Capitulo 27

19 1 0
                                    

No pensé que esto sería tan difícil.

Sabía que el maldito día llegaría tarde o temprano.

Pero como una tonta me engañaba a mi misma pensando que no pasaría nada.

Que seguiría con mi vida, como si nada hubiese pasado.

Nunca he pensado tanto en ti.
Debe ser que me acostumbre a tenerte en mi vida.

Nunca sentí nada más que una simple atracción por ti.

Y desde hace casi dos días me he dado cuenta de que no solo era atracción, me sentía eclipsada contigo.

Desde el minuto cero en el que te conocí pensé que mis heridas por fin se curarían.

Tenías esa maldita forma de hacerme sentir que valía la pena seguir luchando por todo esto.

Por un momento me sentí como en casa con alguien.
Porque tú, amigo mío, me entendías más que nadie.

Tú me hacías abrir los ojos cuando hacía algo estúpido.

Tú me enseñaste a ser fuerte, me enseñaste tantas cosas.

Eres una de esas personas que una vez que entran en tu vida te calan tan hondo que tienes la impresión de que jamás las olvidarás.

Eres una de esas personas que no necesitan intentar parecerse a los demás.

Tu rareza era lo más atractivo de ti.

Tú forma de hablar, de moverte.
Ese " ven aquí " que muy poca gente tiene.

Cuando te pedí quedar pensé que una persona como tú nunca aceptaría.

Pero pasado el tiempo comprendí que tú estabas tan necesitando de compañía como yo.

Cada día contigo era mejor que el anterior.

Contigo aprendí a ser yo misma, a no preocuparme por decir algo estúpido, tu siempre lo arreglabas con un buen chiste.

Nada más verte entendí que esa apariencia de "chico malo" solo era una armadura que escondía secretos, exactamente como yo lo hacía.

Y justo en ese momento empecé a creer que no estaba sola.

Por fin alguien era como yo.

Siempre fuiste y serás como mi hermano mayor.
Aun sabiendo que podía cuidar de mi misma sola, sentía que tú estabas en la sombra acechando.

Sentía que en cualquier momento saldrías en mi busca, protegiéndome, no dejando que nadie me hiciese daño.

Eras tan parecido y a la vez tan distinto a mi.

Recuerdo las inumerables veces que nos reíamos porque nos considerábamos "raros" y solo nosotros nos entendíamos.

Tarde mucho en conocerte y tú misteriosa forma de guardarte las cosas me hace replantearme hasta si hoy en día te conozco del todo.

En los últimos días, me dejaste ver cómo eras de verdad.

Y saber que me confiabas lo más preciado para ti, hizo que se me partiera el alma en dos.

Porque entendí porque después de tanto tiempo me contabas las cosas y me dejabas entrar en tu vida de una vez por todas.

Era porque te ibas y nunca volvería a verte.

Siento si todo suena demasiado dramático, pero estar contigo para mi, era...

la verdad es que creo que no existen suficientes palabras para describirlo.

Siento si los últimos meses cambie de repente, no podía hacer como si nada pasase, te irías y me dejarías aquí sola.

Acabado el trayecto todo maestro tiene que abandonar a su discípulo.

Ahora que ya no estás y que simplemente no tengo posibilidad de hablar contigo, no dejo de pensar cómo estarás.

Te deseo la mayor de las suertes, aunque se que no lo necesitas.

Y solo espero que detrás de esa armadura acorazada halla un corazón.

Que mi sufrimiento no sea en vano, espero que tú estés donde estes sientas lo mismo.

Seguir con el día a día sin ti es tan difícil.
Todo me recuerda a ti.

Te doy mil gracias por haber entrado en mi vida y, sobre todo, por haberme enseñado todo lo que se.

Hoy en día soy lo que soy gracias a ti y por eso te echo tanto de menos.

Una historia inolvidable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora