❥ 1

12K 984 1K
                                    

Reigen no pudo evitar despegar la vista de su computadora para clavarla directamente en su discípulo. Éste se movía inquieto en su asiento, mirando cada dos por tres hacia cualquier otra parte que no fuera su maestro; cada cinco minutos se ponía en pie para observar por la ventana, tanto exasperado como nervioso.

─Mob, esperas a alguien?─dedujo Arataka, cerrando la computadora para prestarle toda su atención al menor.

─Ah!─el chico pegó un sobresalto─. No! no, para nada... ─y con ello regresó a su asiento.

─A qué se debe tu inquietud? hay algo en lo que pueda ayudar?─siguió preguntándole el mayor, luciendo comprensivo.

"Ahí va otra vez" pensó Shigeo con cierta vergüenza. Le frustraba no poder esconder de mejor manera sus sentimientos, ya que éstos sin su permiso se expresaban mediante acciones, dejándole en una incómoda situación.

─Últimamente tengo muchos exámenes en la escuela, y quizás estoy... algo estresado─puso Mob como excusa, bajando la vista hacia sus manos. Sentía su rostro acalorado por saber que su maestro aún lo estaba mirando.

─Necesitas un masaje? seguro servirá!─propuso Reigen, medio inclinándose.

─No!─Shigeo carraspeó─. Así estoy bien, descuide.

El mayor alzó una ceja, intrigado por la actitud "evasiva" que dejaba ver su discípulo. Claramente lo notaba, él también fue así en su plena pubertad; estaría así por esa chica que le gustaba? tendría problemas en casa? habría tenido una mala noche? o tal vez...

─Mob... ─Reigen esperaba equivocarse, o sino las cosas empeorarían si es que su mal presentimiento era acertado─; dejaste embarazada a alguna chica de la escuela?

Bastaron segundos para que cualquier objeto de la oficina comenzara a flotar o a romperse en el acto, a la vez en que Shigeo ensombrecía su mirada. Aquello le había tomado desprevenido y de paso ofendido.

─Qué clase de persona cree que soy?─le interrogó el menor con notable indignación, manteniéndose en su sitio.

─Lo siento, disculpa! mi imaginación suele jugarme malas pasadas, perdóname!─le suplicó Arataka de inmediato, reprochándose por haber sido precipitado.

Aquello fue suficiente para que todo volviera a su sitio y se recompusiera en el acto. Se podría decir que Mob también se sentía aliviado, su comportamiento no le había dejado al descubierto... o quizás era que su maestro era demasiado ingenuo para pillarlo. Sin embargo... qué haría si lo supiera?

─Qué sucedió? de repente sentí el poder de Shigeo─se hizo ver Hoyuelo, confundido y curioso.

─Solo le pregunté algo y se lo tomó a mal─le explicó Reigen, acomodándose en su silla─. Por cierto, dónde andabas? supongo que estabas cerca si sentiste el poder de mi discípulo.

El espectro junto a su maestro mantenían una conversación inusualmente pacífica, mas aquello había pasado a segundo plano para Mob. El menor miraba con el rostro iluminado a Hoyuelo, ya que seguramente él podría ayudarlo con su problema. Posiblemente le diera algún consejo que pudiera emplear...

─Shigeo, pasa algo? llevas un buen rato mirándome─inquirió Hoyuelo.

Reigen también lo había notado. Las facciones de su discípulo se habían relajado con la llegada de esa cosa verde.

─...Hoyuelo, hay algo de lo que quiero hablarte─Mob centró su mirar directamente en el mayor, con el mínimo de coraje─. Puedo salir por unos minutos, maestro?

─Claro, solo no demoren mucho─le concedió Reigen, como restándole importancia.

─Como si te llovieran los clientes... ─murmuró bajito Hoyuelo, dedicándole una mirada de desprecio al falso psíquico.

Diferente | ReiMobDonde viven las historias. Descúbrelo ahora