Capítulo 3

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Subo por las escaleras exprimiendo el tiempo de libertad que me queda lo máximo posible, el miedo sigue presente en mi interior y las ganas de vomitar van en aumento a medida que estoy más cerca de mi planta. Me recorro el pasillo arrastrando los pies, parece que todo efecto del alcohol que había ingerido se disipa cuando rebusco en el bolso intentando encontrar la tarjeta, sería mejor que me hubiese quedado durmiendo en un banco o le hubiese pedido ayuda a Calum, dudo en llamarle pero decido no hacerlo.

Vacilo un segundo antes de introducir la tarjeta y la puerta se abre con un click, empujo la manilla y le veo sentado en la cama mirándome con odio en los ojos, cierro la puerta de golpe y el se levanta apareciendo rápidamente delante de mí. Me sujeta fuertemente de los brazos y siento mi espalda chocar contra la pared, un dolor agudo recorre mi columna vertebral y me estremezco.

“¿Te creías que ibas a escapar?” escupe mirándome duramente desde arriba.

Solo puedo sentir miedo y odio, demasiado odio hacia su persona. Las nauseas vuelven y siento que voy a vomitar pero de alguna forma consigo no hacerlo.

“Lejos de ti, cabrón” le contesto armada de un valor que no sabía que existía.

De un momento a otro siento como mi cara se gira hacia un lado impulsada por un golpe, su mano vuelve a caer para apretar mi cintura, duele, parece que la pared se hiciese cada vez más dura detrás de mí. Sus labios bajan a mi cuello y siento que quiero morirme en ese instante, sus manos se cuelan bajo mi blusa que se levanta con el movimiento, quiero gritar pero ningún sonido sale de mi garganta. La realidad me golpea en la cara y me doy cuenta de que voy a ser violada.

Se deshace de lo que cubre mi torso con un solo movimiento y me tira sobre la cama, mi cuerpo no responde, no soy capaz de hacer nada. Arrastra sus rodillas quedando encima de mí, sus manos recorren mi cuerpo y me siento cada vez más asqueada e indefensa, si solo le hubiese pedido a Calum que me ayudase, seguro que estaba dispuesto a sacarme de esta mierda, tenía pinta de ser un buen hombre.

Una de sus manos se desliza dentro de mis pantalones mientras la otra los desabrocha e intenta bajarlos, ahí es cuando empiezo a retomar el control de la situación y lucho en un intento de librarme de él. Su mano viaja hacia arriba para dejar un puñetazo sobre mi mandíbula y luego volver a bajar, intento desesperadamente darle una patada pero coloca sus piernas sobre las mías y estoy de nuevo inmovilizada, las lágrimas empiezan a recorrer desesperadamente mis mejillas y él consigue bajarme los jeans, pero en ese descuido propino un rodillazo en uno de sus muslos, sorprendiéndole, me libro de sus brazos y le empujo hacia atrás, se desequilibra, supongo que porque el efecto de la borrachera aún sigue presente, y cae hacia atrás. Se golpea con la mesa y cae inconsciente.

Me coloco de nuevo la ropa a prisa y cojo todo el dinero que lleva encima, agarro mi bolso y salgo de nuevo del hotel. Me dirijo a paso rápido calle arriba, llego a un motel tras andar veinte minutos y decido mirar si queda alguna habitación. El recepcionista me mira curioso, probablemente porque tengo los ojos rojos y la cara empapada de haber llorado, me da unas llaves y subo hacia mi habitación, me dejo caer sobre la cama y calmo mi respiración sabiendo que estoy a salvo y que no puede hacerme nada.

Mi cuerpo sigue temblando, no sé qué hacer, intento dormirme pero soy incapaz, en un día mi vida ha dado un giro demasiado importante y malo, solo necesito una forma de escapar de esto y la verdad es que no sé cuál puede ser.

Paso la lengua por mis labios humedeciéndolos y recuerdo los suyos tocando mi piel, me siento sucia, las nauseas vuelven de nuevo y corro al baño por si acaso. Decido ducharme de nuevo aunque sé que la sensación es emocional y no se irá con agua y jabón, pero al menos me servirá para relajarme un rato.

El agua caliente se desliza por mi piel y empapa mi pelo, me doy cuenta de que no tengo esponja así que me enjabono con las manos, me aclaro y salgo, espero cinco minutos a que el agua se deslice para caer mojando la alfombra y luego me meto en la cama todavía húmeda. El ruido de la televisión acaba consiguiendo que me duerma pero me despierto poco después, parece que lo que me queda de noche no va a ser fácil.

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Abro los ojos, la oscuridad me rodea, levanto la cabeza y veo un punto ver fijo delante de mí, puedo adivinar que es una luz. Me levanto y ando hacia ella pero por muchos pasos que doy parece mantenerse siempre a la misma distancia. Acelero el ritmo hasta acabar corriendo y cuando parece que la luz está más cerca algo se abre bajo mis pies y caigo al vacío, continúo cayendo y parece que nunca voy a tocar el suelo cuando un escalofrío me recorre.

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Me despierto con la respiración agitada y las lágrimas a punto de salir, alcanzo mi móvil para mirar la hora, son las seis y media, el sol empieza a colarse por la ventana. Apenas he dormido y me vuelvo a tirar sobre la cama, he podido pagar solo dos noches con el dinero que Albert llevaba encima. Luego tendré que volver a casa y enfrentarme a mis padres que a estas alturas ya estarán informados de lo sucedido, pero con la versión que él les habrá dado, y conociéndolos se pondrán de su parte y le darán la razón.

No llevo casada ni veinticuatro horas y ya quiero alejarme de él lo máximo posible, parece que todo lo malo que dicen que es el primer año se ha resumido en una noche. Desbloqueo el móvil y me meto en contactos, busco la tarjeta que me había dado Calum y lo agrego. Bloqueo el móvil de nuevo y lo dejo caer sobre la alfombra para luego intentar dormirme otra vez. Solo quiero descansar tranquila un rato.

64th Street [c.h.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora