo~ le doy un regalito.
-- ¿Cuál? oh por di- hmg
Un hermoso chupete adornaba el cuello pálido, lamiendo un poco el mismo. Se acerco a la boca de hyung lamiendo su labio inferior y mordiendo un poco.
