La luz.

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Quizás ahogarse no sería tan malo pensó Serena tenia los brazos y piernas entumecidos y a pesar de que todo su cuerpo le decía que dejara de moverse, ella seguía moviendo las manos y los pies, lo suficiente como para mantener su cara fuera del agua. De vez en cuando bebía agua salada que la hacía toser y no hacía nada para calmar su sed. Al menos no tenía que soportar el sol. Lo más probable era que sucumbiera a la fatiga antes de que llegara el amanecer con sus cálidos rayos. Su lado sarcástico le decía que debía de estar agradecida ya que había dejado de temblar, su cuerpo parecía haberse aclimatado a las aguas del Pacífico.
Ella tenía un novio que era estúpido, al maldito idiota le tenía que dar las gracias por su actual situación. Y pensar que había considerado que Diamante era su príncipe azul. Él había dicho y hecho las cosas correctas cuando la cortejo y parecía que disfrutaba de su compañía lo simulo muy bien, la mayor parte del tiempo. Ella debería haberse dado cuenta de que había algo raro cuando de inmediato quiso que compartieran todo y cuando preguntó él le dijo "¿noconfías en mí?”, poco después se mudaron a vivir juntos.
No había nada tan tonto como una mujer enamorada, y ella había sido la más tonta de todas, había caído en la trampa que él le puso, y no solo era la trampa de una estafa, era una trampa mortal. Me pregunto si mi lápida dirá: "Aquí yace Serena, engañada por un hombre, una vez más."
En su defensa, tenía que decir que ninguna mujer espera que el hombre al que ama, o le gusta la traicione, aunque en su caso, su historial con los hombres debería haberle proporcionado una pista. Ella alegremente aceptó ir a un paseo en barco con él, a la luz de la luna una celebración de aniversario por su sexto mes saliendo juntos.
Y ahora sería también la fecha de su muerte. Por lo menos el bastardo la había medio emborrachado con champán antes de tirarla del barco con un exagerado- "¡Oops!".
Entonces, él había tenido el descaro de reírse cuando le pidió ayuda mientras el agua la engullía, haciéndola ver lo que había sido obvio desde el principio. Luego le dedico una letanía de maldiciones que habrían hecho sonrojar a más de un marinero.
Por supuesto, gritarle con detalles la forma en que lo iba a mutilar cuando pusiera las manos sobre él, podría haber influido en Diamante y su decisión de seguir adelante con su mortífero plan. Probablemente debería de haber dejado los detalles sobre cómo iba a castrarlo.
Pero aún así, ¿Qué esperaba, después de lo que había hecho?
Serena escuchó su risa burlona durante mucho tiempo después de que él se fuera con el yate dejándola allí. Horas más tarde o al menos eso suponía había tenido tiempo de pensar, como si sobreviviría y como se vengaría, ella estaba al límite de su resistencia y de sus fuerzas, luchando por vivir a pesar de que sabía que no tenía muchas posibilidades.
Una gran ola le cubrió la cabeza, se debatió bajo el agua por un momento, casi se dio por vencida, estaba demasiado cansada para seguir luchando. ¡Entonces vio la luz! La incredulidad hizo que su mirada bajo el agua se fijara en el faro brillante justo por encima de su cabeza ¿significaba eso un rescate? Con un último esfuerzo saco la cabeza a la superficie del océano y parpadeó bajo la luz brillante, y luego volvió a parpadear con incredulidad cuando su cuerpo comenzó a elevarse fuera del agua.
- “¿Me he muerto? ¿Es así como va a comenzar mi viaje al cielo?... ¿empapada y cabreada?” - pensó… -por no hablar de que ella siempre había esperado mucho, mucho más.
Un pez que salía del agua delante de ella le dio un coletazo en la cara. ¿Qué demonios?
Ella miró a su alrededor con incredulidad, mientras ella y un montón de peces, junto con otros habitantes del océano se levantaban del agua, atrapados en algún campo anti-gravitación raro, ella no era una friki de la ciencia para pensar eso , había visto recientemente un maratón de películas de Star Trek con Diamante, un verdadero fan Trekkie. Nunca había esperado que la ficción de la pantalla pasara a formar parte de su vida, pero ¿qué otra cosa podría explicar por qué ella y miles de criaturas marinas estaban flotando hacia un agujero iluminado cuyos bordes apenas podía distinguir?
Se le ocurrió que podía gritar para pedir ayuda, pero en serio, ella no era tan idiota aunque en la elección de novios fuera más que idiota. Además, exactamente ¿quien esperaba que fuera a salvarla de un secuestro alienígena? En su situación, al ritmo que se estaba ahogando el secuestro era la mejor opción. Otra emoción reemplazó al agotamiento y a la resignación por su destino, estaba a punto de conocer vida extra-terrestre. ¿Serían verdes? ¿Altos o bajos? ¿Se parecerán a E. T. arrugados o serian más del tipo humano como ella?
