North Warriors (Guerreros del Norte)

Capítulo 16. El nuevo campamento.

Los días transcurren y la gente se va uniendo. Entrenan cazando animales, y si consiguen algo pues más comida.

Nos hemos trasladado a una zona con mucho bosque, pero se puede estar perfectamente. Me han “ascendido” a capitana de la cacería, porque Sanso está entrenando a gente y Odes regulando el campamento. Estamos todos muy ocupados por distintas causas. Garsea diseña las armaduras (las inscripciones), banderas y ropas con las demás costureras. Se le ve ocupada pero feliz. Hace poco llegaron dos herreros, lo que ayuda bastante con las armas.

Ahora ya somos unas setecientas personas en el campo rebelde y al frente hay otras dos mil. Esperamos que poco a poco esto se vaya llenando.

Por las noches no podía dormir. Tenía pesadillas. Garsea estaba a mi lado siempre pero me planteé dejarla sola en una tienda para ella, no quería despertar a nadie, el sueño era algo fundamental en el campo de batalla. Debes tener energía, y eso era lo que también me enseñó mi padre. Sin darme cuenta empecé a soñar:

- Eva, recuerda.- me decía cariñosamente mi progenitor.- No todo se basa en fuerza. Hay otros factores; Inteligencia, energía y lo más importante, fe en ti misma. Aquel que piensa ganar una batalla lucha hasta el final, no desiste nunca. Y eso es lo que quiero que tengas siempre.

Soñaba bastante con los recuerdos de mi padre. De mi madre solo tenía uno, y estaba muy borroso. Aquella noche lo soñé. Estaba en un descampado de un lago, sentada. Mi madre estaba a la derecha, embarazada y un poco cansada porque habíamos caminado colina arriba para llegar. Yo le tocaba la barriga, fascinada y absorta. Mi madre me sonreía. Pero su rostro se ensombreció y me dijo:

 - Te quiero mucho, Eva. No sé si superaré este embarazo… - al principio no entendí por qué no iba a sobrevivir pero luego Leonor me explicó que me había tenido a mí y que ya estaba un poco mayor para tener otro embarazo. En nuestra región, somos las mujeres que más los superan. Solo la mitad de las mujeres no morían por tener un hijo. Esta estadística se la mandé hacer a al escribano Ron.

Desperté con el sol cegándome los ojos. Aquel iba a ser un buen día para la caza. Entonces hice lo de siempre, me vestí, me calcé y me peiné mi característico moño. Cogí armas y me reuní con todos mis cazadores.

 - ¿Estamos todos?- pregunté.

 - Sí, señora.

 - Orden. En fila para el recuento.- exigí. Y todos se pusieron en fila dispuestos a ser contados.

 Empecé a contar 1, 2, 3… 93, 94. Noventa y cuatro hombres que  iban de caza.

 - Bien. Expandiros, no muy lejos, para no perderos pero tampoco cerca. Por seguridad y por no estar tres en un perímetro de caza. Dos por zona.- expliqué ya que había nuevos integrantes.- Ayer éramos ochenta y cinco. Esto crece a pasos agigantados, y necesitaremos caza. Si veis algún arroyo, probad suerte con la pesca, todo es comida. Y por último- dije.- tomaos los momentos de caza para entrenamiento. Sabéis que sólo quedan tres semanas para el momento de la verdad. Buena suerte.- dicho esto todos mis hombres se perdieron entre la espesura del bosque y esperé de verdad que trajeran caza, porque estos días había sido complicado alimentar a la gente.

Correr para mejorar la resistencia es bueno, es algo que siempre decía pero que hoy se me había pasado. Atravesé un kilómetro de bosque como alma que lleva el diablo y observé que no había nadie.

Y cacé mucho y bien. Cinco conejos, cuatro ardillas, seis faisanes y traía huevos y dos peces. Un buen día. Regresé y me encontré con que la mayoría venía con las manos vacías (no completamente, pero solo con un faisán o dos conejos o así). Dos de mis mejores cazadores habían conseguido cazar un ciervo entre los dos aparte de pequeños animales.

 - Buen trabajo chicos.- me dirigí a los dos. Robert y Burelt. Eran gemelos, jóvenes, de mi edad más o menos y delgaduchos. No eran muy atléticos, pero hacían maravillas con las trampas y se camuflaban genial.

 - Gracias señora.-dijeron al unísono.

 - En cuanto a los demás… Hay que mejorar. Somos casi setecientas personas ya en el campamento y todos necesitamos comer. No puede ser que solo traigáis dos conejos viejos casi cojeando, porque la verdadera cacería será mucho peor. Debéis aplicaros a fondo, muy a fondo.-intenté parecer severa.- Hablaré con Sanso, vosotros necesitáis entrenamiento. Entrenaréis con él y yo me llevaré a los suyos, para que apliquen la teoría a la práctico. Menos Robert y Burelt, os necesito. Iros todos a dárselo a las cocineras para que desplumen y despellejen todo, vamos.

Alfredo se acercó cuando las masas de cazadores se movieron al comedor.

 - Vaya, vaya, así que mañana tocará cacería con la guapa de mi novia.- sonrió pícaro. Y es que él estaba entrenando con Sanso ya que era malo con las armas.

 - A la hora de cazar no tengo favoritismo a nadie.- me acerqué más.- Si tengo que echar una regañina será para todos por igual.

 - No vas a tener que echármela, Sanso me ha enseñado bien.- él también se acercó.

 - Eso está por ver.- otro paso adelante y ya teníamos las narices juntas.

 - ¿Qué me apuestas, reina?

 - Lo que quieras, no tengo miedo.- dije, tras una risa muy sarcástica.

 - Si gano, te mueves a mi cabaña. Si pierdo… Yo me muevo a la tuya.-dijo echando la lengua.

 - Si gano yo, me tensas los arcos, me haces la cama y me afilas las espadas durante dos semanas.

 - Hecho. Todo sea por mi querida coliflor.- puso morritos y yo le pegué una colleja en broma.

Sanso estaba por ahí, le explicó mi plan y pareció conforme.

 - Me parece bien, porque tú no tienes la mano dura que se necesita para adiestrar a una panda de inútiles.

 - No son tan inútiles. Robert y Burelt son muy buenos, esos me los llevo a cazar, no hay necesidad de darles entreno.- le expliqué. Era extraño mantener una conversación pacífica con Sanso, pero últimamente las teníamos.

 -Sí, los he visto, saben lo que se hacen. Por cierto, tu enamorado ha progresado mucho, mañana a lo mejor consigue un buen botín.

 - Ya veremos, ya veremos.

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Antes que nada, disculparme, he tenido todo un poco abandonado porque estoy atareada estos días, incluso mi blog está también abandonado y tal. Gracias a todos!