Capitulo 25

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Algunos estamos hechos para amar y otros para hacer daño.

La clave está en darnos cuenta a cuál de los dos pertenecemos.

Llamemos las cosas por su nombre, el amor para algunos es más que un sentimiento.

El amor es puro, delicado y maravillosamente perfecto para aquel que está enamorado.

Sin embargo, para otros solo llega a la consideración de un estado de ánimo.

Aquel estado de ánimo, que te nubla la vista, que no te deja ver los fallos, la avaricia y el engaño.
Y yo...

Yo he sido un poco de los dos.

He sido una loca empedernida por el amor, he sentido como la felicidad me recorría por los venas hasta dejarme sin aliento.

He sentido como todos los días se volvía perfectos.

He sentido como mi corazón no paraba de latir, y todo ello solo por amor.

Pero también he sido una víctima del engaño.

He sufrido.

He llorado.

Y sobre todo, he aprendido.

He aprendido que la clave está en darse cuenta de que lado estás, si en el lado de los románticos empedernidos o el de los fríos sin escrúpulos.

Al fin y al cabo los lados intermedios nunca han sido ni serán buenos.

He aprendido a reírme en vez de llorar por las tristezas.

He aprendido a sonreiré a la vida, por muchos estragos que está me haya dado.

He aprendido a vivir.

A vivir sin importarme lo que la gente pueda pensar.

A vivir sin tener claro de que lado estoy.

A vivir, sin saber hacia donde me dirijo.

Solo he aprendido a vivir.

Una historia inolvidable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora