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Lunes 08 de agosto de 1962.
Esta mañana ha sido un caos en casa y aunque intenté calmar a los niños fue imposible ya que estaban tan emocionados como yo.
Después de nueve meses esa adorable y bella princesita saldría de su escondite; tu pancita.
Debo confesar que extrañaré verte con ella, de hacerte dormir mientras la acaricio, de llegar del trabajo y arrodillarme para saludarla después de besar tus labios, de cantarle por las noches, de bañarnos juntos en la tina y pasarle un poco de jabón, haciendo movimientos circulares y delicados.
Extrañaré tus antojos y repentinos cambios de humor donde llorabas si pasaba mucho tiempo sin estar a tu lado, extrañaré esas excusas donde culpabas a la bebita por querer comer fresas y arándanos en plena madrugada.
Nuestro tercer hijo.
DaeHyun pasó toda la mañana preguntándome en qué podía ayudar, de un lado hacia otro, siguiéndome como si fuese mi sombra, enseñando su extrovertida personalidad con saltitos, corrió a dejar el bolso al auto y luego regresó a buscar algo de comida porque según él, tardaríamos mucho tiempo en la clínica.
Y creyendo que no me percaté guardó un pequeño pastel de chocolate en su mochila para celebrar mi cumpleaños.
Estoy seguro que les ha pedido dinero a sus abuelos.
No me di cuenta cuándo creció tanto, ya tiene seis años y recuerdo como si fuese ayer cuando aprendí a cambiarle los pañales y darle el biberón.
En cambio MinKi es más tranquilo, cuatro añitos de ternura. Cada día que pasa se parece más a ti.
Su piel pálida.
Sus hoyuelos.
Sus pequeños e inocentes ojitos.
Y esa tierna sonrisa con un diente menos.
Esta semana ha estado entrando a la habitación de su hermanita, pegando dibujos en las paredes de nuestra familia.
Aun no entiendo por qué me dibuja con las orejas tan grandes.
¿Intentará burlase de mí?
Las horas de espera fueron eternas pero mi corazón se aceleró como la primera vez cuando conocí a nuestros dos hijos al entrar a esa blanca e iluminada habitación donde estabas tú acostado en una cama, sosteniendo un bulto amarillo entre tus brazos.
Esta vez fui más acompañado, sujetando las manitas de DaeHyun y MinKi, quienes apretaron mis dedos cada vez más fuerte a medida que nos fuimos acercando.
DaeHyun se subió a la cama y tomé a MinKi para que pudiese verla, te pregunté con la mirada si estabas bien, tú asentiste con la cabeza y besé tu frente antes de verla, estaba profundamente dormida pero sus ojos se abrieron apenas DaeHyun dijo que era linda, ella atrapó el dedo índice de su hermano mayor con una mano y MinKi también quiso intentarlo.
Las sensaciones cuando la tomé entre mis brazos y ella me miró son inexplicables pero me hace sentir que estoy con la persona indicada y haciendo lo correcto.
Gracias por darme un obsequio tan especial en el día de mi cumpleaños; poder compartir una importante fecha con nuestra pequeña SunHee.
Gracias por darme esta linda familia.
Hoy por primera vez no estoy escribiendo solo, mientras duermes con SunHee en la habitación, DaeHyun y MinKi llegaron a mi lado en el jardín, tranquilo mi amor, están abrigados, pero han estado corrigiendo cada palabra que digo en voz alta.
Por pedido de nuestros hijos, quienes han estado haciendo pucheros hace más de diez minutos, esta vez no me despediré solo.
Así que...
Con amor, DaeHyun, MinKi y SeungCheol.
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