Capitulo 37

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Todos nos hemos sentido desamparados alguna vez.

Todos hemos sentido la necesidad de un abrazo.

Todos nos hemos auto convencido de que solos podemos hacer las cosas.

Pero cuando llegas a un punto en el que realmente estás solo, lo único que haces es anhelar la pérdida.

Yo aún estando acompañada me siento sola.

Es increíble el miedo que tienen algunas personas a la soledad y como para otras es el mayor de los regalos.

Lo importante no es lo que muestras en el exterior, sino lo que sientes en tu interior.

A lo largo de mi vida me he encontrado con un montón de caras falsas, sonrisas fingidas y llantos aguantados.

Y muchas otras veces he sido yo misma la que se ha callado.

Y estoy harta de hacerlo.

Harta de decir que estoy bien, cuando en realidad no es así.

Harta de tener que poner una sonrisa cuando en realidad pienso que mi vida es una mierda.

Harta de obligarme todas las noches a no pensar y mucho menos llorar.

He llegado hasta tal punto, en el que lloro y miro la hora a ver si puedo acabar en 20 minutos para seguir estudiando.

Soy patética.

Doy consejos a la mayoría de mis amigos y en verdad yo no tengo el control de mi vida.

Soy idiota.

Lloro, pero no hago absolutamente nada para cambiar las cosas.
Me siento en un banco mientras veo el tren con mil y un oportunidades pasar por delante mío.

Soy estupida.

Dejo pasar las grandes oportunidades, pero me subo de cabeza al tren de las depresiones, las inseguridades y los miedos.
Siempre elijo lo que me hace daño.
Y después me arrepiento.

No se decir que no.

Y cuando por fin decido que es hora de decir que no, lo hago con demasiado brusquedad.

Soy irascible.

No soy capaz ni de entenderme a mi misma y pretendo que mis amigos lo hagan por mi.

Soy envidiosa.

Soy incapaz de alegrarme por la felicidad de otros si yo estoy mal.

Soy egoísta.

No hago otra cosa que lamentarme de mis errores y llorar como una boba.

¿Y sabéis que hago después de todo esto?

Me levanto al día siguiente y hago como si nada hubiese pasado.
Vuelvo a ponerme la máscara de que todo está bien o simplemente no bajo a la calle.

Soy una desagradecida.

Tengo muchas más cosas y no hablo solo de cosas materiales sino de esas pequeñas cosas de la vida que son las que verdaderamente importan.
Y aún así, lloro por estupideces.

No dejo de compararme con los demás y eso me destruye.

Y soy incapaz de amarme a mi misma, me doy asco.

Pero oye, pretendo que venga alguien que me saque de este agujero en el que llego atrapada tanto tiempo y que me quiera en vez de hacerlo yo misma.

Soy una oportunista.

Siempre hago las cosas dependiendo de si me vienen bien a mi misma.

No soy una buena persona, aunque si intento serlo.

Pero no lo soy, porque me han hecho demasiado daño.

Me han dado tantas hostias que ahora mismo lo único que hago es devolver los golpes.

Me siento tan perdida que lo único que quiero es desaparecer.

Aunque en realidad lo único que quiero es ser feliz.


Lo siento, pero soy así.

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