Día 13 Tranquilidad Eventual

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Me encontraba en la entrada de la cabaña, sobre una silla de madera oscura jugando con Misha. 

¡Miiau!

Tal vez así conseguiré algo de paz mental. Mía se me acercó y me invitó a dar un paseo por el poblado.  ¿Tal vez ella es capaz de leer mi estado de ánimo con un simple vistazo? 

Ella se colocó un simple vestido azur, con un bordado blanco. De cierto modo a mi vista, ella resultó ser cómo una flor de primavera brillante, capaz de iluminar caminos oscuros y alegrar el alma. 

De pronto me preguntó ¿cómo me veo?

Tartamudeé debido a su belleza cautivadora. 

Ennn..cantadora.

Ella murmuró con suma delicadeza hay cosas que no cambian.

Caminamos lentamente al pueblo, podría jurar que el sol del día de hoy era más brillante, los colores más vívidos y los sonidos más profundos. 

Paseamos por aquellos caminos de tierra, pronto llegamos al centro de Escarclus, allí se encontraba una pequeña y modesta plaza, con flores de distintos colores y árboles perfectos para respirar aire fresco, en medio se encontraba la estatua con lo siguiente escrito.

En honor a Escarclus, experto destructor de bestias. 

Se puede observar un hombre musculoso de dos metros de altura, con una larga y frondosa barba con una lanza corta sobre su mano en posición heroica.

Con lo que me contó Mía antes de la construcción del campanario, el cuál puede alejar las bestias, el pueblo debía mantenerse constantemente en alerta para evitar peligros, sin embargo un día con un eclipse las bestias sedientas de sangre intentaron destruir todo a su paso y quién luchó valientemente por el pueblo hasta que su última gota de vida fuera drenada fue Escarclus. De esto hace 180 años.

Un hombre de lo más heroico.

¿Cuando te volverás un héroe?  -Mía

Solo pude soltar una sonora carcajada.  

Veamos, solo necesito salvar a la princesa de la torre custodiada por el rey de los dragones ¿fácil no crees? 

Seguí riendo hasta llorar de risa y me quedé sin aire.

Mía me pellizcó y se alejó algo molesta.

¿Ahora qué hice? ladeé la cabeza en estado de confusión.

Pasaron cinco minutos y ella se me acercó como si nada de lo anterior hubiera ocurrido.

Vamos. 

Luego de recorrer cada camino del pueblo fuimos a una colina, la cuál se encuentra entre el bosque montículo lunar y nuestra cabaña, allí había un árbol de manzanas, este sitio emite un aura de paz, cierta tranquilidad es como si se aislara del mundo. 

Mía acarició determinada parte de la corteza del árbol melancólicamente. Fijándome donde pasó la palma de su mano había tallado una pequeña luna junto con el sol. 

Me duele que no recuerdes, intento ser fuerte y aún así continúa lastimando. Es como si todo se lo hubiera llevado el viento.

Ella se desplomó sobre sus rodillas derramando delicadas lágrimas cristalinas.

Me coloqué de rodillas junto a ella y la abracé, a la distancia que estábamos podía oír claramente el latir de su corazón, sentía su tristeza como si fuera parte de mi. 

Si todo desaparece, podemos crear nuevos recuerdos Mía. Mis memorias han desaparecido aún así mi corazón continúa sin cambio alguno. Aunque el tiempo se lleve todo lo que ha de ser, es inmutable porque estos sentimientos van más allá del espacio, es una constancia inalterable. 

De inmediato mi voz y consciencia se desvanecieron.

Era como si me perdiera en el fondo del mar, todo era desconocido y me absorbió.



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