Bueno aqui el capitulo que les prometi, que tengan un lindo fin de semana nos vemos el lunes. No olviden que pueden preguntar lo que sea siempre lee sus comentarios las (os) amooo besitos virtuales
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Luciano
Estamos desde temprano tratando de recolectar información de un grupo de investigadores que mi padre cree que sospechan algo de las entregas que se están haciendo en el puerto.
- ¿Cómo te fue con Víctor?- pregunto Max mientras tenía la vista en los investigadores, estábamos en una azotea mirando hacia abajo
- Bien solo estuve unos minutos y luego me fui- conteste aburrido
- ¿Y la chica que tal?- volvió a preguntar
- No está mal, se ve muy alegre y alocada pero creo que va en serio con ella- dije llevándome un poco de agua a los labios
- Es una niña que tanto le puede dar- respondió con burla, yo lo golpee
- Víctor es nuestro amigo Max si quiere a la chica solo tenemos que apoyarlo y ya- respondí algo molesto por la actitud de mi amigo
- Lo sé- dijo suspirando- Es solo que él es tan enamorado que me preocupa lo que pueda pasar- respondió, yo sonreí tenemos años conociéndonos y simplemente nos cuidamos unos a los otros
- Te entiendo pero parece que ella en serio le gusta, solo apoyémoslo pase lo que pase- dije mirando al frente
- Bien- respondió mi amigo
Después de estar en silencio un rato y de ver a los investigadores que al fin se movilizaron
- Tenemos que bajar- dije levantándome rápidamente, bajamos las escaleras de incendio para llegar a nuestras motos
Perseguimos a los investigadores a paso lento para que no nos descubrieran, era algo irónico nosotros los mafiosos estamos detrás de los investigadores.
Estamos en unas calles poco concurridas lo cual me parecía raro, llegamos a un edificio muy viejo creo que en cualquier momento puede caerse, dejamos ocultas las motos para que no las vieran. Caminamos en silencio, sacamos nuestras armas y nuestros sentidos se pusieron alerta, fuimos por detrás de la ventana y escuchamos
- Maldita sea no tenemos nada, como es posible que no dejen ninguna pista- dijo uno de los investigadores
- Llevan años en esto claro que no van a dejar pista- dijo el otro
- Pues tenemos que tener algo maldición- grito enojado el primero que hablo, vi a Max sonreír
- Necesitamos empezar desde cero- dijo el segundo hombre
- Si, busquemos desde lo más grande hasta lo más pequeño- contesto el otro
- Bueno entonces vamos- ambos salieron del lugar
Max y yo esperamos un par de minutos para entrar al edificio, comenzamos a registrar todo, solo tenían cosas básicas no tenían oportunidad de encontrar una pista decente
- ¿Lo quemamos todo?- pregunto Max, yo sonreí con malicia
- Me parece genial- dije con aprobación
Buscamos un poco de gasolina la regamos por todos lados, las esquinas, los papeles, las mesas todo y saque mi yesquero, encendí un pedazo de papel y lo tire al piso rápidamente todo comenzó a encenderse.
- Vamos- dije mientras salía por la puerta
Nos fuimos en nuestras motos vimos hacia atrás y todo estaba quemándose, eso le enseñara a estos tipo que no deben meterse en lo que no deben
- ¿Vas a ir a algún lado?- pregunto Max
- Iré a comprar unas cosas, nos vemos en casa- le mentí y tome un camino diferente
La verdad que es quería ir al bar donde trabaja Anabella había pasado una semana y no nos habíamos visto más, creo que tengo una extraña obsesión por esa chica pero solo como alguien que debo proteger un hermana quizás.
Llegue al bar y me quede afuera un rato, no sabía qué hacer, no me parece bueno estar persiguiendo a una niña solo porque quiero protegerla, resignado entre al local solo me tomaría algo y me iría.
Al entrar me di cuenta que estaba vacío, me iba a dar media vuelta porque pensaba que estaba cerrado o algo así, pero escuche unos gritos cerca de la barra
- Llegas tarde maldición cuantas veces te lo he dicho- grito un hombre
- Lo siento tenía una prueba y no podía faltar- se disculpó la pequeña voz de Anabella
- No me importa tuve que cerrar porque no estabas aquí para atender a nadie- volvió a gritar el hombre
- Ya dije que lo siento Ricardo no volverá a pasar- prometió ella
- Mas te vale, porque si no estás despedida- le amenazo el tal Ricardo
Entre enojado al local, hay algo que no entiendo, porque todos tienes que ser insolentes o groseros con esa chica.
- No creo que debas gritarle a alguien así- dije entrando con falsa tranquilidad
- ¿Y tú quién demonios eres para meterte en mis asuntos?- pregunto el hombre con enojo
- Nadie, él ya se va- dijo Anabella antes de que pudiera hablar- el local está cerrado- contesto mirándome
Camino y tiro de mí hacia la salida, ambos salimos por la puerta y nos fuimos para un pequeño rincón
- Tienes que dejar de hacer eso- dije ella en voz baja
- ¿Qué cosa?- pregunte confundido
- Defenderme- dijo con voz quebrada
- Pues si tú no lo haces por ti misma alguien tiene que hacerlo- conteste serio
- Pueden despedirme y necesito el trabajo no puedes gritarle a mi jefe- respondió ella con la cabeza abajo, exasperado puse mis dedos en su barbilla y la levante encontrándome con esos ojos verdes más cristalinos de lo normal
- Nunca, escucha nunca debes bajar tu cabeza delante de nadie está bien?- dije mirándola sus ojos se aguaron más- Ven aquí- la atraje a mi cuerpo y rodee mis brazos por su cuerpo pequeño y delicado
Al principio se tensó pero poco a poco fue relajándose hasta que puso sus brazos alrededor de mí, la escuche sollozar un poco y la apreté más a mí, poniendo mi barbilla en un cabeza era bastante más pequeña que yo, así que no tenía que esforzarme para estar así. Después de unos minutos nos alejamos, yo limpie con suavidad las pequeñas lágrimas que se escapaban de sus lindos ojos
- Ya no llores, lo siento sí, no volveré a hacer algo que puede perjudicar tu trabajo- prometi mirandola
- Esta bien, no importa- dijo alejándose por completo
- Bueno me tengo que ir- dije tratando de alejar esa cosa extraña que me hizo sentir al abrazarla
- Bien, gracias por defenderme de todas maneras- dijo ella con voz suave
- No hay de que, cuídate- dije caminando hasta mi moto
Mire atrás y ella estaba parada en la puerta mirándome, le dedique una sonrisa para luego ponerme el casco y arrancar.
En el viaje pensé en lo cálido que fue ese abrazo, esto se está volviendo un problema para mí, tengo que dejar de ver a esa chica tampoco es como si fuera muy difícil, dios esta confusión me enoja
Llegue a casa y la primera en recibirme es Eleonor contándome todo lo que hizo en el día, después hable con mi padre de lo de los investigadores y me fui a mi habitación de pronto me sentía cansado. Me duche y me puse unos bóxers largos para luego tirarme en la cama, no sé en qué momento pero me dormí con rapidez.
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Mafia II
RomanceLuciano Bronx Garibaldi; guapo, algo egocéntrico y caliente como el infierno pero su vida se basaba en su trabajo en la mafia, las fiestas y hacer de las suyas con las chicas que le gustan hasta que aparece una que le puso su vida patas arriba Anabe...