Además de estas reflexiones internas, la asalto la duda ¿Y si eran violentos? ¿Y si se comían a los seres humanos? ¿O vendían las hembras humanas como esclavas sexuales?
Serena miró su figura y su boca se torció con tristeza. Estoy más cerca de terminar siendo el plato principal de alguien que de ser una esclava sexual. Aunque a ella no le importaba sus no tantas curvas, su problema no era adelgazar, había tenido más de un novio que afirmaba que no era su cuerpo lo que les echaba para atrás , si no su boca… no sabía mantener sus opiniones y críticas para sí misma.
La ascensión duro una eternidad parecía que nunca iba alcanzar el agujero en la parte inferior de la nave y sobre todo porque fuera del agua, tenia frío, su vestido de verano mojado se le pegaba al cuerpo. Se abrazó el cuerpo, para detener el castañeteo de sus dientes. ¿Cuáles eran las posibilidades de que le dieran la bienvenida con una toalla? Mirando a su alrededor viendo a los peces que con los ojos abiertos y la boca enorme que se abría y cerraba sin hacer ruido, no contaba con ello. La luz brillante disminuyo hasta que ella y sus compañeros acuáticos traspasaron la nave.
Luego miró alrededor con los ojos desorbitados por el asombro, porque en la zona había por todos lados enormes tanques llenos de líquido, con de peces de gran tamaño; y, si no estaba confundida no todos eran de la Tierra. Se encontró atrapada en el borde de una cuba abierta llena de un líquido de color púrpura que no se parecía a nada de lo que hubiera visto jamás y con una muestra de un tentáculo negro. Notó algo inquietante, los otros tanques estaban sellados y su mente no tardó en llegar a una conclusión inoportuna. Si se quedaba tan cerca del acuario, podría encontrarse otra vez en el mismo aprieto; ahogándose.
- "Otra vez no", - murmuró.
Se dio media vuelta para mirar a su alrededor y vio las vigas por encima y alrededor de las cubas, necesitaba llegar a una de esas. Se tiró, como si fuera agua, a una especie de melaza quele dificulto avanzar. El sudor le perlaba la frente mientras avanzaba, su progreso era lento. Rozó peces cautivos, sus húmedas y asquerosas pieles viscosas contra la de ella, sus ojos sin párpados mirando fijamente su paso.
- “Juro que parecen que están rezando para que no lo logre”.
Era la venganza por su habitual “sushi” de los viernes por la noche. Sus dedos tocaron un borde frío de metal. Puso las manos alrededor de la viga y se alzó sobre ella, maldijo el hecho de que tenía una suscripción de un gimnasio que nunca usaba, con los músculos tensos, alzo las piernas para ponerlas alrededor del soporte metálico, la pérdida repentina del campo de ingravidez casi la hizo caer cuando de repente tuvo que aguantar todo su peso. Sus músculos doloridos gritaron en señal de protesta, pero aguantó para salvar su vida.
El “plop” de la lluvia de objetos que golpeaban el agua la hizo volver la cabeza para ver como peces y otros habitantes del mar capturados por el rayo tractor caían en el enorme tanque. Tan pronto como el último golpeó la superficie líquida, el haz de luz se apagó y Serema parpadeó ante la repentina pérdida de visión. Todavía podía ver, aunque no tan bien como antes, había luces tenues que rodeaban la cámara.
Eso no le impidió oír el zumbido de la maquinaria y el chasquido suave cuando se cerró el tanque, seguido de un golpe seco más fuerte que ella asumió que era el portal inferior que también se había cerrado. Luego todo se quedó en silencio, excepto por un ligero zumbido y su respiración jadeante.
Sus brazos temblaban por el esfuerzo de sujetarse a sí misma, y pensó que lo primero que tenía que hacer es intentar llegar a tierra firme. El agotamiento casi la lleva a la histeria con su juego de palabras involuntario y ella se rió. Bueno, quizás no tierra firme, pero al menos una superficie en la que pudiera mantenerse en pie, por ejemplo el suelo estaría bien. Colgando como un mono, miró a su alrededor y vio un camino no muy lejos si pudiera ir hacia él.
- "Al igual que hacen los monos", - se recordó a sí misma mientras balanceaba su cuerpo de un lado a otro.
Sus manos cogieron la viga e intentó agarrarse con las piernas todo lo fuerte de que era capaz. Ella no había contado con la fatiga de los brazos o lo que pesaba su cuerpo. Sin mencionar, que pensaba que había una menor gravedad en el espacio. ¡Mal! Sus manos se deslizaron de la viga y se cayó, su breve grito de terror se interrumpió cuando aterrizó sin gracia en algo duro y perdió el conocimiento.

EL MEJOR ERROR (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora