En la oscuridad.

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Serena se paseó frente a la puerta de la nave, incapaz de estarse quieta, no hubo manera de poder entrar, la puerta no se abría, pero no quiso ir a buscar a Darien. No estaba inquieta por esa violencia que había presenciado, o el encuentro extraño con su hermano, pero ese beso ardiente que la había dado en público con esa extraña mirada en sus ojos la confundió totalmente, la rodillas se le volvieron de gelatina, y en el momento que la abrazo se olvidó de todo excepto de lo que se sentía al estar en sus brazos. Se preguntó si habría protestado si hubiera intentado ir más allá a la vista de todos, probablemente no dado el fuego que corrió por sus venas. Un pensamiento que la dejo helada, pero no tanto como lo que temía que significaba. Ni siquiera me gusta, claro es muy sexy y una no es de piedra, pero maldita sea, me quiere vender como un juguete sexual para algún pervertido.
Sin embargo, a sabiendas de todo esto, ella disfrutaba de su presencia y ansiaba su toque.
Una vez más, como una idiota, volvió a confiar en un hombre, a pesar de todas las señales que apuntaban que iba a hacerle daño. Y sólo ella tendría la culpa, el dejo claras sus intenciones desde el principio, ella era la estúpida por permitir que su corazón se involucrara. Le echó la culpa a su cuerpo y a su deseo loco por él, si pudiera saciar su inagotable sed en lo que a él se refería.
Hablando del diablo púrpura, él llegó, caminando por la pasarela, el ceño fruncido y sus labios en una línea tensa.
– "¿Por qué te quedas fuera de la nave?" - Ladró.
- "Probablemente porque no sé cómo entrar”
Pulso el panel al lado de su cabeza y la puerta se abrió, empezó a entrar cuando él la detuvo.
- "¿No te olvidas de algo?”
Ella se dio la vuelta y se mordió el labio mientras le devolvía el tenedor
- "Gracias."
Ella se encogió de hombros, le dio la espalda y se dirigió hacia la nave.
- "Serena".
Él pronunció su nombre suavemente, y otra vez se detuvo para mirar hacia atrás. Ella no podía leer la mirada de sus ojos claros con el ceño fruncido.
- "Estaré de vuelta pronto procura no meterte en problemas. "
Por alguna razón, ella tuvo la impresión de que quería decir algo más. Asintió con la cabeza en respuesta, y no dejó caer los hombros hasta que la puerta se cerró. ¿Qué había esperado? ¿Que de repente la cogiera en sus brazos y reanudar el beso de antes? El beso que parecía hablar de algo más que pasión, pero…
No, mejor ni siquiera pensarlo. A partir de ahora, era mejor si se mantenían alejados el uno del otro, bien lejos. Le llevo varios intentos pero finalmente llegó a la sala de mando. Se sentó en la silla y jugueteó con su cabello mientras esperaba a que Darien regresara.
- "Hey computadora, supongamos que tengo unos vídeos para ver", - Murmuró en voz alta.
Para su sorpresa, la pantalla se iluminó, se inclinó hacia adelante y miro con gran atención cuando se dio cuenta que las imágenes eran en tiempo real del mercado al que acaban de ir.
Desde su posición, estudió las distintas razas que pululaban por la zona, y esperando ver a Darien.
Le llevo un tiempo, durante el cual observó una violencia casi cómica entre las diversas especies exóticas, Darien finalmente apareció delante de un edificio con un color rojo brillante, con letras que ella no podía leer, por allí había mujeres alienígenas que se acercaron a Darien. Molesta tamborileó con los dedos en el reposabrazos del sillón intentando adivinar lo que decían, algunas alienígenas se colgaron de cada brazo y apretaron sus numerosos pechos contra él, y él, el muy maldito, no hizo nada para alejarlas. Por el contrario, sonrió y le palmeó la mano a una.
Echando humo, cruzó los brazos y se puso de lado en la silla para no ver nada más del comportamiento de las desvergonzadas, unos celos irracionales la devoraban.
No era suyo y no importaba el tiempo que pasaba con él, y al parecer, tampoco importaba cuántas veces follaban, a la primera oportunidad que podía, prefería pagar por hacerlo, eso decía mucho de su habilidad o la falta de ella. Él es un pirata que tiene la intención de subastarme y habrá pensado en adquirir más mercancía de otra variedad. Cuando por fin llegó al centro de mando, se giro para enfrentarlo.
– "Veo que por fin has logrado averiguar cómo se utilizan algunos de los comandos de la nave", - anunció.
– "Sin tu ayuda ", - se quejó.
– "Me ocupé de lo contrario", - replicó.
– "Sí, vi que estabas muy ocupado," - dijo con sarcasmo, se giró y lo miró con una mueca de desprecio.
– "¿Volvemos a tener una actitud irracional?" - Le espetó. Ella arqueó una ceja.
- "¿Yo? Nunca he tenido esa actitud. Y no trates de cambiar de tema. Yo no puedo tomar una decisión. "
Darien miró boquiabierto.
– "¿De que coño te estás quejando ahora?"- "deja de hacerte el inocente. Te vi con esas... esas cosas”
Su mirada se desvió a la pantalla que mostraba imágenes en tiempo real de la plaza del mercado. Y por fin lo entendió todo.
- "Lo admito, no sé lo que es lo que quieres por favor, de ahí mi dificultad en la elección”.
- "¿Por favor?"
Ella se levantó de la silla y se dirigió hacia él y le golpeó con fuerza en el pecho y luego lo golpeó otra vez sólo por el placer de hacerlo.
- "Sólo porque te dejo que me folles, no significa que me haya abierto a tus fantasías sexuales, enfermo."
Darien la miró sin comprender.
– "¿Cómo hemos llegado de nuevo al sexo? Solo he ido a por lo que me has pedido. ¿O es que has cambiado de opinión acerca de la ropa y de los zapatos? "
- "Ropa" - la frente Serena arrugó. - "¿Que? ¿Que tiene que ver la ropa con esas putas que te estaban toqueteando?”
Comprendiendo cayó en la cuenta y se rió.
- "¿Me vistes con las costureras y pensaste que hablaba con putas para tener sexo en grupo?"
Serena se sonrojó y él se rió más fuerte. Molesta por su error, ella le dio en la ingle y luego le pisó el pie bien fuerte para que dejara de reírse. Pero él le puso los brazos alrededor para acercarla hacia él, dándole un abrazo triturador.
– "No tiene gracia " - murmuró, con las mejillas rojas de vergüenza.
- "Creo que tus celos son muy entretenidos."
Él frotó la barbilla en la parte superior de su cabeza, y ese gesto hizo que fuera difícil para ella seguir enfadada.
- "Yo no soy celosa, tendrías que gustarme para estarlo."
Pero sus palabras fueron como una bofetada en plena cara. Joder, si que estoy celosa.
- "Mentirosa", - la reprendió.
Sí, así era, y no le gustaba lo que eso implicaba. Como no le gustaba el giro que estaba tomando esta conversación cambió de tema.
- "Entonces, ¿qué es lo que pasa entre tú y tu hermano? Veo que tiene el mismo aspecto y encanto ¿es por eso por lo que no os lleváis bien?"
Su burla acabó con su buen humor y se apartó de ella, llevándose su calor con él, y, por un momento, se arrepintió de sus palabras.
– "Mi discusión con mi hermano no es de tu incumbencia. Y en el futuro, si te lo vuelves a encontrar otra vez, harías bien en apartarte de su camino, puede que yo sea reconocido en la galaxia como mercenario, pero él es el látigo de la misma”.
– " ¡que encantadora familia!" – Exclamó ella - "Creo que voy a saltarme la reunión familiar”.
- "No tengo familia, aparte de Seiya, y no nos vemos a menudo. "
Serena se mordió el labio.
- "lo siento, yo no sabía".
Eso explicaría por qué él nunca había hablado de su familia ni de su vida pasada. Darien se encogió de hombros, con el rostro inexpresivo.
– "Mi padre murió cuando mi hermano y yo éramos jóvenes. Una misión fallida. Mi madre sucumbió a una lesión hace más de diez ciclos planetarios”.
– "Todavía tienes a tu hermano, incluso si no os lleváis bien. "
– "Sólo porque le prometimos nuestra madre no matarnos el uno al otro," - gruñó, caminando hacia el puente de mando.
– "Tal vez podáis arreglar las cosas." -Le molestaba verlo tan agitado y descubrir que estaba tan solo en el universo como ella.
– "Suficiente. No voy a hablar más de esto. “- Él levantó una mano para detener cualquier comentario de su parte.
- "Mensaje entrante del consejo galáctico." - la voz del equipo los interrumpió.
Darien frunció el ceño.
– "¿Que quieren ahora? saben que estoy retirado”.
– "Whau ¿el consejo galáctico? ", -preguntó Serena. - "¿Y estas retirado de...?"
"No es tu asunto, tienes que salir para que pueda escuchar el mensaje, he dejado el paquete con tu ropa en la habitación".
Serena se sintió rechazada y dolida empezaba a caminar hacia el ascensor cuando él la cogió dándole la vuelta para darle un beso que le robó el aliento. Ella no dijo nada cuando la
soltó, solo se quedó mirándole a los ojos, que brillaban con intensidad.
- "Voy a tardar poco, espero ver que llevas puesto algo nuevo”.
Serena le lanzó una frambuesa en respuesta que le hizo reír. Sonriendo lo dejó, y entró en el ascensor para ir a su habitación, al salir al pasillo, un temblor sacudió la nave y Serena apoyó su mano contra la pared.
¿Qué diablos fue eso? Una alarma empezó a sonar asustándola, pero no tanto como cuando las luces se apagaron. Serena se quedó inmóvil, rodeada de oscuridad, tenía un mal presentimiento, algo que se triplicó cuando oyó el ruido de forcejeo en el pasillo.
- "Dariwn"
Ella odiaba el temblor en su voz, se perdonó a sí misma en este caso, la situación lo requería. Nadie contestó, pero la piel de su nuca se erizó, anunciando el hecho de que compartía la sala oscura con alguien o algo más. Busco el tenedor en su cintura, maldiciendo en
silencio mientras trataba de localizarlo, se lo dejó en el puente mientras esperaba a Darien. Un susurro de detrás de ella la hizo girarse, no es que fuera a ver nada, dio un puñetazo hacia adelante e hizo contacto con algo y oyó un gruñido, pero su golpe era flojo, sintió que le pasaban una tela por la cabeza, y un pinchazo en el brazo.
- "Darien te va a matar hijo de puta por tocar su mercancía ", le dijo a su atacante antes de caer al suelo inconsciente.

EL MEJOR ERROR (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora