Capítulo 10

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Las paredes azules contrastan con el blanco de los muebles, el cobertor de la cama, situada en el centro de la pared del fondo, es de un color lavanda que siempre me ha gustado. Al lado izquierdo hay una mesita de noche y sobre ella una pequeña lámpara que parece imitar la forma de una seta. En la pared donde está la puerta de entrada,  hay un escritorio de madera clara con una fila de cajones blancos, sobre él una lámpara de mesa gris ajustable y al lado un espejo de cuerpo entero que se alarga haciendo una especie de L sobre el escritorio. Encima dos estanterías a juego con los cajones. En la pared derecha dos puertas simulan un armario empotrado que en realidad es un pequeño vestidor completamente blanco. Y en la puerta de enfrente está la ventana cubierta por unas cortinas a juego con el cobertor.

En el primer año de universidad vivía en un lugar parecido a este así que inmediatamente decido que si me quedo con el apartamento tengo que cambiar el color de las paredes. Los recuerdos que vienen a mi mente de esa época no son precisamente buenos y preferiría no evocarlos cuando estuviese aquí dentro.

Sin apenas darme cuenta estoy sentada sobre la cama mirando hacia las puertas del vestidor pensando en mis cosas, hasta que me doy cuenta de que Luke me mira y pidiendo perdón por el despiste me levanto.

El baño es bastante amplio, con los azulejos de un color verde muy, muy oscuro y todo lo demás en blanco, excepto la cortina de la bañera en un color verde lima.

Las otras dos habitaciones son prácticamente iguales a la primera solo cambiando los colores, una muy rosa y otra salmón, y que en estas sí que hay armarios.

Al acabar de ver todo, el vendedor me lleva hasta el salón y empieza a hablarme de las ventajas del apartamento, así como las formas de pago y todo lo demás. Acabamos por acordar una fecha para firmar el contrato, cosa que sucederá mañana y me dice que por la tarde después de firmar ya podré instalarme tranquilamente.

Tras despedirme de él vuelvo al motel y me doy una ducha para relajarme y destensar mis músculos, estoy severamente agotada después del día de hoy. Pero al salir y cambiarme, ya tumbada sobre la cama pulsando el botón de desbloqueo del móvil continuamente mirando a ver si los minutos pasan, decido levantarme y salir a comprar pintura para renovar la habitación azul del apartamento. La tienda no queda muy lejos y me adentro entre los miles de colores con sus respectivas tonalidades que hay. Tras comerme la cabeza decidiendo entre rojo y coral salgo de la tienda con pintura morada y negra, digamos que el dependiente me engatusó para que acabara llevándome ese color... y la verdad, combinaba con los muebles bastante mejor que cualquiera de las otras dos.

llego de nuevo al motel y dejo la bolsa sobre el suelo cerca de mi bolso y luego me acuesto en la cama, sé que aún es temprano y no he comido ni cenado nada pero no tengo apetito y finalmente acabo por dormirme.

Me despierto a la mañana siguiente con un hambre terrible y bajo a desayunar tras ponerme unos vaqueros y una camiseta básica, tras desayunar y cambiar la camiseta por una blusa decido salir a tomar el aire y dar una vuelta a los alrededores antes de ir a la oficina de la que Luke me dio la dirección para firmar el contrato y tener por fin las llaves de mi nuevo hogar, para mí sola, o quién sabe, quizás me busque una compañera o algo. 

Continúo andando porque queda realmente cerca y luego espero el ascensor, pulso el botón del quinto piso y cuando las puertas se abren salgo a una especie de recibidor totalmente gris, pregunto por Luke a la recepcionista y me dice que me está esperando en la sala 15. Me muevo por el pasillo mirando atentamente los números de las puertas hasta que encuentro la correcta, me paro frente a ella y llamo con unos suaves golpes, entro tras oír un "adelante" y me siento en la silla en frente a él. Me extiende unos cuantos folios y me dedico a leerlos, lo que me lleva media hora, para que no haya algo de lo que arrepentirme una vez firmado. 

Me da las llaves del apartamento y se despide con un gracias, le devuelvo el saludo y salgo hacia el motel para recoger mis cosas y llevarlas a mi nuevo hogar. Dejo mis cosas sobre el sofá y me dirijo a la habitación, empiezo a sacar los muebles, alineándolos en el pasillo, la cama es lo que más trabajo me cuesta pero con un poco de paciencia lo consigo. Extiendo el plástico que compré junto a la pintura en el suelo para protegerlo y también los rodapiés, para no manchar nada. Una vez acabado me siento con las piernas cruzadas en el suelo y decido que me da demasiada pereza pintar.

64th Street [c.h.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora